Entre canacas, garrafas y mucho sol


Tras escribir ayer la entrada el resto del tiempo lo pasamos haciendo una visita turística a Azambuja (10 minutos, no tiene más) y una terraza en la que reconfortar nuestros sedientos gaznates con el dorado elemento. como casi nadie nos lee tengo que hacer una confesión: creo que Joseba ha vuelto a beber. Lo llevo sospechando desde que nos tomamos el bagazo ese que no me creo que sea agua.
Preparamos la etapa de hoy y reservamos la habitación en Santarem. Después nos dispusimos a buscar algún restaurante en el que tomar algo de cena después de descartar comernos un pollo a las brasas que olía bastante bien y que lo preparaban para llevar por no disponer de cubiertos y tener que acudir a las manos o a robarlos a la señora del residencial, cosa que descartamos ante el aspecto fiero de dicha dama.
Tras mil vueltas entre la nada, risas, confidencias y bromas acabamos en el bar de debajo de la habitación aconsejados insistentemente por la señora del residencial cuando fuimos a recoger la ropa del tendedero. No he comentado que Joseba tuvo que hacer verdaderos equilibrios colgando medio cuerpo de la ventana para tender la ropa en una cuerdas que daban a la calle y a una altura de tres o cuatro pisos, menos mal que para recogerla se había jugado la vida la señora.
A pesar del consejo la cena fue bastante floja: carne tipo suela de alpargata para mí y visita al capitán Pescanova para Joseba.
Sin mayor entretenimiento y tras otra agüita portuguesa sin alcohol que se pidió Joseba de esas que tanto le gustan nos subimos a la habitación él directo a dormir sin pasar por la casilla salida y yo a leer un par de capítulos de juego de tronos, que tengo que terminar los dos primeros tomos antes de llegar.
La mañana ha amanecido a las 6 y a las 6:20 tomábamos un café en el bar frente a la estación, bar por llamarlo de alguna manera.
Así hemos iniciado el camino del día: 33 quilómetros por pistas de tierra junto al Tajo entre plantaciones de tomates hasta donde la vista se perdía. De ver en cuando algunas vides, maíz y poco más. Parte del camino corre sobre el dique del Tajo que protege de inundaciones. El camino es casi completo de tierra y hoy por fin hemos visto poco asfalto. Mucho calor ya que no se movía ni una brisa y menos mal que nos hemos puesto las pilas desde el principio para llegar antes de que el calor definitivamente nos derritiera por esos caminos de Satanás.
Para colmo hoy sólo teníamos la aldea de Valada a unos 12 km de salida. Poco más de un Bareto en el que tomar un café con leche. El lugar era de los de notearrimesaningúnsituionosetevayaapegaralgo en versión marrana. En la terraza una pareja discutía apasionadamente despreciando nuestra presencia. Mientras Joseba se arreglaba las zapatillas yo me he recorrido el pueblo en busca de un súper para coger agua fresca porque en el bar no había. Tras patear todo he encontrado algo parecido y una «amable» señorita me ha hecho volver a salir a la calle para entrar por la puerta del bar anexo en el que reparten agua porque deben tener prohibido mezclar ventas entre bebidas y pimientos.
El resto de la etapa eran 19 km sin nada de nada: polvo (y no del que se come), tomates y mucho calor.
Para colmo Joseba se ha sentido algo molesto en un pie y ha tomado un antiinflamatorio que le he ofrecido para pasar sopado el resto de la etapa (tranqui, Mar, que le he obligado a tomar también el protector estomacal).
Hasta la cuesta final de subida a Santarem nada nuevo, discusión política sobre tema vasco, algo de la prima esa que nos tiene bien puteados y:
Hotel Vitoria en el que tras fichar en recepción a ritmo de Caracol (la señora no fotocopia los DNI, se los aprende) mientras su orondo esposo, imagino, la miraba con cara de todo, menos de deseo, hemos tomado ducha, cada uno la suya, y nos hemos ido a la otra punta del pueblo a buscar algo que comer.
Al menos hemos tenido suerte relativa y yo me he comido una gallina estofada, bueno un trozo, tras una sopa a camponesa y Joseba un plato con patatas, arroz, huevo y ternera bajo el título de bifana.
Luego regreso al hotel porque tenemos wifi y tras lavar ropa he dado cuenta de toda la tecnología actualizando AppStore, jugando a apalabrados, hablando con viber con la familia, contestando a twitter y todo lo demás mientras Joseba me miraba con cara de asombro.
Hemos ido a dar una vuelta hasta las puertas del sol y luego nos hemos sentado a tomar una par de cervezas en una terraza para que yo escribiera la entrada.
Aquí ha sido donde Joseba me ha demostrado que ha vuelto a beber dando una lección sobre la diferencia en canaca y garrafa: la canaca es una cerveza marca imperial de barril de medio litro mientras que la garrafa es Súper bock de sólo 300, se ha marcado dos y media del tipo garrafa porque de la otra no había. El resto del tiempo se lo ha pasado comentando la pelea de una pareja que está en la mesa vecina entre peleas y recocimientos de amor. Voy a cortar ya esto para intentar encontrar algo para cenar, mala pinta tiene la cosa pero, al menos nos tenemos el uno al otro y ya se sabe, el roce hace el camino y el cariño nos alimenta. Por cierto hasta ahora,no había dicho eso de que los árboles no nos dejan ver el bosque.
Hasta ahora el balance de peregrinos que hemos visto es Joseba y Juanmacapa. En 90 km ni uno.
Resumen de la etapa: 32,94 a 5,5 km/h en 6:31 horas.

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Calor y asfalto junto al Tajo


Poco que contar hoy sobre la etapa. Pero comencemos por anoche, una vez escrita la entrada junto a nuestros respectivos refrescos sin alcohol, dos o tres, acompañamos de unos caracoles «chupaeros» que parecen ser típicos de la zona. Después pasamos al comedor de ese mismo lugar a degustar una suculenta y jugosa cena que iba a ser frugal y acabó en espectáculo. El caso es que después del banquete de carne del medio día habíamos decidido tomar una cena ligera y vimos que allí tenían variedad y calidad a buen precio. Pedimos Joseba una tortilla de jamón y yo una sopa alentejana y bacalao de la casa, regado con una buena botella de mosto sin alcohol de la casa.
El resultado fue un pedazo de tortilla que se desbordaba por los lados del plato y una ración de bacalao que debía ser la mitad de uno completo.
Tras dar buena cuenta de todo retiramos nuestras naves hacia nuestra suite en donde nos dispusimos a reponer nuestros cansados cuerpos.
La noche ha sido terrible, calor, frío y una almohada diseñada para destrozar cuellos y sueños.
A las 6 ha sonado el despertador y nos hemos puesto en pie. En media hora todo listo y en marcha. Al pasar por el pueblo hemos parado en un bar a tomar un café. Joseba se ha pedido un hojaldre que dentro llevaba una sorpresa en forma de salchicha.
De la etapa no mucho que decir: 10 km iniciales por la nacional todo asfalto y un tráfico infernal. Sólo hemos tenido un pequeño descanso poco antes de Vila Franca ya que el camino discurre por un carril bici recién hecho junto al río.
En Vila Franca hemos tomado un café y luego camino sin parar por el arcén de la carretera hasta Vila Nova de Rainha en donde Joseba ha pedido dos enormes canacas de medio litro con las que hemos recuperado fuerzas. Él dice que no llevan alcohol pero ese color dorado, la espuma y el grifo del que la han sacado me hace sospechar que es algo más, sobre todo porque al levantarme de la mesa he notado que mis pies no tocaban directamente el suelo sino que iban unos centímetros levitando.
El final de la etapa ha sido otra paliza de asfalto y calor hasta Azambuja.
Estamos hospedados en el residencial Flor primavera, un lugar sencillo aunque aceptablemente limpio por 35 euros.
Hemos dejado las cosas en la habitación y nos hemos ido a tomar algo a un Restaurante que hay enfrente, un local sencillo.el sistema de comidas aquí parece ser el de tomar algo al mediodía para luego cenar más fuerte. Yo he pedido unas lulas acompañadas por arroz con berberechos, patata cocida y una ensalada. Joseba ha tomado un pescado frito con el mismo acompañamiento. Todo esto regado con mosto blanco del terreno en suficiente proporción y agua.
Al terminar Joseba se ha pedido un bagazo y al echar parte del contenido al café y por el olor que despedía estoy convencido de que eso es algo más que agua, sobretodo después de que el dueño del bar nos haya ofrecido una segunda copa de ese mismo líquido esta vez de un color caramelo que yo creo que olía parecido al orujo y que he tenido que tomar por cortesía y tras convencerme Joseba de que eso no llevaba alcohol mientras se llenaba una tercera copa.
Algo más contentos de lo habitual hemos subido a la habitación, nos hemos duchado y lavado la ropa y ahora, mientras Joseba reflexiona con los ojos cerrados y como si durmiera la mona de una borrachera imposible yo escribo mientras juego a apalabrados, contesto por twitter, escucho la tele en inglés (a Joseba le ha dado por poner cadenas inglesas, será la costumbre vasca de poner cualquier cosa menos una cadena en castellano) y paso algo de calor. Es la vida del guaifaigrino (así se dice en Portugal).
Resumen etapa: 30,77 km en 5:42 a una media de 5,4 km/h. Calor sin fin y sin tocar un centímetro de tierra, todo asfalto.
Por cierto, los calzoncillos que me compré como sustitutos de los culotes son una porquería porque ya he tenido que hacer uso de mytosil, no voy a dar más detalles.

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Mucho calor junto al Tajo


Después de escribir ayer tarde junto a unas respectivas cervezas, sin alcohol claro, salimos a dar un paseo por el barrio altos contemplar las vistas de la ciudad al caer el sol. Como dos enamorados cogidos de la mano… Vimos pasar varias parejas de turistas enamorados bajo el cielo azul del mirador (mal pensados). Joseba había intentado ligar con unas turistas en la plaza del Comercio ofreciendo sus servicios como fotógrafo pero sin resultado, para variar (hay testimonio gráfico).
Esperando mesa para cenar nos tomamos un mosto verde en una tabernita muy coqueta y después de gustamos una frugal aunque selecta cena en compañía de una buena botella,de agua verde claro, mientras cogidos de la mano… Nos contemplaban los vecinos de mesa con envidia (otra vez mal pensados). Por cierto la conversación fue derivando hacia la política como sustituto obligatorio del sexo mientras los vapores del agua iban llenando nuestras cabezas.
Regresamos al hotel tras una breve parada en el bar de detrás de la estación para tomar un refrigerio sin alcohol y dormir.
Esta mañana levantados a las 7 para desayuno a las 7:30 y salir disparados para hacer la etapa porque ya hacía bastante calor y nos quedaban muchos quilómetros. La salida de Lisboa no ha sido tan fea como esperábamos y tras callejear por Alfama hemos salido por carriles paralelos al Tajo en dirección al parque de las naciones. Allí he os podido comprobar que no sólo en España se ha despilfarrado el dinero en proyectos faraónicos que luego quedan abandonados, véase su prima la Expo de Sevilla. Así nos va a un lado y a otro de esta vieja piel de toro, como diría mi sabio compañero Joseba después de dar cuenta de media botella de bagazo, yo no sé lo que es pero me ha dicho que es agua sin gas típica de Portugal.
Pasado un aparcamiento el camino gira hacia la derecha para ir paralelo al río Trancao, afluente del Tajo. Un sendero de tierra se adentra por un valle caluroso al que cada vez menos le entra la brisa y que va sorteandolos núcleos de población cercanos con el único propósito de que el peregrino vaya agotando el agua y los ánimos hasta ser pasto de los buitres, es decir, no hay nada de nada en 15 quilómetros.
Joseba decía que el agua que habíamos llenado en el hotel tenía mal sabor pero llegando a Póvoa de Santa Iria y tras haber acabado con mis reservas del líquido elemento habría dado mi reino por refrescar mi boca con un trago de ese elixir. El caso es que en un cruce con la carretera que desviaba el camino hacia la nada y después de 25 quilómetros sin para más que regar el campo con nuestros restos líquidos y cada vez menos, hemos parado a dejarnos aconsejar por la tecnología que llevamos haciendo honor a nuestra nueva denominación de wifigrinos. La alternativa era girar a la derecha abandonando la civilización para seguir una senda junto la Tajo de 4 ó 5 km hasta el fin de etapa sin agua, muertos de calor, hasta el gorro de todo y con los pies adquiriendo vida propia. La otra opción era seguir la carretera nacional unos 3ó 4 km hasta llegar al final con la esperanza de encontrar algún lugar en el que tomar algo al atravesar Póvoa. San Google nos ha confirmado restaurante a la vista por la nacional y hacia allí hemos encaminado nuestros pasos sin dilación hasta un verdadero oasis en el camino.
Si bien encierro que los muchos quilómetros nos han machacado todo se ha tornado placidez junto al restaurante No sé qué de Rodizio. Se trata de un tipo de restaurante con buffet libre para las guarniciones y un plato único de variedad de carnes por 10 euros. Junto a un par de cervezas,sin alcohol por supuesto, hemos llenado un plato con los entrantes mientras nos ponían un tubo rojo por arriba y verde pálido por abajo: se trata de que cuando te has comido el primero le das la vuelta al rollo y comienza el desfile de carnes. Varios camareros comienzan a ofrecer todo tipo de carnes asadas pinchadas en un palo metálico del que van cortando lonchas. Comienza el festival con banana frita y patatas de las de verdad y así van pasando vacas,toros,bueyes, corazones y otros tipos hasta perder la cuenta. El final son unas lonchas de piña caliente deliciosa.
Con mejor ánimo que al entrar hemos afrontados los últimos tres quilómetros por carretera nacional hasta la suite que nos esperaba en Alverca do Ribatejo. Al llegar un siniestro lugar cerrado a cal y canto atendía al nombre descrito en la guía. Hemos llamado al teléfono de la puerta y un tipo. Nos ha dicho que estaba en Lisboa y que teníamos que esperar dos horas para que regresara. Tras colgarle el teléfono de bastante mala leche me ha llamado otra vez para decirme que en 15 minutos llegaba. Así ha sido y nos ha ofrecido por 30 euros una sencilla habitación con dos camas bastante incómodas y baño sencillo aunque aceptable ente limpio. Tras ducha,lavada de ropa y descanso nos hemos venido para el pueblo a tomar algo y escribir. Estamos algo alejados del centro así que tras un largo paseo hemos llegado a un bar a la sombra en el que nos hemos sentado yo a escribir y Joseba a leer el periódico portugués. Por desgracia el camarero está algo sordo y no ha entendido bien la comanda así que a mí me ha traído un agua sin gas pero conJoseba se ha equivocado y le ha traído una cerveza de casi un litro a la que se ha agarrado como si le fuera la vida con la inconfesable intención de derramarla sobre su estómago,por dentro. No he podido hacer nada por impedirlo puesto que me ha dado miedo verle sacarlos dientes así que me he dispuesto a escribir y disfrutar de los gritos histéricos de una hija de… Que se ha sentado detrás y que no para de vociferar no sé que cosas sin parar (para colmo lo hace en portugués y yo no entiendo nada).
Por cierto ya le he contado a Joseba que Mar invita a sus amigos a cortar jamón en casa y Raúl os especificará en qué condiciones.
Hoy hemos hecho 31,2 km en 5:48 a 5,4 km/h. Sol de justicia, mucho asfalto y casi deshidratación.

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Traslado de Lorca a Lisboa por Barcelona


Primera entrega del camino desde Lisboa. Este año voy a llevar muchas más cosas adelante porque dispongo de toda la tecnología necesaria para hacer seguimiento por redes sociales y blog. Atentos por tanto a nuestro Facebook (ya los hemos mencionado Juancapa y Joseba) en twitter @juanmacapa y también iré subiendo foros a flickr. Las fotos serán a ir publicando en el lateral derecho del blog, un poquito más abajo de estas letras.
El camino de ayer largo y pesado hasta llegar a Lisboa a las 23 horas local (perdimos una hora en por el aire que todavía no hemos encontrado ni dentro de la mochila.
Después de 8 horas de tren llegué a Sans aunque casi no me dio tiempo de besar apasionadamente a Joseba porque tenía los billetes de metro en la boca y salíamos en cinco minutos hacia el aeropuerto tres andenes más allá.
Esto de la crisis es una porquería: yo había comprado un billete de primera para que me dieran el periódico y la comida pero por allí sólo se pasó el revisor a pedir el billete y otro pájaro con unos auriculares de los malísimos para ver 8 horas de documentales infames. Yo, menos mal que me había descargado en Orbyt los periódicos, llevaba el iBook cargado de juego de tronos y mis propios auriculares para escuchar a Mariza y así crear un poco de ambiente.
Entre olor a bocata de chorizo y traqueteos completamos la primer parte.
Una vez en el aeropuerto pudimos saludarnos de una forma más cariñosa (tranquilos que los detalles más escabrosos no,los voy a poner que esto lo leen niños. En 4 horas nos pusimos al día, más o menos de las novedades en nuestras vidas, los proyectos de obras, las peleas con nuestros directores, los hijos y creo recordar que también comentamos alguna cosilla de nuestras respectivas medias naranjas, nada serio y cada uno de la suya, por supuesto. También Joseba tuvo la oportunidad de mostrar sus progresos con la lengua del imperio gracias a unas elegantes señoritas que paseaban por allí (curioso pero se comunicaba menos con las que llevaban poca ropa por arriba y por abajo).
El resto del tiempo Joseba lo pasó comprobando la puerta en la que teníamos que embarcar porque no aparecía y nos retrasaban el vuelo una hora.
Primera parte del vuelo con turbulencias aunque como es la hora que hemos perdido no la puedo contar. Para colmo un grupo de quinceañeras en los asientos demuestro alrededor para fastidiarnos bien y recordarnos nuestro trabajo. Al menos nuestra vecina de fila en la ventanilla no era gorda y pudimos meter las piernas entre asiento y asiento sin necesidad de calzador.
Al llegar a Lisboa nuestras mochilas aparecieron las primeras en la cinta y teníamos un taxi esperando en la puerta que nos llevó al hotel por la módica cantidad de 18 euros (5 por las mochilas).
Paseo nocturno por la ciudad con todo el mundo ofreciéndonos coca, chocolate y drogas de diseño, que será que nos han visto cara de drogatas a Joseba más que a mí, claro.
Cansados regresamos pronto. Joseba se duchó y lavó la ropa y yo directo a la cama a roncar según dice Joseba.
Hemos despertado sobre las 7 con todos los dispositivos cargados tanto digitales como humanos y tras mi ducha y lavado de ropa correspondiente hemos bajado a desayunar. Nos alojamos en el Hotel Lisboa lo que es un problema para nosotros ya que cuando dices que te hospedas en el hotel Lisboa es fácil pensar que en Lisboa hay muchos y que se puede ser más preciso.
Lo primero hemos solucionado el problema de internet y teléfono comprando una tarjeta para el iPad y otra par el tf y así poder llamar a los teléfonos de aquí a precio razonable.
Nos hemos ido asar una vuelta viendo tranvías hasta la Sé donde hemos sellado la credencial y hemos visto la primera flecha de nuestro camino, que nos ha costado un montón encontrarla.
Por cierto, este cacharro no me permite subir fotos a la entrada, ya veré.
Hemos organizado las dos primeras etapas encontrando alojamiento alternativo a la opción bomberos, ya veremos lo que nos encontramos. Luego vuelta por el Barrio Alto, hemos comido frente al elevador de Santa Justa y hemos subido al hotel a descansar, escribir y tomar algo,sin alcohol porque en este camino hemos decidido dejar nuestras adicciones más fuertes.
Mientras tanto Joseba ve una película en inglés con subtítulos en portugués en la que sólo gritan, aúllan y muerden, un montón de sangre por todas partes que luego alguien tendrá que limpiar.

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Todo preparado para el camino


Por fín llegó el día de comenzar el camino. Mañana a las 8 salgo en tren a Barcelona para reunirme con Joseba y tomar el vuelo a Lisboa. La mochila está lista, me he rapado la cabeza y creo que ya está todo controlado.

He tenido algunos problemillas con la tecnología que no sé si seré capaz de solventar sobre la marcha puesto que algunos de los mapas que cargué en el gps se han ido borrando misteriosamente. De cualquier modo he encontrado los tracks del camino en wikiloc y los he podido cargar en el móvil y en el ipad mediante everytrail.com.

He de reconocer que esta última semana sí se me ha hecho larga esperando el momento. Joseba y yo estamos acostumbrados a salir el mismo día 30 de junio nada más terminar el claustro de fin de curso y este año mis problemas nos han retrasado todo casi un mes. Pensaba que se haría terrible pero he de reconocer que se pasó volando todo el tiempo menos estas última semana. Llevo ya dos o tres días con un movimiento interno y un hormigueo de camino.

Os hablo un poco de la mochila, al final no han sido 7 sino 9 los quilos que llevo, los pesé ayer cuando la completé. Aunque es un poco más de lo que esperaba creo que voy bastante bien, mejor que otros años. El material es muy ligero y uno de los problemas es que la mochila es algo pesada (lo que se gana en comodidad para llevarla). El contenido es:

– Bolsa de agua de 2 litros.

– 4 pares de calzoncillos (son de microfibra muy ligeros, 70 gramos y tipo culote).

– 4 pares de calcetines, dos cortos y dos largos.

– 2 camisas de marcha.

– 1 camiseta de manga corta y una de manga larga.

– 1 forro polar de quechua de los de cremallera completa.

– Tres bolsas de tela para guardar las cosas.

– 2 bastones de marcha leki.

– Saco de dormir de 900 gramos marca Coleman de extremo -4.

– Almohada hinchable.

– Gafas de sol y funda.

– Navaja suiza.

– Linterna para colocar en la cabeza.

– Cinta americana, un rollo.

– Cinco pinzas para ropa.

En la bolsa de aseo lo imprescindible: pasta de dientes, cepillo, desodorante, cuchilla de afeitar y gel de ducha (250 ml).

En el botiquín: tijeras, compeed, paracetamol, ibuprofeno, protector estomacal, cardil (mi anticolesterol), pomada contra picaduras, betadine en pasta y mitosyl para las rozaduras íntimas.

Además de todo eso llevo mi bolsa de mano para llevar documentos, dinero, ipad, teléfonos, cargadores y baterías auxiliares tal y como os expliqué en la entrada anterior.

Creo que lo llevo todo y ahora sólo falta que nos haga buen tiempo y el camino no ponga muchos obstáculos, sobre todo en forma de ampollas. Llevaremos el seguimiento del camino via twitter @juanmacapa y el facebook de Joseba y el mío, Juanmacapa.

Como ves, Fran, hoy he escrito una entrada más acorde a lo que tú esperabas en la anterior, mucho menos tecnológica. A partir de ahora primarán los dolores de espalda, de pies, los orujos (en Portugal será algo parecido). Nos esperan entradas de reírnos, pasarlo bien, gastar bromas, conocer toda especie de peregrinos, turigrinos, bicigrinos y demás especie.

Nuestras sufridas esposas disfrutarán de unos días alejados de nosotros, de nuestras manías y líos. No tendrán que aguantar nuestros futuros proyectos de camino, pero que no se hagan ilusiones porque un mes se pasa demasiado rápido.

Mañana escribiré la entrada desde el tren camino a Barcelona. Esto está en marcha.

Ultreia!

Preparando Camino Portugués


Una vez más nos ponemos en camino, esta vez Joseba y yo vamos ha hacer la ruta desde Lisboa a Santiago: el camino Portugués. Os dejo alguna información que os pueda ser de interés de cara a la organización.

Con respecto a la preparación física no ha habido grandes novedades: llevo un par de meses haciendo una media de 10 km diarios alternando los tramos por carretera con los de camino. He procurado hacer rutas con desnivel y otras más llanas. Para medir las rutas he utilizado runtastic.com la aplicación de pago para el iphone. La verdad es que funciona bastante bien aportando datos suficientes sobre velocidad media, distancia o desnivel y te permite controlar todo el proceso sin demasiados problemas. La diferencia entre la app de pago y la gratuita es pequeña pero por el precio que tiene merece la pena comprarla.

El haber estado en Oria una parte importante de junio y julio ha sido otro gran acierto ya que la temperatura es agradable y se puede andar por la mañana sin demasiado calor. También he salido algunos días en Lorca pero aquí los problemas sí son mayores.

El próximo viernes nos ponemos en marcha: yo salgo desde Lorca en el Talgo a Barcelona y allí nos reunimos los dos para salir en avión hasta Lisboa. Tenemos reservados los billetes de tren y de avión y el alojamiento que será en el hotel Lisboa. Comenzamos a buen nivel pero el precio era bastante arregladito.

Uno de los principales problemas que tenemos que solucionar nada más llegar allí es el de los teléfonos e internet. Yo llevo el iphone y el ipad junto a mi teléfono galaxy note. Este último lo voy a usar básicamente como cámara de fotos ya que tiene una buena cámara. Con el iphone usaré el roaming pero el problema lo tengo con los datos, sobre todo para usar el gps. Voy a intentar comprar una tarjeta para el ipad allí con un prepago de datos para el ipad porque el precio para internet es inaceptablemente caro.

Pero para el tema de gps creo haber encontrado la solución. Se trata de la aplicación mapa 3D de every trail. Puedes descargar los mapas para poder usarlos sin necesidad de internet y los tracks se puede agregar desde la página web al crearte una cuenta. No he probado todavía el resultado pero tiene muy buena pinta y ya he conseguido la ruta desde Lisboa a Finisterre. Os iré informando de cómo marcha esto y si realmente es tan bueno como parece.

Ahora estos días ya sólo queda preparar el material. Ya tengo en casa la mochila (una symbium 60 litros de quechua). Esta mochila fue la que tuve que comprar el año pasado en Burgos deprisa y corriendo porque se rompió la que llevaba. Es cómoda de llevar y para meter todo el material. Mi intención es no pasar de los 8 quilos totales de peso esta vez así que estos días tendré que ir ajustando los materiales. Ya iré poniendo todo lo que llevo.

También el otro día me hice el carnet de alberguista porque creemos que nos va a hacer falta cuando estemos allí ya que uno de los principales problemas al que nos enfrentaremos será el del alojamiento. En Portugal no hay infraestructura de albergues de peregrinos y tendremos que preveer con anticipación si los bomberos nos acogen (eso es lo que dice en la guía). Por cierto llevamos la guía de El País aunque no físicamente: Joseba la ha digitalizado y la llevo en el ipad y en los teléfonos para consultarla en cualquier momento.

También creo haber resuelto el tema de las cargas de batería para los teléfonos. He comprado en mediamarkt el energycase y el energi to go XP2000 con lo que aumento bastante la duración de las baterías y no tengo que llevar más peso casi.

Si alguno quiere preguntarnos cualquier cosa puede usar las redes sociales o directamente escribir un comentario en el blog. Todo preparado y ¡Buen Camino, peregrino! sobre todo ahora que ha aparecido el Codex Calixtinus.

@juanmacapa y facebook