Fin de semana en la Sierra de Segura


Los días 26 y 27 de abril pasado el club de senderismo «La Carrasca» de Lorca organizó una actividad en la sierra de Segura. Se trataba de hacer dos rutas por diferentes lugares de la sierra teniendo como punto central de operaciones la población de Pontones. Nos alojamos en el albergue del Perchel. Se trata de un lugar aceptablemente acogedor con los servicios básicos necesarios. Digamos como punto positivo que las instalaciones, ubicadas en una antigua escuela rural, disponen de las comodidades básicas necesarias para un confort mínimo aunque no mucho más. Es cierto que la relación calidad-precio resulta interesante y que como opción parece suficiente si no pretendemos grandes cosas. Para mí lo pero es el poco espacio que hay en la litera y que hay demasiadas plazas en cada dormitorio. Para la comida disponen de un restaurante que está en el centro del pueblo. Estoy seguro que a la carta la oferta es mucho más variada y rica que la que nos pusieron como menú obligatorio: básico y demasiado escaso. Independientemente del alojamiento el lugar ofrece un montón de posibilidades tanto por el nacimiento del Segura como en las sierras cercanas.

La primera ruta que hicimos el sábado transcurre cerca del pantano de Tranco sobre la sierra. Las vistas son impresionantes en la zona alta, sobre todo desde la peña de Amusgo. Salimos de un cortijo que se encuentra por encima de Pontón alto y desde allí transita durante un trecho junto a un riachuelo. Hay que tener cuidado en esa zona porque en época de lluvias es de difícil tránsito. Un poco más adelante aparece un cartel indicador y allí se separa la ruta hacia la derecha y será el punto por el que retornaremos después. Desde allí tomamos una senda hasta alcanzar la peña Amusgo. Impresionante lugar sobre el pantano al que se puede subir si uno no padece de vértigo. Desde allí fuimos completando el recorrido por diversos parajes hasta la aldea de las Huelgas que incluyen cortijos abandonados y espectaculares rincones sin grandes dificultades de trazado. Se sigue fácil primero el camino y luego la senda. El regreso se realiza por el punto del cartel indicado. Para ver el recorrido completo de unos 18 quilómetros en wikiloc pincha aquí.

Después de hacer la ruta regresamos a Pontones para una ducha y una recuperación de líquidos y después algunos alimentos. Buena tarde en compañía de la gente del club que se completó con una excursión hasta el nacimiento del Segura.

El domingo nos desplazamos en los coches hasta la zona de la sierra del Agua, en dirección a Siles. La ruta comienza en un merendero y corre durante un trecho por el GR en caminos anchos y con vistas impresionantes hasta la fuente del Tejo. La última parte del recorrido nos lleva por el arroyo Andrés hasta la cascada del Saltador. Atención a esa parte del recorrido en épocas de lluvia porque hay que atravesar varias veces el arroyo y en algunos tramos el recorrido se hace complicado. La ruta completa la puedes ver aquí.

Tras comer (regular) en el restaurante de Pontones nos pusimos en ruta de regreso a Lorca con la agradable impresión de haber pasado un fin de semana verdaderamente aprovechado gracias a la organización del club y por la compañía de todos los que compartieron la aventura.

2014-04-26 09.56.39 2014-04-26 10.45.57 2014-04-26 11.19.11 2014-04-26 11.23.19 2014-04-26 11.24.21 2014-04-26 11.24.29 2014-04-26 11.26.40 2014-04-26 11.32.55 2014-04-26 11.33.17 2014-04-26 12.28.32 2014-04-26 13.33.00 2014-04-26 13.48.51 2014-04-26 15.13.58 2014-04-26 15.31.43 2014-04-26 19.27.16 2014-04-27 10.04.03 2014-04-27 10.37.56 2014-04-27 10.40.06 2014-04-27 10.55.45 2014-04-27 11.14.42 2014-04-27 11.49.50 2014-04-27 11.50.26 2014-04-27 11.51.59 2014-04-27 11.52.16

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Mucho calor junto al Tajo


Después de escribir ayer tarde junto a unas respectivas cervezas, sin alcohol claro, salimos a dar un paseo por el barrio altos contemplar las vistas de la ciudad al caer el sol. Como dos enamorados cogidos de la mano… Vimos pasar varias parejas de turistas enamorados bajo el cielo azul del mirador (mal pensados). Joseba había intentado ligar con unas turistas en la plaza del Comercio ofreciendo sus servicios como fotógrafo pero sin resultado, para variar (hay testimonio gráfico).
Esperando mesa para cenar nos tomamos un mosto verde en una tabernita muy coqueta y después de gustamos una frugal aunque selecta cena en compañía de una buena botella,de agua verde claro, mientras cogidos de la mano… Nos contemplaban los vecinos de mesa con envidia (otra vez mal pensados). Por cierto la conversación fue derivando hacia la política como sustituto obligatorio del sexo mientras los vapores del agua iban llenando nuestras cabezas.
Regresamos al hotel tras una breve parada en el bar de detrás de la estación para tomar un refrigerio sin alcohol y dormir.
Esta mañana levantados a las 7 para desayuno a las 7:30 y salir disparados para hacer la etapa porque ya hacía bastante calor y nos quedaban muchos quilómetros. La salida de Lisboa no ha sido tan fea como esperábamos y tras callejear por Alfama hemos salido por carriles paralelos al Tajo en dirección al parque de las naciones. Allí he os podido comprobar que no sólo en España se ha despilfarrado el dinero en proyectos faraónicos que luego quedan abandonados, véase su prima la Expo de Sevilla. Así nos va a un lado y a otro de esta vieja piel de toro, como diría mi sabio compañero Joseba después de dar cuenta de media botella de bagazo, yo no sé lo que es pero me ha dicho que es agua sin gas típica de Portugal.
Pasado un aparcamiento el camino gira hacia la derecha para ir paralelo al río Trancao, afluente del Tajo. Un sendero de tierra se adentra por un valle caluroso al que cada vez menos le entra la brisa y que va sorteandolos núcleos de población cercanos con el único propósito de que el peregrino vaya agotando el agua y los ánimos hasta ser pasto de los buitres, es decir, no hay nada de nada en 15 quilómetros.
Joseba decía que el agua que habíamos llenado en el hotel tenía mal sabor pero llegando a Póvoa de Santa Iria y tras haber acabado con mis reservas del líquido elemento habría dado mi reino por refrescar mi boca con un trago de ese elixir. El caso es que en un cruce con la carretera que desviaba el camino hacia la nada y después de 25 quilómetros sin para más que regar el campo con nuestros restos líquidos y cada vez menos, hemos parado a dejarnos aconsejar por la tecnología que llevamos haciendo honor a nuestra nueva denominación de wifigrinos. La alternativa era girar a la derecha abandonando la civilización para seguir una senda junto la Tajo de 4 ó 5 km hasta el fin de etapa sin agua, muertos de calor, hasta el gorro de todo y con los pies adquiriendo vida propia. La otra opción era seguir la carretera nacional unos 3ó 4 km hasta llegar al final con la esperanza de encontrar algún lugar en el que tomar algo al atravesar Póvoa. San Google nos ha confirmado restaurante a la vista por la nacional y hacia allí hemos encaminado nuestros pasos sin dilación hasta un verdadero oasis en el camino.
Si bien encierro que los muchos quilómetros nos han machacado todo se ha tornado placidez junto al restaurante No sé qué de Rodizio. Se trata de un tipo de restaurante con buffet libre para las guarniciones y un plato único de variedad de carnes por 10 euros. Junto a un par de cervezas,sin alcohol por supuesto, hemos llenado un plato con los entrantes mientras nos ponían un tubo rojo por arriba y verde pálido por abajo: se trata de que cuando te has comido el primero le das la vuelta al rollo y comienza el desfile de carnes. Varios camareros comienzan a ofrecer todo tipo de carnes asadas pinchadas en un palo metálico del que van cortando lonchas. Comienza el festival con banana frita y patatas de las de verdad y así van pasando vacas,toros,bueyes, corazones y otros tipos hasta perder la cuenta. El final son unas lonchas de piña caliente deliciosa.
Con mejor ánimo que al entrar hemos afrontados los últimos tres quilómetros por carretera nacional hasta la suite que nos esperaba en Alverca do Ribatejo. Al llegar un siniestro lugar cerrado a cal y canto atendía al nombre descrito en la guía. Hemos llamado al teléfono de la puerta y un tipo. Nos ha dicho que estaba en Lisboa y que teníamos que esperar dos horas para que regresara. Tras colgarle el teléfono de bastante mala leche me ha llamado otra vez para decirme que en 15 minutos llegaba. Así ha sido y nos ha ofrecido por 30 euros una sencilla habitación con dos camas bastante incómodas y baño sencillo aunque aceptable ente limpio. Tras ducha,lavada de ropa y descanso nos hemos venido para el pueblo a tomar algo y escribir. Estamos algo alejados del centro así que tras un largo paseo hemos llegado a un bar a la sombra en el que nos hemos sentado yo a escribir y Joseba a leer el periódico portugués. Por desgracia el camarero está algo sordo y no ha entendido bien la comanda así que a mí me ha traído un agua sin gas pero conJoseba se ha equivocado y le ha traído una cerveza de casi un litro a la que se ha agarrado como si le fuera la vida con la inconfesable intención de derramarla sobre su estómago,por dentro. No he podido hacer nada por impedirlo puesto que me ha dado miedo verle sacarlos dientes así que me he dispuesto a escribir y disfrutar de los gritos histéricos de una hija de… Que se ha sentado detrás y que no para de vociferar no sé que cosas sin parar (para colmo lo hace en portugués y yo no entiendo nada).
Por cierto ya le he contado a Joseba que Mar invita a sus amigos a cortar jamón en casa y Raúl os especificará en qué condiciones.
Hoy hemos hecho 31,2 km en 5:48 a 5,4 km/h. Sol de justicia, mucho asfalto y casi deshidratación.

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