Día completo en Sevilla: hemos pasado la mañana viendo un montón de cosas y paseando. Plaza de España, la catedral, Sierpes…
A media mañana hemos ido a que nos sellaran y nos ha atendido un señor sacerdote de los de darnos consejos y explicaciones: yo le he dicho a Joseba que no hablara porque lo importante era que nos sellara y no que le explicara que la iglesia le importa un bledo y que son unos abusadores… yo soy mucho más falso en mis planteamientos y puedo pasar mejor por católico practicante y defensor de los principios nacionales. He llamado a la puerta y he entrado para explicarle el motivo de nuestra visita pero este señor (que tiene fama de bastante mala leche en su atención a peregrinos según nos contaron después) nos ha comenzado a poner problemas por todo. En ese momento le he dicho que no se preocupara, que íbamos a empezar de nuevo y que iba a salir y cerrar la puerta para volver a empezar. Al final de todo tampoco la cosa ha llegado a tanto: el tipo nos ha sellado y nos ha dado una patada en el culo (sentido figurado).
Hemos ido hacia la maestranza y hemos pasado a ver el museo: la plaza una maravilla, el museo aceptable y cuernos por todas partes. La guía hablaba un inglés puro de Triana estilo «ai am veri hapi».
Amparo me ha llamado para que quedáramos por la tarde y me ha aconsejado comer en la taberna de Pepe Hillo (una maravilla). Nos hemos acercado a la torre del oro y después a comer: salmorejo, presa ibérica… (¡Dios qué bien se tapea en Sevilla!). Seguimos teniendo suerte con los sitios porque llegamos temprano, antes de que se monte el follón. La gente suele ir a los bares tarde y nosotros llegamos siempre media hora antes de la hora punta, lo que nos permite que nos atiendan bien y que podamos disfrutar antes de los agobios que se montan poco después. Al terminar ya teníamos varios grupos de lugareños esperando para ocupar nuestra mesa.
Luego hemos ido al hotel a descansar un rato y a las cinco hemos vuelto a la visita tras la incorporación de nuestra cicerone particular: Amparo. Gracias por tu compañía y por tu guía, hemos visto iglesias, tronos (Macarena, Jesús del gran Poder, Salvador…). También ha venido a vernos Pepe, hermano de Alfonso con su chica (muy maja) y hemos pasado la tarde viendo, paseando, charlando (sobre todo Joseba) hasta acabar en una tetería, baños árabes en la que Pepe y su chica se han despedido y nosotros nos hemos relajado un ratito.
Mar me ha llamado y también mamá, todo en orden en casa.
Hemos acabado cenando en un bar muy majo junto a la giralda, luego Amparo se ha despedido (hemos prometido vernos la próxima semana santa aquí) y hemos vuelto al hotel. Dos horas de intentar conectarme a internet y a dormir, nerviosos y ansiosos por empezar el camino mañana.