Sale el camino a 1.000 metros de altura por la parte alta del pueblo y durante un buen tramo va paralelo a la carretera N-260. Se va cerca del río Segre por terreno cómodo en un suave descenso hasta llegar al cruce de la carretera que lleva hacia Prullans (1.150 m.) en el km 5. En ese punto se inicia el verdadero ascenso. Siempre subiendo por una pista bastante buena de andar y muy regular de nivel pero con fuertes tramos de subida, casi no tiene descansos. Al llegar a Ardovol (km. 7) se alcanzan los 1.300 metros. Desde aquí seguimos subiendo hasta alcanzar el valle del río de la Llosa a 1.400 metros.
Desde aquí ya no vamos a abandonar el río hasta llegar al final del valle: un precioso paseo por sendas de montaña cada vez más altas. Hay que tener cuidado porque hay zonas con mucha agua, sobre todo en las épocas de deshielo, nosotros no hemos tenido problemas de paso pero porque todo está muy seco.
Seguimos este precioso valle sin grandes novedades, el terreno es duro pero está muy bien indicado y no tiene pérdida. Al llegar a la cabaña dels Esparvers (2.068) el río se divide y tomamos el valle de la derecha por el Riu d’Engait. En este punto comienza la parte más dura de la ascensión. El cansancio acumulado puede pasar factura ya que esta ascensión última es bastante dura. El valle se va cerrando en un precioso circo glaciar mientras vamos pasando desde España a Andorra para acabar en Francia. En el pico es el lugar en el que se unen los tres países.
Entrados en Andorra por unos metros dejamos definitivamente el río y tomamos una senda a la derecha que nos lleva directos hacia el Coll de la Portella Blanca. Es el tramo más duro de la etapa en el que se une la dificultad del terreno, el desnivel de subida y el cansancio acumulado. La sensación arriba cuando coronas el Coll y puedes contemplar los dos valles es maravillosa. Desde ese punto las vistas son increíbles tanto por la parte española como por la francesa.
Si la subida ha sido complicada hay que prepararse bien para la bajada: técnica, dura y muy larga. Es cierto que el desnivel es bastante constante, pero las sendas son muy irregulares, es fácil despistarse del camino y también hay que tener cuidado con las zonas de agua.
Vamos a descender por el valle de Campcardos siempre junto al río. El primer tramo es un fuerte descenso por una estrecha senda hasta el valle, desde aquí ya siempre hacia abajo entre impresionantes moles a ambos lados y el precioso río en medio. En este tramo hay que ir alternando la atención con el terreno que se pisa y el mirar de vez en cuando hacia arriba (adelante, atrás y a los lados) para disfrutar de toda la belleza que cada rincón nos ofrece.
El cansancio cada vez se hace más evidente y la última parte del descenso, ya por una zona mucho más arbolada del valle, se hace eterno: es momento de echar mano de la experiencia y pensar que el final está cada vez más cerca. A medida que vamos bajando la senda se va haciendo cada vez más ancha aunque las piedras siguen complicando la marcha.
Resumen: 34,9 km en 11h 11 min a 3,12 km/h. 1.554 m de subida y 1.059 de bajada.
Página oficial del Camí dels bons homes.