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Paseando por Bilbao, primera noche
Comienza una nueva aventura de estos caminantes compulsivos que cada vez son más viejos pero no más sabios.Este año nuestra aventura es: El Camino Olvidado o Camino Viejo. Como cada mes de julio nada más terminar el claustro preparamos nuestras mochilas, afeitamos nuestras cabezas (la de Joseba una pasadita por los laterales y poco más) y nos ponemos en marcha.
Es cierto que cualquier camino requiere una preparación bastante intensa y a lo largo de estas entradas os voy a ir describiendo los procesos de preparación, los materiales imprescindibles y las aplicaciones de móvil aconsejables para tener una aventura segura y agradable.
Lo primero que nos hemos planteado esta vez es organizar todo lo relativo a alojamiento y a trazados de rutas y la verdad es que hemos acertado plenamente. El Camino Olvidado está comenzando y tiene pocas infraestructuras. Se hace imprescindible llevar grabados los track en una aplicación para evitar sorpresas desagradables como perderse en mitad de cualquier monte. Yo utilizo wikiloc y voy a ir poniendo los enlaces de las etapas al final de cada entrada para que cualquier pueda descargarlos y usarlos. Aunque en las dos primeras etapas todo ha estado muy bien indicado, a partir de la tercera la cosa cambia y hay lugares muy mal indicados y otros en los que se han molestado en ir borrando las flechas.
Pero empecemos por el principio:
El día 30 de junio previa despedida de curso junto a mis amigos Patri y Nico me fui a casa para preparar todo y salir de viaje. En la mochila llevo: 2 camisetas técnicas, 2 camisas, 2 pantalones cortos, uno largo, una camiseta de manga larga, un forro polar finito, una sábana saco, cuatro calcetines, tres culottes (por calzoncillos), bolsa camello de agua, unas crocs, una toalla de las de baño de decathon, chubasquero y pantalón de goretex, jabón lagarto, cuatro pinzas y paraguas. En el neceser, además de lo normal de aseo llevo anti-inflamatorios, analgésicos, pomada anti-inflamatoria, esparadrapo y tiritas. También llevo mi iPad, el teclado de Appel, una batería extra de 6000 y un ladrón (enchufe) pequeño.
A las 9:36 salía mi tren rumbo a Bilbao con parada en Madrid. Llevaba los billetes en mi aplicación móvil de Renfe (RenfeTicket) llegando a destino a la hora prevista, 9:16 de la noche. En el trayecto pude disfrutar de los seis primeros capítulos de «Juego de Tronos» que me había descargado amablemente Cristian para mí aplicación de iPad AVPlayerHD. Había reservado habitación en el Hotel Bilbao Jardines por medio de Booking y llevaba toda la información en mi aplicación de Booking. En la estación me esperaba mi amigo Joseba que iba a actuar de anfitrión y Cicerone en nuestra estancia en estas tierras.
Sin perder tiempo fuimos al hotel a dejar las cosas y bajamos a cenar a una de las múltiples tabernas de la zona. El hotel he de decir que está bastante regular en su relación de Calidad-precio. Hay que tener en cuenta que los precios en Bilbao están bastante subidos y un hotel en el centro de la ciudad se cotiza mucho. Es sencillo y con mucho ruído de la calle en fin de semana pero con los servicios básicos, y la situación es estupenda.
Tras una cena rápida nos fuimos a la cama porque yo estaba bastante cansado. Hay que tener en cuenta que el 28 se ha cumplido el segundo mes desde que me operaron de la rodilla y no sé cómo responderá ante las etapas que nos esperan durante mes y medio.

Mercado de la Ribera
A las 6 de la mañana he escuchado el desagradable sonido del despertador de Joseba. Este año le ha cambiado el ruido y suena aún más horrible que de costumbre. De todos modos, he prometido que no me voy a meter mucho con él y por eso no voy a recordar cómo se levanta con la mochila puesta, ocupa el baño y lo inutiliza para el resto de la mañana, y cuando apenas me levanto escucho su frase preferida: «yo ya estoy, ¿qué te queda?».

Vista de San Manés desde Altamira
Hemos salido siguiendo el el camino del norte ya que el recorrido de ambos caminos es común hasta cruzar el barrio de Altamira. Justo al terminar la bajada y casi ser comidos por un enorme perro suelto que debe hacer las delicias de todos los peregrinos que por allí pasan, hemos llegado a un punto en el que ambos caminos se separan.

Lugar en el que se separan el Camino del Norte y el Camino Olvidado
Nuestra ruta comienza entonces un precioso paseo por el valle del Cadagua. La mañana ha estado bastante cubierta y casi no ha parado de caer agua en todo el día. Estaba previsto según la aplicación del tiempo.es que suele ser bastante precisa en predicciones a corto plazo. El camino transita casi todo el tiempo por carriles-bici paralelos al río en un valle precioso muy cuidado en general y sin grandes desastres urbanísticos. Hemos pasado por Alonsotegi, Sodupe, Gueñes y fin de trayecto en Zalla. Me ha producido especial alegría pasar por Sodupe a pesar de no haber podido coincidir con una amiga que tengo que vive allí con su familia. Un abrazo para Rosa.
La etapa es sencilla y cómoda y el final de trayecto estaba previsto en Zalla porque no teníamos alojamiento en toda la comarca. Al hacer las reservas no encontré nada en ningún pueblo porque había prevista una competición del mundial de Enduro y concentraciones de motos que tenían todos los hoteles de la comarca completos. Teniendo en cuenta esta situación habíamos tomado la decisión de llegar lo más lejos posible y regresar a Bilbao en tren para recuperar el camino a la mañana siguiente desde el sitio en que lo dejábamos. Hemos llegado a Zalla a muy buena hora y con mi rodilla en unas condiciones bastante aceptables. En el camino hemos tenido tiempo de ponernos al día de todas nuestras aventuras del año, de proyectos, quejas y disputas propias y ajenas. Un agradable paseo bajo una suave lluvia cubierto por un paraguas.
Hemos regresado a Bilbao y tras ducha y lavar ropa hemos ido a comer. A estas alturas ya tenía bastante claro que mi cicerone particular es bastante cutre y no conoce nada de su ciudad por lo que he tenido que recurrir a tripadvisor que nos ha propuesto el batzoki. Al llegar estaba completo y finalmente hemos buscado sobre la marcha para acabar comiendo junto al hotel en un lugar bastante digno.
El resumen de la etapa es que mi rodilla va bastante bien aunque me molesta mucho durante la ruta, que las previsiones del tiempo no fallan, que Joseba es un desastre como organizador aunque estupendo como compañero y conversador (además de llevar toda la información disponible). Que Bilbao es muy cara, que el camino es precioso en su inicio y que está muy bien indicado y cuidado y que las aplicaciones y previsiones que habíamos hecho van a la perfección gracias a nuestra experiencia acumulada a lo largo de estos años de camino.
Por la tarde hemos descansado un ratito en el hotel hasta que ha llegado Tere. La Santa esposa de mi compañero (Santa por evidentes motivos) ha tenido el maravilloso detalle de acercarse desde su lugar de reposo y descanso ante la ausencia del guerrero para saludarnos y acompañarnos mientras ella sí nos explicaba todo lo que hacía falta sobre su ciudad. El paseo nos ha llevado hasta el Gugguenheim y luego a tomar algo en la cafetería de debajo del mercado. Una tarde estupenda para reencontrarnos y prometerle formalmente que cuidaré a su «calvito» y se lo devolveré dentro de 20 días sano y salvo, aunque algo más delgado.
Tras marcharse Tere y pasar un buen rato Joseba llorando por los rincones hemos decidido ir a cenar a Plaza Nueva y ahogar sus penas en un poquito de txakolí (yo le he acompañado por cortesía y porque beber solo está mal visto).
Regresó al hotel y todo listo para la segunda etapa.
Resumen de la etapa: 28,4 km en 6 horas, 22 minutos y 225 metros de desnivel de subida acumulado. Enlace a wikiloc.