11 agosto
Nuestra jornada hoy incluía visitas a algunos de los lugares más conocidos de Islandia: la playa negra en Vik y la reserva natural de Dyrhoaley para ver a nuestros queridos frailecillos.
El día amaneció precioso y eso nos ha hecho disfrutar de la jornada a tope. La idea era aprovisionarse en Vik para luego ir hasta la playa. La playa de arena negra presenta una zona con formaciones de basalto en columnas y lo característico es que las piedras son negras por el origen volcánico de la zona. Al fondo encontramos los Reynisdrangur o tres trolls gigantes de roca.
Desde la playa nos hemos trasladado hasta la zona de la reserva natural de Dyrhoaley que ofrece un sencillo recorrido entre acantilados plagados de frailecillos y con vistas a los dos lados por las playas. Hemos estado allí un buen rato y hemos comido un pic-nic.
Al ir a buena hora hemos podido tener buenas perspectivas para fotografiar a los frailecillos. Este es un buen ejemplo.
Desde aquí nos hemos trasladado hasta el glaciar Myrdalsjökull para observar un glaciar que se puede recorrer en rutas a pie. Llama la atención el azul del hielo glaciar en contraste con el negro de la ceniza volcánica que lo recubre. Toda esta zona pertenece a la zona de influencia del famoso volcán Katla. Hay que tener en cuenta que es muy peligroso transitar por estos lugares si no vas con personal preparado. Existen rutas organizadas que se pueden contratar fácilmente.
Y por último el día nos ha ofrecido dos nuevas cascadas: Seljadandsfoss y Gljúfrabúi. Son dos de las cascadas más conocidas del sur, la primera es de más fácil acceso y se puede recorrer por detrás de la caída del agua. Hay que ir bien provisto de chubasquero si no te quieres mojar. Las fotos son alucinantes.
Y un poco más alejada se encuentra Gljúdrabúi, que está metida dentro de unas rocas y para acceder a ella hay que meterse entre unas rocas.