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Las previsiones de etapa se han cumplido plenamente, tanto por la belleza del camino toda la jornada como por la dureza. Menos mal que ayer decidí recortar la primera parte porque creo que hacer todo incluyendo el Faro de Ortegal es demasiado teniendo en cuenta los quilómetros y el desnivel final que ha estado por encima de los 1.000 metros.
La vuelta de ayer me permitió recortar unos 6 km a la etapa de hoy y, además, encontrar una subida cómoda hasta la carretera desde Cariño sin perder nada del recorrido. A la hora prevista salimos del hotel para desayunar en un bar que hay un poco más arriba y que nos habían dicho que abrían a las 7. Tras un café y poco más nos hemos calzado los bastones y hemos dejado el pueblo directamente hasta topar con una pista que sale de una granja de conejos con un montón de perros, casi todos atados. Durante todo este tramo hasta la carretera se suben unos 300 metros con rampas bastante duras aunque cómodas de andar, sobre todo la segunda parte ya que en la primera hay muchas piedras.
A medida que íbamos subiendo se ha ido cerrando la mañana y después de los miradores (impresionantes las vistas a Cariño y a toda la ría) hemos encontrado una niebla bastante espesa. Este tramo de carretera se hace fácil y cómodo a pesar del desnivel. Casi sin darnos cuenta hemos llegado a la cima a 600 metros de altura, una pena que no se podía ver nada con la densa niebla.

Cruceiro
Hasta el cruceiro muy bien siempre por carreteras secundarias con poco tráfico. Desde el cruceiro hasta San Andrés un sendero muy malo con mucha piedra suelta y con mucho desnivel. Hemos tardado mucho porque había que ir muy despacio por las ampollas de Mar y por mis molestias de rodilla. La verdad es que la humedad del ambiente y esos problemas físicos están haciendo que marquemos ritmos más bajos de lo habitual pero de cualquier modo se compensan por la belleza de la ruta.
En San Andrés de Teixido una maravilla el entorno aunque una pena el turisteo. Hemos dado una vuelta y después de visitar la capilla hemos quedado más tranquilos pensando que ya no tendremos que venir de muertos porque hemos venido de vivos. En los puestos los amuletos y en los bares los platos de percebe. Nosotros hemos parado a tomar una cerveza con una tapita de queso con anchoas que nos ha salido a euro el trozo de queso.
Sin perder más tiempo y dado que era ya bastante tarde hemos tomado la senda que sube directamente hasta el bosque de piedra: impresionante lugar que merece la pena para una visita más detenida. Las formaciones rocosas hacen que el paisaje parezca irreal mezclado con la cercanía del mar. Hay que recordar que aquí está el acantilado con mayor altura de todo el contienente europeo. Un paisaje impresionante en todos los sentidos.
Al salir de la zona de aparcamiento se toma un PR que está muy bien indicado pero que poco a poco se va haciendo muy difícil de seguir. Nosotros hemos acabado sin senda campo a tras hasta alcanzar la pista final que es un cortafuegos. A partir de aquí es muy fácil y está bien indicado. Preciosa senda costera que te va llevando hasta la zona de la punta de Candieira. Nosotros hemos decidido no ir hasta allí porque la vuelta que hay que dar es inmensa y hay que volver por el mismo camino. Para colmo hay un cruce que marca hasta Vilar y la senda sube en picado hacia el Monte Tarroiba. Nosotros hemos decidido llegar hasta Vilar para tomar carretera y hacer el recorrido algo más sencillo y acortar un poco dado que las previsiones de llegada comenzaban a ser de más de las 4.
Hemos retomado el track para ya seguir todo por carretera hasta Cedeira porque el PR vuelve a tomar camino hacia arriba con fuertes desniveles.
Sin grandes complicaciones por una carretera sin tráfico y con unas vistas muy chulas hemos llegado a Cedeira, a la playa de la Magdalena. El hotel lo teníamos a 2,5 km del centro por lo que hemos tomado una cerveza y hemos seguido hasta el hotel: Casa Cordobelas, un precioso rincón de turismo rural que ha merecido la pena por las instalaciones y lo bonito del sitio. La habitación era una preciosidad: cómoda y con vistas a toda la ría.
Como no habíamos comido hemos vuelto a bajar andando hasta el pueblo y hemos cenado en el mesón de la Plaza do peixe, en Cedeira. Estupendo el caldo y todo lo demás.
Después de la cena hemos tomado un taxi para regresar porque los cuerpos ya no daban más de sí. Un día intenso que ha merecido la pena pero que nos ha dejado muy cansados y a mi compañera con algunas ampollas que le complican el andar.
Resumen de la etapa: 31,5 km en 8h 59 min a 3,5 km/h. Desnivel acumulado subiendo de 1.008 m. Etapa en wikiloc.