Santander, inicio del Camino Lebaniego

Después de un viaje agradable y placentero en tren desde Alicante a Santander me encuentro por fin en el punto de salida del camino de este año. El viaje transcurrió entre episodios de Juego de Tronos (4) recorriendo esa extensa piel de toro que es nuestra patria excelsa y extensa.
La organización de esta primera jornada dependía de las redes sociales y de booking con los comentarios de los usuarios: no defraudó. Es cierto que el hostal elegido (el San Glorio) era una apuesta arriesgada por 48 euros pero me dejé llevar por los comentarios y he de reconocer que…
que mis niveles de exigencia han bajado mucho en estos últimos años. La realidad es que al menos estaba bastante limpio con un baño y unas sábanas sin restos humanos ni animales, de lo demás nada más que comentar.
La única anécdota es que en la calle anterior a la del hostal hay también un hotel con el mismo nombre. Me presenté en la recepción a reclamar mi reserva hasta que la señora me redireccionó, con cierto tono de desprecio, hasta la siguiente: Esto es el hotel, tu reserva es en el hostal y nosotros no tenemos nada que ver con esos.
En el centro de Santander y con la pretensión de un viaje austero la noche dio para un paseo hasta recoger las credenciales del lebaniego y una cerveza en una plaza hasta acabar en un mesón junto al hotel degustando una sartenuca de gulas con huevos a un precio razonable. Lejos quedan los tiempos en los que una gran mariscada servía de inauguración de cualquier camino (y del resto de eventos de mi vida).
Noche tranquila después del 5º capítulo de Juego de tronos entre espadazos y tetas me cercó morfeo con su beso oscuro (que no negro), o cualquier otro.
Desayuno en el bar frente al hostal y paseo hasta el BBVA a sacar pasta del cajero porque no sé cuándo podré volver a aprovisionarme. Luego tiempo muerto hasta la llegada de Joseba a las 8:30 en la estación.
Besos, abrazos e incluso alguna caricia que rozaba lo obsceno dio paso a buscar agua, tomar café y poner forros en mochilas y chubasqueros en cuerpos: etapa entre nubes y fresquito.
Hemos completado 35 km sube-baja en constante asfalto por zonas industriales sin gran encanto. Etapa dura y larga que hemos soportado bien gracias a la temperatura del día.
Paso arriesgado hasta Mogro (jugándonos la vida de un modo absurdo gracias a que Joseba ha venido con el concepto del riesgo absoluto y ha decidido hacer caso a una paisana que nos insistía en que cruzáramos por la vía (creo que no era sepulturera).
Hemos parado a comer en Polanco en un mesón. Menú abundante por 10 euros con sopa de regalo incluida.
Sin mayor novedad hemos llegado a Santillana hasta las narices de asfalto y un poco decepcionados por el paisaje y por la falta de encanto verdadero. Hemos visto algunos peregrinos en ruta y nos vamos dando cuenta de que el camino del norte está cambiando: hay mucho más negocio peregrino en todos los sentidos.
Al llegar al albergue el público estaba lleno y hemos acabado en uno privado aceptable y digno a precio razonable.
Paseo de 10 mn y recuperación de líquidos hasta acabar en el Cossio en el que esperamos dar cuenta de variedad de carnes a la parrilla, mañana os cuento.

image

image

image

imageimageimage

image

Un comentario en “Santander, inicio del Camino Lebaniego

Responder a juanjovilarCancelar respuesta