Camino Olvidado Etapa 9ª Cervera de Pisuerga – Guardo


Una noche de perros sin poder dormir por la fiesta de la calle y nosotros preparados a las 6 para una etapa de 37 km del mismo nivel que las dos últimas. Yo hoy sí me he preparado con una dosis de anti-inflamatorio (por supuesto con el correspondiente protector de estómago) y nos hemos tomado el conato de desayuno que la señora del hotel nos había dejado la noche anterior, dado que el desayuno iba incluido pero no lo dan hasta las 9.

Al salir a la calle los restos de la fiesta continuaban a pleno rendimiento en forma de borrachos peleando de regreso a casa Nosotros nos hemos planteado desde el primer momento darle caña para no dejar muchos quilómetros para después del mediodía.  El camino hoy también ha sido muy sencillo de seguir. Siempre corre junto a la carretera que une Cervera con Guardo. Hay una pequeña subida al principio y luego casi todo el rato es más o menos plano. La ruta sale de la carretera y se mueve entre caminos muy cómodos y fáciles de seguir. El único problema es el calor y que no hay nada en ningún pueblo hasta Santibáñez de la Peña. Había programado recortar la ruta para hacerla más equilibrada pero no hay nada de alojamiento hasta Guardo, eso implica 37 hoy y 15 mañana: un desastre.

En uno de esos pueblos del camino de hoy que se llaman algo de la Peña hemos encontrado un bar cerrado pero con la puerta sin llave. Joseba se ha metido y, al momento, ha salido un señor a preguntar qué queríamos pero cuando le hemos pedido algo fresco para tomar nos ha dicho que el agua de la fuente está muy fresquita y que en su bar no hay coca-cola ni nada por el estilo porque es un «local social». Tras el consiguiente cabreo hemos seguido ruta bajo un sol de justicia que de vez en cuando era suavizado por una leve brisa que soplaba de cuando en cuando. Yo le he dicho a Joseba que hoy Julio debía estar junto a Santiago apoyando nuestro camino y seguro que nos ha soplado un poquito para que no acabáramos recocidos del todo.

Así, sin nada que mencionar y sin corzos en el camino (ni ellos han salido hoy a saludarnos con el calor que hacía) hemos llegado a Santibáñez a calzarnos un par de bebidas fresquita a y unas patatas fritas.

El resto han sido 10 quilómetros por el infierno hasta Guardo. Para colmo el hotel lo tenemos bastante alejado del centro y por eso hemos decidido comer primero. Tripadvisor me ha recomendado El Portalón y, como lo hemos pillado de paso, allí hemos comido (nada del otro mundo, la verdad).

Luego hemos llegado al Hotel La Montaña Palentina, nuestro destino. Un hotel sencillo aunque con buena pinta. Servicios básicos con una buena relación calidad-precio y un personal bastante agradable que nos ha atendido muy bien y nos está completando la información sobre toda la zona mientras tomamos unas cervezas, yo escribo y Joseba charla con el dueño desde el otro lado de la barra.

Esta tarde no vamos a hacer nada y se presenta una cena sin complicaciones en el hotel y ver el la final del europeo: a ver si pierden los dos, que es lo que yo quiero. Si no puede ser al menos que pierda Cristiano. Y si no, que pierdan los otros, que tampoco es que vaya a llorar de pena.


Resumen de la etapa: 36,7 km. En 7 horas 34 minutos. 277 metros de subida acumulados. Enlace en wikiloc.

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Camino Olvidado Etapa 8ª : Aguilar de Campoo – Cervera de Pisuerga


Segunda etapa con un quilometraje superior a los 30, por tierras palentinas, con mucho calor y sin casi nada para recuperar en medio del trayecto.

Hoy, frente a lo ocurrido a los días anteriores, no hemos tenido problemas para seguir las flechas. El camino está bien indicado y además el track que llevamos de rayrosa nos funciona bastante bien. En realidad da la impresión de que la señalización del camino es bastante antigua y que por esta zona no se han preocupado mucho de actualizar y mejorar nada. De hecho parece que nadie sabe nada del camino olvidado e incluso las rutas por las que pasamos, como la del románico palentino, no señalan nada sobre las flechas amarillas.
Como estos días está apretando el calor nuestra planificación es la de salir bien temprano y aprovechar las primeras horas de fresco para que no tengamos que hacer mucho tramo a partir del mediodía. 

En el Hotel nos habían preparado el desayuno para poder tomarlo a las 6:15 y eso nos ha hecho aprovechar bien las primeras horas. El camino sale por el paseo que lleva hasta el Monasterio y desde allí va directo a la presa del pantano de Aguilar en el Pisuerga. Al llegar a la base de la presa hay una senda con escaleras que sube hasta la parte de arriba y, desde allí, comienza a bordear el pantano durante un buen rato por caminos y carreteras secundarias. Nos hemos encontrado un corzo justo antes de la presa, algo que está siendo habitual. También nos hemos encontrado un grupo de jubilados transitando por las pistas cercanas al pantano con los que hemos charlado un ratito.

En Corvio hemos parado un rato para ver su iglesia románica antes de retomar la ruta que ya se separa bastante del pantano, que no retomaremos hasta la cabecera. Hay que mencionar que este año los pantanos están a rebosar de agua y el de Aguilar estaba tirando agua por arriba, un verdadero espectáculo.

A partir de Salinas de Pisuerga cruzamos el río y ya no lo vamos a abandonar en el resto del trayecto. Un estupendo paseo fluvial nos acompaña durante una parte importante del trazado entre árboles y vegetación que hace más agradable la caminata. Nos hemos ido encontrando bastante gente a pie o en bici realizando tramos de estas rutas. Ni que decir que de rastro de peregrinos o caminantes del Olvidado, ni rastro.

En un remanso del río no he podido resistir la tentación y me he dado un baño. El agua estaba bastante fresca pero ha sido una medicina maravillosa para mis pies y mi rodilla.

Si ninguna dificultad hemos llegado hasta Cervera de Pisuerga para alojarnos en el Hostal el Resbalón. Muy bien el sitio: renovado, limpio y con un baño muy apañado.

Para comer he buscado en Tripadvisor y me ha dado tres opciones: las dos primeras no han sido viables porque hoy es día de fiesta aquí (San Cristóbal) y hay montada una de miedo. Los restaurantes están completos y toda la gente está en la calle esperando a los corredores de una prueba de montaña que termina a media tarde junto a la plaza del Ayuntamiento (enfrente de nuestro hotel). La tercera opción que nos daba tripadvisor era el Mesón Asador Gasolina y hacia allí hemos ido. Es un local con buena pinta y una cocina tradicional. Quizás necesitaría una renovación en el aspecto decorativo pero, por lo demás, un lugar muy adecuado para comer. Cuando nos hemos sentado el camarero nos ha informado de la posibilidad de tomar un cuarto de lechazo que tienen preparado como algo especial del día. No hemos podido resistir la tentación y nos hemos lanzado a la gula de la carne. Por supuesto hemos regado la comida con una botellita de Cepa 21 de muy buen nivel. La carta de vinos es muy amplia aunque, para mi gusto, algo cara. Merece la pena disfrutar de una buena comida y su correspondiente bebida en un lugar como este. 

El final de la comida han sido varios orujos para asentar bien todo y luego una buena siesta en el hotel. Yo he aprovechado para hablar con mi querido Patri que sigue su camino por el camino del Norte en su aventura en solitario.

Para cenar hemos vuelto al mesón para pedir un poco de jamón y queso mientras yo me he pedido una sopita castellana. Al principio habíamos pedido unos nestea y el camarero nos ha preguntado asombrado si eran nuestro o era un error, dado el nivel de alcohol consumido desde la mañana (sobre todo por mi compañero, que anda deshidratado y desalcoholizado).

Cervera está de fiesta y todo el mundo está en la calle. Nosotros nos hemos subido a la habitación mientras preparaban un escenario para un baile, luego castillo de fuegos y gente y follón por todos lados.

Resumen de la etapa: 30 km en 6 horas y 25 minutos con desnivel acumulado subiendo de 156 metros. Enlace a wikiloc.

Camino Olvidado 7ª etapa: Reinosa – Aguilar de Campoo


El camino olvidado no es apto para principiantes, es importante planificar bien las etapas y llevar los tracks grabados para evitar problemas graves. La etapa de hoy ha sido un claro ejemplo de ello.
Aunque el final de etapa marcado estaba en Olea nosotros habíamos decidido quedarnos antes en Reinosa tanto por las posibilidades de alojamiento y estancia como por racionalizar un poco las distancias. El resultado fue que la etapa de ayer se convirtió en un agradable paseo hasta la visita a los restos arqueológicos de Iulióbriga y una estancia estupenda en el Hotel San Roque de Reinosa.

La parte negativa consistía en que la etapa de hoy nos quedaba con 35 quilómetros y además las previsiones de tiempo eran de mucho calor. No llevábamos el track desde Reinosa a Olea porque a Joseba se le ha fastidiado el móvil y va un poco a su bola (el móvil, digo).

El camino a la salida de Reinosa está muy bien indicado y es fácil de seguir hasta Cervatos. Allí hemos podido disfrutar de su iglesia románica. Merece la pena una parada para poder disfrutar de una de las joyas más impresionantes del románico palentino.

A partir de Cervera es cuando se nos ha complicado la cosa: llevábamos el trazado del GR que en lugar de llegar a Olea va por Hoyos y que se une más adelante. Nosotros hemos decidido seguir las flechas pero desde Cervatos hasta Olea son un verdadero caos. Parece como si coexistieran diferentes trazados marcados con flechas que se superponen y se lían unos con otros. Además las flechas se pierden en varios lugares entre cercas, arroyos y vacas que miran con cara de pocos amigos. Cuando íbamos por la carretera en dirección a Olea nos hemos desviado con unas flechas que nos han hecho dar una vuelta enorme por el campo sin ningún camino mientras unos perros nos han salido al paso con no muy buenas intenciones.

Encima este tramo es de subida constante con un desnivel de unos 200 metros lo que nos ha complicado aún más las cosas. Para colmo de males el calor ha comenzado a pegar desde muy temprano. 

Al llegar a Olea el trazado ya sí se ha hecho mucho más fácil con un camino sencillo que hemos seguido al principio por la carretera, despreciando los desvíos absurdos. Luego diversas pistas de tierra casi sin desnivel y un carril paralelo a la carretera nos han llevado sin grandes dificultades hasta Aguilar de Campoo, nuestro destino.

Hay que tener en cuenta que no hay ningún bar ni nada parecido en toda la etapa: hemos hecho los 35 quilómetros a pleno sol y sin poder parar en ningún sitio a tomar algo. Esa falta de paradas es una de las causas por las que hemos terminado la etapa a muy buena hora, antes de las 2. Hemos llegado con mucho calor, muy cansados pero estupendamente en el aspecto físico. Yo he resistido muy bien con mi rodilla y Joseba también está muy bien en lo físico.

Hemos llegado para alojarnos en el Hotel Valentín, un lugar aceptable aunque creemos que le haría falta una reforma y una modernización integral. Algo caro por 73 euros con desayuno. Al menos el menú de su restaurante sí está bastante bien y a buen precio.

Después de una buena siesta nos hemos ido de visita turística hasta el Monasterio de Santa María la Real, con su museo de románico (nada del otro mundo), y luego hemos subido a Santa Cecilia. Ambas son visita obligada. Luego hemos ido al centro a tomar algo mientras planificábamos las próximas etapas de nuestro camino.

Yo he intentado aprovechar mi nueva condición de Genius en Booking modificando las reservas que tengo, pero después de un par de horas sólo he podido cambiar una con un ahorro de 6 euros.

Después de una tarde tranquila y relajada que ha ido refrescando poco a poco hasta tener que usar el polar, nos hemos ido a cenar a una terraza junto al Río Pisuerga. Estupenda cena con unos vinitos y regresó al hotel a preparar todo y escribir. Mañana también tenemos una etapa larga y debemos preparar todo al detalle para no tener complicaciones. Ahora, mientras yo escribo, Joseba comienza a realizar el proceso de «respirar fuerte» y yo no voy a tardar más de 10 minutos en seguir sus pasos.

14ª Carrión de los Condes-Sahagún: 39 km bajo el sol


Completada la segunda de las etapas monstruo previstas en mi tránsito entre el camino vasco interior y el camino de El Salvador, o lo que es lo mismo, entre Burgos y León. Todo funciona bien y vamos a muy buen ritmo y sin consecuencias posteriores porque voy recuperando estupendamente.
Ayer mi compañero de estos días, Millán, me abandonó a la hora de la cena porque no le había sentado bien la comida y prefería tomar sólo algo de fruta, además se fue a la misa de peregrinos. Yo me fui al mismo restaurante del mediodía y di cuenta de una sopa castellana y un trozo de pollo muy aceptables. Me retiré pronto hacia el albergue para meterme en la cama y ver algunas cosillas en el iPad, como arreglar mi ciudad de los Simpson.
Hemos tenido otra noche peregrina con inicio de movimiento a las 4, hora en que se ha levantado mi paciente de ampollas francés. Desde entonces el ruido ha sido constante hasta que nos hemos levantado a eso de las 6 yo ya cansado de dar vueltas sin poder dormir más que a pedazos.
Hemos desayunado en el bar España y nos hemos puesto en marcha rápido ya que el día era complicado.
Ante los quilómetros que nos quedaban por delante, el tipo de terreno y el calor hemos optado por dar buena marcha desde el principio y así llegar pronto. Es increíble ver cómo la gente madruga un montón pero luego se va deteniendo constantemente en el camino y los vamos pasando a todos en los primeros quilómetros. Al llegar a Calzadilla ya habíamos pasado a casi todos los peregrinos que habían salido mucho antes que nosotros, como los frikigrinos maños, a los que hemos pillado a unos 10 km después de haber paseado sus cantos y bailes desde las 5 de la mañana.
Los primeros 17 km hasta Calzadilla de la Cueza transcurren con un primer tramo por carretera secundaria hasta llegar a la recta de la calzada que acaba a la entrada del pueblo. No hemos parado en recuerdo de la estafa que nos dieron la última vez que estuvimos allí y porque el desayuno había consistido en un café y una napolitana.
Hemos continuado hasta Lédigos unos 6 km más para acabar tomando algo en el albergue en el que hace unos años paramos a dormir Mar y yo. En la barra dos camareras extranjeras que tenían allí «entretenidos» a algunos de los del pueblo (parece que a precio de saldo) nos han mal servido dos claras, la mía tamaño familiar, sin nada más porque no había nada para picar. He comprado dos botellas de agua fresca y le he pedido unos cúbitos a la rubia que me han permitido llevar agua fresca todo el resto del día.
Desde allí 3 km a Terradillos de los Templarios pasando por el albergue de Jacques de Molay, donde me picaron las chinches la última vez que pasé y dormimos allí con las niñas.
3 más a Moratinos y otros 3 a San Nicolás. Han ido abriendo albergues y restaurantes en todos estos pueblos y en el último hemos aprovechado para beber algo (frente a la iglesia) aunque tampoco hemos podido comer porque la camarera no ofrecía más que bocadillos y nada más.
Los siete restantes quilómetros hasta Sahagún han pasado bien a buen ritmo y a las 13:30 estábamos en la puerta del albergue.
Aquí, como siempre, mucha gente y algo descontrolado pero un lugar estupendo y con los servicios básicos cubiertos.
He puesto lavadora por 3 euros y nos hemos ido a comer un menú a la plaza, en realidad a un restaurante que hay en la calle antes de llegar. Menú algo básico aunque bien de precio.
En la siesta me he visto «La gran familia española» en Yomvi y luego un paseo turístico para acabar en la plaza tomando algo porque el calor es asfixiante de verdad.
Hemos regresado al albergue para ver si hacía algo más de fresco pero nada de nada. Aquí sudando a chorros mientras escribo esto.
Resumen de la etapa: 39,5 en 7h 4 min a 5,94 de media. Enlace de la etapa en Wikiloc.

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13ª Frómista-Carrión: corto y fácil


Etapa de transición antes de afrontar uno de los puntos fuertes de este camino que nos llevará mañana hasta Sahagún. 19 quilómetros en línea recta casi perfecta siempre paralelo a la carretera y casi sin desnivel alguno. La aparición de pequeñas poblaciones de la tierra de campos palentina es la única nota que hace romper algo la monotonía del paisaje.
Las torres de las enormes iglesias, recuerdo de tiempos mejores, marcan escalas para paradas técnicas en el bareto del pueblo.
La jornada terminó ayer sin novedad cenando en el mismo restaurante del mediodía por un menú de 11 euros pero de similar calidad. Al llegar al albergue las luces ya estaban apagados como presagio de lo que se avecinaba: auténtica noche peregrina. Los peregrinos foráneos suelen llegar tarde al albergue tras un machaque de día bajo el sol. Mi vecino de litera superior llegó sobre las 6, se tumbó (creo que se duchó) y se puso a dormir sin parar hasta que llegamos a las 9:30. Se han levantado a las 4:30 molestando a todo el mundo y lo hemos alcanzado en Villalcázar de Sirga (15 km de la salida) a pesar de que nosotros hemos salido a las 7:15. Esa es su vida peregrina: sol y cama.
Un sobresalto se llevó cuando llegó Carmen, la hospitalera, preguntando por el dueño de un Reloj abandonado en los servicios y le despertó. Noche silenciosa a pesar de la cantidad de gente que dormimos juntos.
Nos hemos ido encontrando con nuestros frikigrinos particulares maños. Salen a las 5 y los cazamos cuando llevan unos 10 km recorridos, hoy en la parada de Villarmentero de Campos. Esta tarde me los he encontrado en la playa fluvial de Carrión bailando entre ellos.
Estamos en el albergue Espíritu Santo. Lo llevan unas monjitas como el de las claras pero son competencia entre ellas. No le ha hecho mucha gracia a la monja cuando lo he dicho que me había alojado antes allí. El albergue está muy limpio y cuidado a pesar de lo viejo, se nota la mano de las monjas. Nos han ofrecido un retiro espiritual a las cinco que hemos sustituido por la etapa del Tour viendo abandonar a Contador. Ha llegado un muchacho francés y me ha preguntado qué había que hacer con una ampolla que le había salido en el dedo del pie y le he enseñado el vídeo de cómo le coso las ampollas a Isa. Cuando lo ha visto me ha dicho que no se atrevía a coserla y me ha rogado que se lo hiciera yo así que me he puesto mis guantes y le he realizado mi cosido favorito mientras él ha sacado un libro de plegarias y ha cantado varias en voz alta para soportar el «dolor».
Resumen de la etapa: 19,3 en 3h 44 min a 5,6 de media. Enlace a Wikiloc

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Tres días sin internet


En estos días se está haciendo muy difícil escribir porque no tengo cobertura 3G y de manera que internet no va o va muy lento. De hecho tenía escrita la entrada de la etapa de Hontanas a Boadilla pero la he perdido entera.
Resumiendo estos tres días diré que las protagonistas absolutas han sido las ampollas de Isa. El calor cada vez pega más y hay que tener cuidado para no andar en las horas de más sol.
La noche en Hontanas acabó después de un pequeño paseo por el pueblo y cena en la casa rural de enfrente al alegue. Habíamos decidido cenar allí porque el ambiente del albergue no nos ha gustado demasiado, muy poco atento al peregrino y más montado en plan negocio. Llevamos varios díasya notando ese cambio en el camino, cada vez más comercial y menos espíritu de servicio y acogida. No es que yo sea un integrista al respecto, pero creo que los negocios que se montan entorno al camino y a los peregrinos deberían procurar un trato mucho más personal y entrañable, aunque luego cobren lo que tengan que cobrar. Tampoco es cuestión de recordar los tiempos del «albergue» de Victorino y su habilidad pasta beber el vino que caía desde su frente hasta la boca. Recuerdo con nostalgia el albergue municipal de Hontanas regido por las señoras del pueblo y los platos de pasta que preparaban.
Cenamos una sopita castellana y un segundo muy apañado y muy amablemente atendido por la señora que al despedirse llamó a Isa por su nombre.
Al llegar a la habitación ya estaban todos en la cama menos nosotros y la vecina de litera de arriba de Mar que se aplicó varios tipos de pomadas y aceites para luego hacer una verdadera tabla de contorsionista y estiramientos hasta doblar partes del cuerpo que yo siempre había considerado rígidas en el mío.
Me desperté sobre las tres y ya dormí poco. A las 5 comenzaron a formar un follón tremendo en la habitación de arriba pero en la nuestra no se movía nadie. Habíamos puesto el despertador a las 5:30 pero le dije a Isa que íbamos a esperar porque todos seguían quietos. A las seis nos pusimos en marcha en vistas del panorama y salimos a montar nuestras mochilas arriba a la cocina, entre gente arreglando sus pies y otros calentando agua para el café.
Desayuno a las 6:30 sencillo y en el que nos confundimos y Mar madre se tomó el normal y yo el descafeinado, pero no le dijimos nada para que no se obsesionara.
Así salimos rumbo al arco del San Antón, por donde la carretera atraviesa una iglesia y pasa por entre sus arcos. Este es uno de los lugares emblemáticos del camino y siempre es especial pasar por allí.

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Desde allí ya se ve el castillo de Castrojeriz y las primeras casas aunque todavía faltan unos cinco km y el trayectomse convierte en un verdadero infierno si se trata del final de u
La etapa y uno viene de Burgos.

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El año del camino con Emilio estuvimos esperando más de una hora la puesta de sol y justo en el momento preciso una nube nos quitó una foto preciosa.
Cuando parece que has llegado ya todavía quedan casi dos quilómetros que se hacían eternos hasta el albergue de Resti, era otro de los personajes típicos del camino y uno de los primeros que ofrecieron atención a los peregrinos. Tenía mal carácter y una forma muy especial de entender el camino. Por la mañana te despertaba con música clásica y te ofrecía un desayuno comunitario. Allí estuve en mi primer camino a pie, ese en que llegué destrozado después de 49km desde Burgos en mi primera etapa a pie, haciendo todos los disparates que no se deben hacer. La primera vez habíamos dormido Emilio y yo en un teatro abandonado que ofrecían, las duchas eran los antiguos camerinos y sólo disponían de agua fría y para dormir tuvimos que colocar las colchonetas sobre el escenario.
Cuando hicimos el camino con los franceses tuvimos allí un momento precioso en el que Patrick nos contó por qué hacía el camino recaudando fondos para su asociación de ayuda a niños hospitalizados por cáncer, a los que había conocido en el hospital al ser tratado él mismo de un cáncer de pulmón. Estábamos todos reunidos junto a Resti y acabamos llorando de emoción.
La última vez que dormimos allí fue el año que lo hicimos Mar y yo, esa vez dormimos en el nuevo albergue público de San Esteban, un lugar muy sencillo ynde recursos muy básicos y en el que no pudimos pegar ojo en toda la noche porque era como un gran almacén comunitario lleno de ronquidos. Además de no dormir yo me había puesto malo en la cena y no pude terminar un maravilloso cordero lechal que me había pedido en el restaurante del centro.

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Al salir del pueblo del camino va por un valle completamente llano desde donde se ve la tremenda cuesta de matajudíos. Se trata de una subida sin piedad no demasiado larga pero sí muy empinada que acaba con las cuezas de muchos. Desde allí ya no hay mayores dificultades, salvo la propia bajada por la otra parte hasta llegar a la fuente del piojo.
Poco más allá está el albergue de los italianos junto al puente Fitero. Se trata de un albergue muy especial en el que se hacía una acogida espiritual de los caballeros de manta en el que se lavaba los pies a los peregrinos y se invitaba a un café por la mañana a los que pasaban a sellar.

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El puente sobre el Pisuerga marca el límite de provincia entre Burgos y Palencia. A pocos pasos de allí se encuentra Itero de la Vega en el que hicimos un descanso y tomamos algo. Allí tuve que curar una nueva ampolla a Isa que cada vez va más fastidiada aunque eso no le hace perder el buen humor y no le impide seguir dando ánimos a todos.

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El final de etapa hasta Boadilla del Camino es ya muy fácil con una suave pendiente hacia arriba entre campos de cereal y rapaces que sobrecuelan los campos y luego un interminable llano viendo ya a lo lejos la torre de la iglesia.
A la entrada de Boadilla hay un nuevo albergue de peregrinos algo singular, te recibe a toda pastilla de una música muy poco acorde con la peregrinación (al pasar nosotros estaba puesto el waka waka).nosotros nos fuimos directamente al alegue «el camino», un verdadero oasis para los peregrinos. La amabilidad de Eduardo y su familia te hace sentir como en casa desde el momento en que te reciben y te atienden. Llevan más de 15 años allí y yo le recordaba a Eduardo que la primera vez que le vi debía ser un adolescente de unos 15 años. Yo sólo había dormido allí el año que hice el camino con Maxi y Estíbaliz pero siempre que paso paro a desayunar, almorzar o descansar un momento y saludarles. Cuando hace seis años pasamos Mar y yo ella se quedó con unas ganas enormes de quedarse y esta vez sí que lo hemos cuadrado para estar allí.
Hemos pasado un día estupendo porque allí sí que entienden lo que son los peregrinos y lo que supone mantener un albergue.
A pesar de que Isa le preguntó sobre su gorro de lana y que Eduardo le prometió explicarle la causa de tal prenda de lana en el mes de agosto sobre su cabeza no le explicó su significado, queda como uno más de los mistemos del camino.
El día allí pasó tranquilo mientras algunos peregrinos tomaban el sol junto a la piscina, los perros pasaban por todas partes y cada vez hacía más frío.

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El trasiego de peregrinos es constante y se atiende a todos con amabilidad y cariño, incluso a los que no lo merecen por su actitud.
Un abrazo fuerte a vosotros y ánimo para seguir así mucho más, nos veremos la próxima vez que pasemos por allí y a ver si entonces le cuentas a Isa el secreto.

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Después de un día estupendo y un desayuno peregrino nos pusimos en marcha dando un abrazo a Eduardo, hasta la próxima.
El camino hasta Frómista es otro de los lugares bellísimos en el camino ya que discurre paralelo al canal de Castilla. Siempre que paso por allí pienso en tomarme unos días y hacer toda la ruta del canal. Al cruzar por las compuertas estás a la entrada de Frómista para visitar la más bonita iglesia románica del camino (con permiso de Santiago y de alguna otra)

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Al llegar a Frómista pasamos a visitar a nuestro amigo Nicolás y su precioso hotel Doña Mayor. Hemos pasado un rato estupendo en su compañía y hemos prometido volver pronto para pasar unos días allí para ver el románico palentino. Al salir hemos pasado por San Martín y hemos continuado ruta.

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Siempre es un placer volver a ver La ciudad. La primera vez que dormimos aquí el único albergue que había era un sencillo local que no tenía ni agua caliente. Las cosas han cambiado mucho desde entonces.

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El resto de la etapa discurre junto a la carretera por andaderos que facilitan el paso de los peregrinos. Pequeñas poblaciones con su iglesia y los mínimos servicios. En medio del calor nos ha parado un señor para enseñarnos su pequeña obra de arte, un peregrino hecho con el tronco de un árbol. Nos ha ofrecido unas ciruelas y se ha enfadado con las chicas cuando le hemos dicho que normábamos porque teníamos prisa.
Un abrazo a mi tía Luisa que sé que lee este blog y escribiría algún comentario si supiera. Un beso tita. Mañana seguiré publicando cosas porque la red hoy no da más de sí.