11ª Valdesalor – Casar de Cáceres

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Cena peregrina

Cena peregrina

El resto de la tarde ha pasado simplemente esperando la hora de la cena. Al final ha llegado Joseba confirmando que el hogar del pensionista nos proponía menú del peregrino. No es que a estas alturas esperáramos gran cosa, pero la perspectiva del ensalada de verduras, jamón cocido y pera verde bajo la intensa lluvia de la tarde no era algo que nos animara especialmente.

He cosido la primera ampolla a Joseba, las de tipo María del Mar: en la punta del dedo pequeño: una cabronada por lo que jode pero tampoco gran cosa. He usado toda mi parafernalia prevista: guantes, tijeras, hilo, agujas de las gordas, betadine en pasta… un número: el enterao me miraba con cara de miedo temiendo tener que ponerse alguna vez en mis expertas manos cose-ampollas.

Todo el mundo se ha marchado y yo he aprovechado un rato para trabajar y poner las cosas al día. He conseguido estar conectado al wifi del ayuntamiento todo el tiempo, así que me ha salido gratis. Sobre las siete y algo ha llegado el mallorquín para decirme que estaba confirmado lo de la cena y para ir a ducharse. Yo he terminado todo y me he largado para tomar una cervecita con la peña antes de cenar. Habíamos quedado en el bar de la plaza en el que habíamos comprado las cervezas pero al llegar no había nadie; la alternativa era clara: el bar del pensionista.

Allí estaba Joseba charlando y tomando una cerveza (ya llevaba dos completas) con la chica francesa pareja del mallorquín. Os recuerdo que esta simpática pareja fue aquella que nos quitó la habitación de matrimonio en Villafranca, son las cosas del camino y por eso nunca debes tirar la mierda hacia arriba porque al final te puede caer encima (frase que constantemente me recuerda mi querido Joseba). El caso es que aquí estamos charlando con ellos, nos preguntan por los caminos, son amables, atentos e incluso interesantes.

En una mesa enfrente se encuentran el trío de la portuguesa con los dos gordos, charlan animadamente en su mundo sin mucha relación con nadie. Poco después se ha marchado Isabel y nos hemos quedado nosotros tomando otro par de cervezas hasta que se han hecho las ocho, cita con la comida por fin, os recuerdo que Joseba ya llevaba 4 y los efluvios etílicos se hacían evidentes al hacer la cuenta ya que se ha empeñado en contar sólo tres a la hora de pagar: nuestra mesonera le ha hecho recordar, muy en su papel, el error de su cuenta.

Y por fin la cena: en la mesa nos juntamos: el enterao y su fiel escudero Sancho Panza, el trío de la portuguesa y los gordos, la pareja balear-francesa y nosotros.

Ponerle peros a la comida sería muy fácil pero todos entenderéis que a estas alturas del hambre no tenía mucho sentido: cualquier cosa caliente nos hubiera parecido gloria, cuanto más algo mínimamente decente: sopa de picadillo (fideos tamaño familiar absorbiendo todo el caldo) y calamares a la romana con ensalada de tomate, de postre fruta.

La conversación ha versado sobre los diferentes caminos que hemos hecho todos: ha sido curioso que el enterao no ha dicho nada, creemos que su experiencia en el camino es poca y que ha decidido no hablar mucho por si mete la pata. El que sí ha hablado es su fiel escudero que nos ha contado sus experiencias y algo de su vida. Hemos estado hablando a la pareja balear-francesa sobre el camino del norte y se han convencido de que es la ruta próxima que deben hacer. No hemos hablado casi nada con el trío salvo para informarnos de que acaban casi ya ella y ellos en Salamanca.

Una pequeña nota para nuestra apuesta mesonera: la limpieza estaba en el límite, quizás un poco por debajo, entrada en carnes, y también salida; con la simpatía de un avestruz (es una imagen que se me acaba de ocurrir para decir que tenía menos salero que la comida de uno con la tensión alta), en definitiva: escanciadora de licores y mesonera digna del propio Cervantes.

Al terminar la cena ha comenzado el partido y nos hemos quedado algunos para verlo, al final sólo Joseba y yo, la mesonera nos ha puesto dos buenos lingotazos de orujo de hierbas con hielo (luego otros dos) y una buena ración de pipas con sal (quizás las que a ella le faltaba según comentario más arriba).

Final del partido 1-1, pago (9 la cena, 2 cada orujo, pipas gratis al menos). Al subir todos estaban durmiendo, en la sala estábamos enterao y escudero, balear-francesa y nosotros y en la sala de arriba el trío. No teníamos nada preparado pero ha sido rápido y en 5 minutos durmiendo.

La noche ha sido horrible: la colchoneta demasiado fina, un frío terrible y los ronquidos intermitentes del enterao. Por lo demás sólo esperar a que se hicieran las 7 menos cuarto y que salieran por delante enterao y Sancho Panza, aunque no más de 10 minutos.

Hemos salido directos al restaurante Tuareg (el que ayer nos dejó tirados sin darnos comida, ahorraré los insultos) y allí desayuno rápido. Nos hemos juntado con la pareja y poco después han llegado la otra pareja, ya no tengo más ganas de especificar.

Camino agradable y fácil hasta Cáceres, al llegar hemos pasado delante de un IES y hemos hecho algunos comentarios sobre la ″pena″ que nos daba. En la plaza mayor desayuno de café con churros y charla con algunos peregrinos de los que hemos visto en todos estos días y que se habían adelantado ayer.

Plaza mayor en Cáceres

Plaza mayor en Cáceres

Joseba ha ido a buscar un Santander mientras yo he leído el periódico (dice que ha tenido que llegar a Santiago) y poco después nos hemos puesto de nuevo en marcha cruzando la plaza.

Plaza mayor 2

Plaza mayor 2

El camino de salida va por la carretera durante algunos quilómetros y luego se separa un poquito por una pista de tierra bastante más agradable. En este último trozo he recibido una llamada (nada que comentar salvo que estaba prevista y que sólo me ha puesto de mala leche unos diez minutos, o quizás algo más).

04-calavera

A unos dos quilómetros de Casar se ha puesto a chispear, hemos acelerado el paso porque se nos iba a liar: para variar la suerte nos ha permitido que empezara a llover justo en la puerta del albergue, allí hemos visto a José Luis (a partir de ahora pierde el apelativo de Sancho Panza porque se ha hecho nuestro compañero de viaje) y él llevaba la llave para entrar.

Albergue sencillo pero agradable, con servicios básicos. Nos hemos instalado, duchado y lavado la ropa mientras fuera descargaba fuerte. Joseba se ha empeñado en usar la secadora por aquello de su deseo de estar contacto con la tecnología punta ya que la ropa ha salido casi tan mojada como entró solo que 30 minutos más tarde, es decir, tender la ropa junto a la mía, recoger todo un poco y venirnos al bar de enfrente a tomar una cerveza (ya van dos con su tapa de callos y su buñuelo) mientras escribo esto. Ahora comer, descansar y, si deja de llover, ver un poquito el pueblo, si tengo algo que contar escribiré otra entrada esta tarde, si no pasa nada, pues a fastidiarse hasta mañana que estamos alucinados con la cantidad de gente que nos seguís en esta aventura lectora con gran envidia mientras nosotros nos lo pasamos de miedo sin trabajar (aunque no comamos, nos duelan los pies y tengamos que aguantar a marranos y demás fauna). Son las cosas del camino…

Resumen: 21,8 a 5,9 en 3:40 m altura 390 metros

Poco a poco han ido llegando todos o casi todos: la pareja balear-francesa se han animado y están aquí, el enterao ha llegado con el francés-alemán y el de pelo blanco, hay un par de alemanas y un matrimonio nuevo. También ha comido con nosotros un señor catalán muy majo, banquero que se ha sentado a comer el menú del bar  (por cierto muy flojito) y luego nos ha invitado a un orujo. La tarde promete una velada peregrina porque además ha dejado de llover. Yo estoy terminando esto, trabajando un poco y escuchando música, esto es una maravilla, y encima no llueve, mañana veremos.

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