5ª Villapedre – Figueras

atrásdelante

Un desayuno aceptable en el mesón de los dueños de la casa rural ha supuesto el inicio de la etapa. Se trata de un trazado cómodo y sencillo, a pesar de los quilómetros. Uno de las cosas que más me molestaba de la planificación que había hecho era la de tener que dejar de paso Navia sin poder parar a verla con detenimiento. El caso es que por mi propia organización decidí pasar sin detenerme y tengo que decir que tampoco es que haya supuesto una gran pérdida. Navia ha sido una decepción: una ciudad sin nada especial salvo, quizás, las vistas a la Ría. La bajada al pueblo y la subida posterior son las dos cosas más complicadas de la etapa. Por lo demás, sin novedad hasta Tapia de Casariego..

Merece la pena abandonar el trazado del camino para bajar hasta el puerto de Tapia de Casariego ya que el recorrido no pasa casi por allí. Para colmo de fortuna al llegar a las tabernas del puerto he descubierto con alegría que era la fiesta del percebe y así me he lanzado a un suculento aperitivo regado con una botellita de Albariño.

El almuerzo ha hecho que alargara mi estancia más de lo previsto y además ha supuesto el tener que tomar carreteras secundarias hasta alcanzar el trazado del camino que me iba a llevar hasta Figueras. He tomado la ruta junto a las playas para acabar perdido y atajando directamente hasta localizar el albergue en el que tenía hecha la reserva. En toda esta zona no hay indicaciones y es difícil orientarse correctamente, sobre todo si no dispones de tecnología gps.

Mi idea era no parar en Ribadeo ya que conozco bien las condiciones del albergue y su ubicación.  Como alternativa he tomado el albergue turístico de Figueras: un sitio nuevo y bastante bien cuidado. La gente que lo lleva es muy atenta y tienen bastantes servicios para hacer más cómoda la estancia al caminante. Tienen algún dormitorio con bastantes literas pero también disponen de habitaciones menos multitudinarias. Disponen de un menú económico y bastante digno.

Por una serie de circunstancias he acabado en una habitación con tres peregrinas con las que he pasado una agradable jornada. Dos de mis compañeras de habitación habían contactado con un taxi para llevarlas a hacer la visita a la playa de las Catedrales a un precio razonable y me he apuntado.

Después de comer me he dado un paseo hasta la zona del puerto desde donde hay unas vistas preciosas a toda la Ría con Castropol a un lado y Ribadeo enfrente. Para colmo la marea estaba muy baja y la gente se había bajado a la zona del río en plan excursión. Después de una agradable tarde tomando algo en el puerto y escribiendo he regresado al albergue para juntarme con las chicas y marcharnos a la playa de las Catedrales. La visita ha merecido la pena porque la marea estaba muy baja. Hay que tener en cuenta que han limitado el acceso de turistas y hay que reservar entradas previamente para poder acceder. También es cierto que la gente del lugar dispone de entradas si quieres sin tener que buscar en internet y previo pago del transporte hasta allí.

La playa de las Catedrales se ha convertido en algo terrible. Nada tiene que ver ahora con la primera visita que nosotros hicimos hace ya muchos años gracias a que nos llevara Carmen. Entonces no iba casi nadie allí y pudimos disfrutar de la playa toda la tarde sin problemas. Hoy en día aquello parece la Gran Vía de Madrid en hora punta: miles de personas dando vueltas sin sentido a todas partes y entrando por todos lados. Todo el mundo quiere llegar lo más lejos posible sin tener en cuenta mareas ni nada por el estilo. Un parque temático en hora punta, una pena.

Estupenda la visita gracias a Rosario y a Inma que se ha completado regresando al albergue y viendo el partido de la supercopa de Europa que ha acabado con goleada y título para el Barça. Como siempre camino y fútbol siguen juntos.

Resumen de la etapa 38,6 km en 7h 41 minutos (tiempo de relax en Tapia). Enlace en wikiloc.

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5ª Villapedre – Figueras

Un desayuno aceptable en el mesón de los dueños de la casa rural ha supuesto el inicio de la etapa. Se trata de un trazado cómodo y sencillo, a pesar de los quilómetros. Uno de las cosas que más me molestaba de la planificación que había hecho era la de tener que dejar de paso Navia sin poder parar a verla con detenimiento. El caso es que por mi propia organización decidí pasar sin detenerme y tengo que decir que tampoco es que haya supuesto una gran pérdida. Navia ha sido una decepción: una ciudad sin nada especial salvo, quizás, las vistas a la Ría. La bajada al pueblo y la subida posterior son las dos cosas más complicadas de la etapa. Por lo demás, sin novedad hasta Tapia de Casariego..

Merece la pena abandonar el trazado del camino para bajar hasta el puerto de Tapia de Casariego ya que el recorrido no pasa casi por allí. Para colmo de fortuna al llegar a las tabernas del puerto he descubierto con alegría que era la fiesta del percebe y así me he lanzado a un suculento aperitivo regado con una botellita de Albariño.

El almuerzo ha hecho que alargara mi estancia más de lo previsto y además ha supuesto el tener que tomar carreteras secundarias hasta alcanzar el trazado del camino que me iba a llevar hasta Figueras. He tomado la ruta junto a las playas para acabar perdido y atajando directamente hasta localizar el albergue en el que tenía hecha la reserva. En toda esta zona no hay indicaciones y es difícil orientarse correctamente, sobre todo si no dispones de tecnología gps.

Mi idea era no parar en Ribadeo ya que conozco bien las condiciones del albergue y su ubicación.  Como alternativa he tomado el albergue turístico de Figueras: un sitio nuevo y bastante bien cuidado. La gente que lo lleva es muy atenta y tienen bastantes servicios para hacer más cómoda la estancia al caminante. Tienen algún dormitorio con bastantes literas pero también disponen de habitaciones menos multitudinarias. Disponen de un menú económico y bastante digno.

Por una serie de circunstancias he acabado en una habitación con tres peregrinas con las que he pasado una agradable jornada. Dos de mis compañeras de habitación habían contactado con un taxi para llevarlas a hacer la visita a la playa de las Catedrales a un precio razonable y me he apuntado.

Después de comer me he dado un paseo hasta la zona del puerto desde donde hay unas vistas preciosas a toda la Ría con Castropol a un lado y Ribadeo enfrente. Para colmo la marea estaba muy baja y la gente se había bajado a la zona del río en plan excursión. Después de una agradable tarde tomando algo en el puerto y escribiendo he regresado al albergue para juntarme con las chicas y marcharnos a la playa de las Catedrales. La visita ha merecido la pena porque la marea estaba muy baja. Hay que tener en cuenta que han limitado el acceso de turistas y hay que reservar entradas previamente para poder acceder. También es cierto que la gente del lugar dispone de entradas si quieres sin tener que buscar en internet y previo pago del transporte hasta allí.

La playa de las Catedrales se ha convertido en algo terrible. Nada tiene que ver ahora con la primera visita que nosotros hicimos hace ya muchos años gracias a que nos llevara Carmen. Entonces no iba casi nadie allí y pudimos disfrutar de la playa toda la tarde sin problemas. Hoy en día aquello parece la Gran Vía de Madrid en hora punta: miles de personas dando vueltas sin sentido a todas partes y entrando por todos lados. Todo el mundo quiere llegar lo más lejos posible sin tener en cuenta mareas ni nada por el estilo. Un parque temático en hora punta, una pena.

Estupenda la visita gracias a Rosario y a Inma que se ha completado regresando al albergue y viendo el partido de la supercopa de Europa que ha acabado con goleada y título para el Barça. Como siempre camino y fútbol siguen juntos.

Resumen de la etapa 38,6 km en 7h 41 minutos (tiempo de relax en Tapia). Enlace en wikiloc.

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