6ª Vitoria – Puebla de Arganzón

Un oasis nos acoge esta tarde entre radicales y demás fauna justo en ese espacio en el que Burgos se adentra en el territorio vascuence, el Condado de Treviño. Es un paréntesis ficticio porque la denominación de kalea sigue colocada junto a nuestra patriota «calle» de toda la vida.

Vamos por partes y retomemos el relato justo al marchar nuestros amigos de Portu, nuestro Goliat particular y su bella compañera.

Al dejarnos Maxi y Estíbaliz el agua caía como sí le hubiéramos hecho algo malo al que controla el grifo allí en lo alto. Era más que llover intentar que las barcas sustituyeran a los demás medios de transporte. Ante semejante aguacero y animados por el influjo del dios Baco, al que habíamos rendido culto un par de veces cada uno en forma de orujo de hierbas, dirigimos nuestros pasos rumbo a la catedral vieja para ver sí llegábamos a tiempo de una visita turística. El resultado fue una guarda jurado dándonos un portazo en las narices y nosotros calados hasta los huesos. Así decidimos regresar al albergue juvenil a cambiarnos de ropa y hacer algo de tiempo.

Al pasar el rato y tras una charla con la familia por Skipe, gentileza de la wifi del albergue, nos fuimos dispuestos a cenar algo ligero en forma de pincho acompañado de alguna que otra copa de txacolí y así además escribir mi entrada del día.

Nuestros pasos se dirigieron hasta el 7, tal y como os conté ayer y mientras yo escribía y Joseba leía el periódico y le miraba el escote a la amable mesonera una pareja detrás de nosotros manifestaba su pasión en forma de magreo descarado con «pillateta» incluido.

A medida que la tarde avanzaba iban cayendo los txikitos (o los grandecitos) con unas patatas bravas por aquí, una tortilla de hongos por allí, y algún piropo que otro a la amable camarera que venía a limpiarnos la mesa más de lo habitual encandilada por nuestros encantos.

Después de un buen rato y de haber degustado verdaderas delicias Joseba se acercó a la barra a pagar: 12 euros con propina incluida. Es evidente que mientras salíamos del lugar y digeríamos lo ocurrido pudimos entrever que aquello había sido más barato de lo normal o que la mesonera nos proponía algún negocio. Tras cinco minutos esperando consideramos que de mesonera nada y que todo debía ser un error en la cuenta.

Con la alegría de lo barato decidimos celebrarlo con unas nuevas rondas en otro bar de tendencia radical pero de vino amigable y pinchos saciadores.

Con la noche ya avanzada regresamos al albergue entre la alegría del ahorro de la cena y la complicidad alcohólica (Joseba iba mucho peor que yo, como es evidente). Él se puso a dormirla y yo me metí en la cama a ver el documental de canal plus de la mentira de Amstrong mientras me comía el paquete de pipas que habíamos comprado el día anterior.

A las 6:30 ha sonado el despertador y hemos completado nuestro ritual diario hasta llevar la mochila sobre nuestros hombros. Hemos desayunado en un bar del centro y nos hemos puesto en ruta intentando salir de Vitoria entre parques, avenidas y coches.

La etapa de hoy ha sido corta y sencilla. La lluvia ha estado amenazando todo el día aunque no ha llegado a descargar. El camino de salida ha sido muy fácil hasta Subijana, luego subida muy embarrada que ha hecho el camino duro y resbaladizo. Al menos va entre bosque y por un ratito hemos abandonado la sensación de cereal y llanura.

Sin mayores dificultades hemos llegado a Puebla de Arganzón, pequeño pueblecito junto a la antigua nacional 1 con los servicios básicos y poco más. El albergue está muy descuidado y sucio aunque no es muy viejo, parece que no está atendido y que acumula demasiada suciedad que podría ser mayor si por aquí pasarán muchos peregrinos.

Hemos ido a comer a un asador al otro lado de la carretera nacional, «La legua», con un menú bastante aceptable. El resto de la tarde orujos con hielo, saludos a un peregrino que ha llegado y escritura de blog. También he podido ver el final del Tour en mi iPad gracias a la wifi del bar.

Las expectativas que se presentan son: cerveza en el bar del pueblo, vino de aperitivo y cena en el asador para regresar al albergue a dormir la moña esperemos que sin la compañía de bichitos nocturnos. Mañana os cuento.

Resumen de la etapa 19,4 km a 5,2 de media. Os dejo el enlace a wikiloc

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