Como veo que siguen las entradas y la gente manda correos y todo eso, he decidido seguir publicando cosas en el blog y no dejarlo parado.
A partir de ahora voy a escribir sobre recuerdos, sobre añoranzas, sobre caminos.
Llevo todos estos meses recordando con mucho anhelo los días de camino de la primavera y del verano pasado. Va a ser complicado poder hacer algo este verano y eso aún me da mayor añoranza. Mis hijas, sobre todo Isa, ya hablan de nuevos proyectos en Francia, como el GR de descenso de la Loire…
Pronto será primavera y nuevos caminantes tomarán el camino hacia Sevilla para empezar a andar desde Triana a 1000 km de Santiago, podrán oler en el campo la lavanda en flor. Los toros y vacas bravas los mirarán pasar con indiferencia por entre sus sendas…
A ver si en el albergue del pantano de Alcántara consiguen comer algo sólido, o si encuentran algún peregrino asesino nuevo. Quizás nuestro enterao esté ya preparando un nuevo pedazo de ruta en la que difundir sus ámplios conocimientos sobre el camino.
Lo que está claro es que no podrán disfrutar más de los que lo hicimos nosotros, quizás algo parecido, pero más no.
Mientras tanto yo aguantaré por aquí como pueda, soportando alumnos cabroncetes con ganas de tocarme la zona urogenital «en sentido figurado, claro», con compañeros y demás fauna de exdir… etc.
Tampoco me voy a quejar. A los que estáis pensando en hacer el camino mucho ánimo y adelante, disfrutadlo. Sobre todo contadnos todo lo que os pase, dad recuerdos a todos los amigos que dejamos por allí. A la amable mesonera capaz de hacernos un maravilloso cochinillo de cena, a la gente de Aldeanueva, a nuestro hospitalero de Mérida…
Yo sigo preparándome, hace unos días corrí la media maratón de Lorca, toda una aventura y todo un reto para mí, pero una experiencia inolvidable.
Recuerdos a nuestros amigos catalanes y, sobre todo a Joseba.
A lo largo de estos meses hemos vivido las victorias del Barça con alegria e ilusión, hasta ser campeones de invierno, un título más aunque este sea honorífico…
Así seguimos y los árboles ahora sí nos están dejando ver el bosque.
Un abrazo