5000 visitas


Hoy hemos superado las 5000 visitas y ayer el blog recibió 31 visitas. Es alucinante que todavía siga entrando gente por aquí. Quiero agradeceros que sigáis entrando a leer mis comentarios y mis tonterías.

Nosotros acabamos de llegar a Oria para pasar el fin de semana. La carretera estaba bastante bien pero aún queda mucha nieve de la nevada de los días pasados. Desde Chirivel para aquí se nota mucho. Hay 2 grados de temperatura y la noche será fría. No hay problema. He encendido la chimenea y ahora iremos a tomar una cervecita al local…, o varias. Cenaremos allí con los amigos y prepararemos el fin de semana porque mañana hay cena en el cortijo de Juan: han encargado gamba roja de Águilas para darnos un buen homenaje todos los amigotes.

Un fin de semana en Oria es así: chimenea a todo tren, cervezas, amigos y el barça que volverá a ganar para disgusto de todos aquí menos del camarero y mío.

Igual tenemos suerte y nos nieva otra vez para quedarnos incomunicados unos días. ¡qué pena que el tiempo da bueno para el fin de semana!

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Recuerdos y añoranzas


El volver sobre los textos de nuestro camino de primavera y las fotos que ha colgado Joseba en el facebook me han hecho revivir los días del camino y recordar también el verano con la familia por el camino del norte.

Desgraciadamente, este año va a ser más difícil poder hacer camino porque ando bastante liado. Tendré que conformarme con los recuerdo de todos esos momentos y con los proyectos de futuros retos.

Además, este año es xacobeo y todo estará para no poder acercarse: turigrinos pecadores en busca de su perdón a los muchos pecados cometidos (el primero estar en el camino sin saber si van o si vienen). Los valientes que os lancéis a hacer el camino francés os encontraréis con miles de esos especímenes que no sabrán muy bien por qué están ahí, sólo te explicarán que en el camino se pasa bien, que es genial y que las ampollas son parte del sufrimiento que hay que soportar.

No sabrán nada de charlar con la gente, no sabrán nada de tomar un orujo de hierbas tranquilamente por la tarde. Sólo estarán pendientes de correr para poder coger una cama gratis en el siguiente albergue, aunque sea a costa de pisarle el cuello a otros turi-peregrinos.

En fin algo muy diferente de lo que hicimos el año pasado, de la tranquilidad de la vía de la plata, de nuestro asesino de peregrinos, del peregrino marrano, del enterao y su fiel escudero.

No comenzarán el camino con la misma ilusión que vi en mis hijas el día que llegaron a Irún, con el miedo de pensar que no serían capaces de lograrlo pero con la esperanza de lograrlo y, sobre todo, con la de poder conocer ese mundo del que tanto habían oído hablar a sus padres, a Joseba, a Maxi y Estíbaliz… a tanta gente que ha pasado por casa después de conocernos en el camino.

Recuerdo la cara de Isa cuando vio el albergue de Irún, cuando el hospitalero le narraba la ilusión que le hacía ver una familia como la nuestra iniciando el camino. El comentario de asco que le produjo aquel baño mugriento con la cortina que tenía vida propia. El dormitorio minúsculo del piso que cobija el albergue, la gente pululando por todas partes. Ella abría los ojos como platos, como no acabando de creer lo que pasaba.

Ya casi olvidada la primera vista de la mañana, cuando la desperté para ponernos en marcha en casa: nos habíamos acostado tarde y yo me rapé la cabeza una vez se habían acostado las niñas. Al despertar a Isa y verme así su primera frase fue: ¡Dios, qué feo! Ese fue el inicio de nuestro camino.

Recuerdo la cena en el restaurante aquel, las caras de ellas ansiosas por tomar la mochila al día siguiente para llegar hasta Donosti. Nuestras bromas. Las preguntas de Mar hija queriendo saber de todo, su ilusión por practicar italiano e inglés entre los peregrinos (tendría oportunidades a lo largo del camino).

¡Qué lejos queda todo eso! y, sin embargo, qué cerca está. Tiene razón Santi en una cosa: si voy dejando recuerdos entre la gente cuando estoy por ahí es porque vivo el camino como algo real, porque creo que se puede hacer algo así para disfrutar de tu gente, pero también hacer disfrutar algo a la gente que te encuentras: gente amable dispuesta a echar una mano a cambio de nada, o muy poco, gente que agradece una palabra amable y un gesto de agradecimiento. Yo no necesito hacer ningún esfuerzo para llevarlo porque siento ese agradecimiento, porque sé valorar lo que supone tener a alguien dispuesto a socorrerte generosamente. Ese es el espíritu verdadero del camino. Lo de los turigrinos es otra cosa.

Saludos a Puebla de Sanabria


Me cuenta Santiago que hace algunos días estuvo en Puebla de Sanabria, en el bar en el que tomamos unas copas y que la señora aún se acordaba de nosotros. Le dio la dirección del blog y estuvieron comentando las cosas de aquellos días.

Vuelvo a dar las gracias a esta gente y recuerdo la abundante cena, la amabilidad de atendernos en la hora de su descanso. Me muero de envidia recordando esos días y sabiendo que este año no podré hacerlo.

Yo sigo por aquí esta semana, mucho frío y mucho trabajo. Esta mañana hemos celebrado en el centro a nuestro patrón: Santo Tomás: no hemos tenido clase y nos espera un estupendo fin de semana con fiesta mañana. He salido esta tarde a correr porque estoy preparando la próxima media maratón de Murcia: 12 km a buen ritmo.

Ayer tuve 26 visitas, sigue entrando la gente y seguimos recibiendo amigos. Me encantaría que escribierais comentarios para seguir en contacto.

A ver si Santiago nos va relatando sus aventuras esta primavera como guía de peregrinos de lujo: estos separatistas es lo que tienen: se vienen a la nación española para hacer turismo.

Un abrazo y espero vuestros comentarios.

Continuación


Como veo que siguen las entradas y la gente manda correos y todo eso, he decidido seguir publicando cosas en el blog y no dejarlo parado.

A partir de ahora voy a escribir sobre recuerdos, sobre añoranzas, sobre caminos.

Llevo todos estos meses recordando con mucho anhelo los días de camino de la primavera y del verano pasado. Va a ser complicado poder hacer algo este verano y eso aún me da mayor añoranza. Mis hijas, sobre todo Isa, ya hablan de nuevos proyectos en Francia, como el GR de descenso de la Loire…

Pronto será primavera y nuevos caminantes tomarán el camino hacia Sevilla para empezar a andar desde Triana a 1000 km de Santiago, podrán oler en el campo la lavanda en flor. Los toros y vacas bravas los mirarán pasar con indiferencia por entre sus sendas…

A ver si en el albergue del pantano de Alcántara consiguen comer algo sólido, o si encuentran algún peregrino asesino nuevo. Quizás nuestro enterao esté ya preparando un nuevo pedazo de ruta en la que difundir sus ámplios conocimientos sobre el camino.

Lo que está claro es que no podrán disfrutar más de los que lo hicimos nosotros, quizás algo parecido, pero más no.

Mientras tanto yo aguantaré por aquí como pueda, soportando alumnos cabroncetes con ganas de tocarme la zona urogenital «en sentido figurado, claro», con compañeros y demás fauna de exdir… etc.

Tampoco me voy a quejar. A los que estáis pensando en hacer el camino mucho ánimo y adelante, disfrutadlo. Sobre todo contadnos todo lo que os pase, dad recuerdos a todos los amigos que dejamos por allí. A la amable mesonera capaz de hacernos un maravilloso cochinillo de cena, a la gente de Aldeanueva, a nuestro hospitalero de Mérida…

Yo sigo preparándome, hace unos días corrí la media maratón de Lorca, toda una aventura y todo un reto para mí, pero una experiencia inolvidable.

Recuerdos a nuestros amigos catalanes y, sobre todo a Joseba.

A lo largo de estos meses hemos vivido las victorias del Barça con alegria e ilusión, hasta ser campeones de invierno, un título más aunque este sea honorífico…

Así seguimos y los árboles ahora sí nos están dejando ver el bosque.

Un abrazo