Berzas y caldo gallego

Después de escribir el comentarios fuimos a dar una vuelta al pueblo que no nos ocupó más de diez minutos. Al llegar al final de todo encontramos un grupo de turistas que nos preguntaron si conocíamos la ubicación de algún bar, a lo que yo respondí de manera inmediata que si lo hubiéramos sabido no andaríamos dando vueltas como imbéciles por el pueblo y estaríamos tomando un orujo con hielo, pero que el olfato no me permitía distinguir el lugar porque en este pueblo huele a orujo por todos lados: debes ser que estamos casi en Galicia y aquí destilan todo lo que tiene a mano hasta que llegue el día de encontrar un orujo de ordenador.

Al final hemos encontrado el bar del pueblo y nos hemos tomado una cerveza: está en obras y no ofrece casi nada, hemos preguntado por la cena pero sólo tienen bocatas fríos. Ante la espectativa hemos decidido regresar a la casa para ver si podemos lograr que la amable señora nos ofrece algo de cena, y de paso el desayuno. Dicho y hecho, la amable señora nos ofrece como cena unas judías verdes y lomo con patatas y además se levantará para darnos desayuno.

Hemos cenado junto a los peregrinos de diseño. Se trata de dos zamoranos de pro que inician el camino aquí tras dejarles una señora (sospechamos que esposa de alguno de ellos) son divinos de la muerte: uno de ellos parece bastante simpático y amable aunque el otro nos ha parecido el enterao 2. El amable se llama Manuel, vive en Salamanca y es la primera vez que hace camino ya que acaba de ser jubilado. El enterao no sabemos mucho de él salvo que no tiene interés alguno en relacionarse con nosotros y sabe mucho de todo lo que le preguntamos. Al final he conseguido relacionarme con él porque vivió en Huércal-Overa hace muchos años y solía ir a Oria a vender trigo. Comía en el bar de Bestuga y recuerda bien a Miguel y a sus hijos.

Los de la casa son gente sencilla, encantadora y amables. Nos han ofrecido un orujo casero de hierbas y hemos charlado del frío de la zona y de lo bonito del lugar. Manuel es la primera vez que hace camino y nunca se ha puesto mochila, el otro ha hecho el francés y tiene algo más de experiencia.

Después de un ratito de charla hemos ido a dormir: noche tranquila y bien aprovechada.

El reloj ha sonado a la hora de siempre y al salir ya estaba la señora con el desayuno preparado. Mientras desayunábamos hemos charlado del tiempo que hace y del frío, de la playa fluvial del pueblo y de cómo alargan los días: nos ha contado la historia de la zona de cómo una joven del lugar iba todos los días por agua abajo a la fuente y tenía un novio. Un día de mayo ella bajo y él iba con un arado sobre los hombros, estuvieron todo el día charlando y al llegar la noche comentaron lo cortos que eran los días para ellos. Voy a eliminar los comentarios realizados ante tal historia aunque creo que si hubieran dedicado el tiempo a cosas más productivas que a lo de pelar la pava se les habría pasado el tiempo más rápido.

Hemos salido a las 7:30 a andar: día estupendo para subir el puerto previsto: camino embarrado y lleno de agua por todas partes: hay zonas en las que es difícil transitar porque los caminos son corrientes de agua y se hace difícil transitar entre agua y barro.

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El puerto de A canda es cortito pero duro, sobre todo por el tema del agua, sólo en la última parte se hace más empinada la cuesta. El día nos ha acompañado aunque no hemos encontrado nada para tomar un simple café. Así hemos cruzado el último punto de Castilla y hemos entrado en Galicia.

Primer mojón de entrada en Galicia

Primer mojón de entrada en Galicia

 El resto de etapa ha sido un constante sube y baja sin muchos árboles pero con mucha agua.

Hemos pasado varios pueblos y alguna ermita: Joseba ha sentido la vena mística y ha decidido orar ante un altar con flores: como podéis ver este camino está suponiendo una transformación para él, se está volviendo un defensor del espíritu nacional y además cada vez está más cerca de la iglesia.

Joseba en su renovada fe

Joseba en su renovada fe

Hemos llegado a A Gudiña y había un hostal al que no hemos entrado porque se llamaba los madrileños; está claro que no podemos entrar con ese nombre teniendo la intención de ver el partido esta noche.

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Al final del pueblo hemos encontrado un hostal con muy buena pinta; al entrar había un grupo de turistas tercera edad que requerían a la camarera sin parar exigiendo una atención inmediata a una velocidad imposible de alcanzar por sus mentes y sus piernas. La paciente y simpática camarera (a la par que bastante guapa) ha atendido a todos con paciencia infinita, incluso al que le decía que parecía sorda mientras pedía una tónica del tiempo. Yo le he dicho que no tenía prisa y que debía hacerle varias preguntas importantes. Una vez liberados del grupo de turistas de geriátrico me ha puesto una cerveza con una tapa tamaño ración de tortilla de patatas, a la altura de la de Galisteo y se ha dispuesto a responderme a todo.

¿dónde lavamos la ropa?

  • tráela que tenemos servicio de lavadora.

¿para comer?

  • tenemos un menú a 8 euros con spaguetti, lasaña, caldo gallego, sopa de cocido….

¿tenéis wifi?

  • no está porque se quemó el otro día pero podéis usar el cable en recepción sin problemas.

y por último: ¿el partido del Barça?

En ese momento me ha dicho: espero que seas del barça porque yo lo soy y suelo ver los partidos sola. Yo le he dicho que por supuesto aunque mi compañero es del athletic. Ella me ha dicho que

también su compañera es del Madrid pero que se nota que los guapos somos del barça.

Ante estas perspectivas he terminado mi cerveza y he subido a la habitación para ducharme mientras Joseba bajaba a dejar la ropa y probaba la tortilla de patatas.

Al bajar nos hemos tomado otra cerveza, Joseba ha comprado su billete para regresar el domingo y hemos pasado a comer. Había un equipo de fútbol de Lemona comiendo y formando un ruido de muerte. Nosotros hemos dado cuenta de un caldo gallego (Joseba sopa de cocido) y un churrasco de ternera, de postre helado y café junto a un orujito de hierbas.

Joseba ha subido a planchar la oreja un rato (dice que no va a dormir) y yo he estado trabajando y poniendo al día el curso, también he llamado a Miguel Ángel para contarle lo de la charla de anoche con lo de Oria y por lo demás acabo de pedir el tercer orujo mientras termino el comentario. Acaba de llegar la gentil camarera barcelonista para traer la ropa perfectamente arreglada y ya sólo queda esperar el partido y la victoria de nuestro equipo.

No voy a publicar comentarios en sentido sarcástico, si las cosas no van según lo esperado así que no os esforcéis Sergio y Julián y demás. Mañana hablamos y espero que pueda disfrutar del resto de la tarde como se merece: con una buena victoria.

A los que me conocéis sabéis que el título de la entrada supone algo especial: es la entrada en Galicia y el tomar mi deseado caldo gallego, voy a tomarme todos los que pueda hasta el final y recordar los que hace mi amada esposa en casa cuando, en las noches de invierno, un caldo cocinado con sus amororsas manos me hace recordar estos días de caminar. Un beso.

 

Resumen: 25,0 a 5,5 en 4:31 horas y estamos a 957 metros de altura.

3 comentarios en “Berzas y caldo gallego

  1. Los seguidores del Barça estaréis contentos: no todos los días se meten seis goles al Real Madrid.
    No soy aficionada al fútbol, pero a veces suceden cosas que me sorprenden.
    Enhorabuena, y buen viaje.

  2. enorawena!!! asi se gana un partido, estaras contento!! oi el camino se te abra exo mas corto no ?? segir bien!! un abrazo alos dos desde el VIIcarreras de san pedro de rozados!!

    • Muchas gracias por los ánimos. Lo de ayer ha alimentado nuestro camino por gran cantidad de quilómetros y esperamos concluya con un final de liga estupendo. Fue como un set de Nadal: 2-6. Sois estupendo y nos encanta ver que seguís el blog. Un abrazo

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