Leer etapa año pasado
La noche en el hotel de Tomar ha sido moviliza por el tema del calor. Al final hemos optado por despojan nuestros peregrinos cuerpos de toda vestimenta aunque la ventana estaba abierta y daba a una galería por la que de cuando en cuando pasaban personas. De cualquier modo no tenemos nada diferente a los demás y lo primero es quitarse el calor de encima.
A la hora prevista teníamos el desayuno en la bolsa correspondiente y listos para salir. Este año no ha cambiado nada con respecto al año pasado: botellín de agua, bocata de queso y york, plátano y magdalena, aunque yo he dejado esta después de la experiencia del año pasado que casi me ahoga.
De Tomar salimos a una serie de caminos de tierra entre bosques de encina, pino y eucalipto en un constante sube y baja. Cada vez ganamos más altura total y eso se nota en las piernas, acostumbradas hasta ahora al llano. Definitivamente el terreno ha cambiado desde la orilla del Tajo hasta un terreno de media montaña y bosque no demasiado denso. También las grandes poblaciones han dado lugar a pequeñas aldeas sin ningún servicio, lo que dificulta la organización de infraestructura de la etapa.
Sigue sorprendiéndote mucho la cantidad de casas estupendas que hay por todas partes. Casas nuevas de diseños innovadores con materiales de primera tanto en fachadas como en carpintería de aluminio y demás. También poseen enormes jardines perfectamente arreglados y todo eso contrasta con la miseria de alrededor en las otras casas.
Hoy se trataba de la última de las 6 súper etapas y también prometía mucho calor. Es verdad que no ha defraudado nada pero lo cierto es que lo hemos notado menos porque el bosque hace que muchos trozos del camino transcurran entre sombra.
El problema principal era organizar las paradas ya que sólo había una posibilidad de tomar algo en Calvinos, a unos 10 km de la salida. Así ha sido y hemos tenido que hacer una parada técnica a unos 10 km de la llegada al borde de la carretera, en una sombra en la que hemos dado cuenta de un plátano y unos lazos que nos quedaban del desayuno del otro día. Cuando pasaban los coches nos miraban con asombro mientras nosotros descansábamos para afrontar el final de la etapa.
Ya digo que esta ha sido diferente y no hemos terminado a pleno sol por carretera sino entre árboles y por pistas de tierra.
Como resumen de estos seis días podemos decir que hemos superado la prueba del infierno. Días de más de 40 grados con finales sobre asfalto de más de 10km sin sombra y en etapas de más de 30km día. Yo llevo dos pequeñas ampollas en los talones y Mar en talones y juanetes además de una molestia en el empeine y otra molestia a la altura de la tibia. Nada grave y mucho menos de lo esperado dadas las circunstancias.
El hotel de Alvaiazere como siempre, lleno de plantas a la entrada, sencillo pero limpio y 35 euros. Comida de peregrino con un menú de 10 euros que incluye sopa (caldo verde), carne o pescado para reventar acompañado de ensalada, patatas fritas o cocidas, aceitunas, bebida, postre y café. El dueño muy atento aunque su portugués sigue siendo incomprensible para mí.
Uno de los problemas es que no hemos podido ver la carta porque el señor nos pregunta sólo carne o pescado, y si nos descuidamos nos pone lo que le parece. Además no para de revisar lo que hacemos para servirnos más y regañarnos si comemos poco. La verdad es que es muy atento y agradable en el trato. Uno de los dilemas de la comida es saber cuándo se le caerán definitivamente los pantalones ya que los lleva por debajo de su oronda barriga a una altura que rompe con cualquier regla sobre la ley de gravedad.
Hemos comido poco porque estábamos muy cansados y, aguantando la mala cara del dueño, nos hemos retirado a descansar un rato.
A media tarde hemos salido hasta la farmacia para comprar compeed para las ampollas pero no tenían de esa marca. Luego hemos tomado algo en un pequeño bar pero nos hemos subido porque el calor era insoportable y Alvaiazere sigue siendo un pueblo fantasma en el que no hay nadie, mucho menos a esas horas y a pleno sol.
A la hora de la cena hemos encontrado a los peregrinos franceses con el belga. Vienen destrozados porque la etapa les ha pillado con todo el calor porque salieron más tarde y su ritmo es más lento. Hemos hablado de nuestros proyectos y sobre gastronomía, pero luego ellos se han enzarzado en una discusión política y nosotros hemos desconectado.
Tras un flan estupendo que se ha tomado Mar nos hemos subido a la habitación a preparar las casa y descansar. Hemos preparado agua para el día ya que el consumo diario de líquidos lo llevamos en torno a los 5 litros por cabeza y día.
He tenido un problema y el resumen de la etapa está partido en dos e incompleto:
Ver resumen primera parte
Ver resumen de la segunda parte
bosque
Subiendo por montes pero con café
Aunque las previsiones de cena ayer eran inmejorables los resultados no estuvieron a la altura de las expectativas, o el sitio no era el que nos aconsejó el señor del hostal o su nivel de calidad no es el mismo que el nuestro. Una sopa para mí, para variar y un filete de ternera en salsa junto a las patatas, arroz y ensalada de siempre fueron la opción. No estamos teniendo mucha suerte con el tema de las comidas porque las cartas en los restaurantes a los que vamos suelen ser muy cortitas y casi lo único que ofrecen es plato único de carne o pescado acompañado de lo mismo y la sopa de verduras tipo crema clara con caldo de pollo. No está mal del todo y lo mejor es que el precio suele estar siempre por debajo de los 10 euros por cabeza pero yo echo de menos algún guiso o similar.
Tras pagar 16 euros, vino incluido, nos fuimos a recoger la ropa del tendedero y dormir.
La mañana ha amanecido hoy a las 5:45 porque Joseba tuvo la brillante idea anoche de que comprobáramos cómo estaba de clara la mañana para salir a las seis, a pesar de mis quejas y de mi convicción de que a esas horas todavía no están puestas ni las calles. En el mostrador de recepción nos habían dejado como desayuno una bolsa con un bocadillo de queso, un plátano, una magdalena y una botella de agua que hemos ido comiendo desde la habitación y por las calles de salida de Tomar. La ciudad estaba vacía y aunque el día comenzaba a aclarar aún era algo difícil ver las flechas amarillas al menos hasta que hemos pasado junto a la plaza de toros, a la salida de Tomar.
El camino de hoy ha cambiado completamente en su recorrido, hemos abandonado las llanuras junto al tajo y las carreteras rectilíneas para tomar vías entre bosques de eucaliptos y algunas encinas y en constante sube y baja. La etapa ha sido bastante dura y al final hemos acumulado una subida total de casi 900 metros.
Aunque a la salida de Tomar hemos visto nubes pasar veloces sobre nuestras cabezas lo que refrescaba sensiblemente el ambiente ha sido sölo un espejismo: la etapa ha sido una vez más de intenso calor.
Pero hoy sí se han cubierto las previsiones y hemos tomado café sobre las 8 enuna aldea que ha sido casi la única opción en toda la mañana. La cerveza del mediodía nunca se ha llegado a producir porque los últimos 20 kilos hemos hecho del tirón.
Lo que también hemos encontrado hoy ha sido un grupo de peregrinas, tres chicas irlandesas que se han asombrado de vernos tanto como nosotros a ellas. Durante un buen tramo nos han seguido de cerca lo que nos imposibilitaba la parada técnica sobre la marcha para desalojar líquidos. Al final las hemos perdido de vista y han llegado al residencial en el que estamos cuando nosotros comenzábamos a comer.
Joseba ha ido bastante mejor de su molestia en el tobillo aunque ahora tiene una ampolla en la parte externa del talón del otro pie, serán algunos días de molestias sólo en parte mitigadas por los compeed.
Y así hemos llegado a Alvaiazere, lugar sin nada especial y que lo único que tiene es el museo que no hemos podido visitar porque hemos llegado cuando cerraban.
Para comer la opción era el restaurante del hotel. Medio entendiéndonos hemos comido un menú peregrino consistente en una sopa de verduras (para variar), una ensalada de judías de estas que hacen por aquí con atún y una ensalada de verduras a la que yo le he despojado del melocotón que ha disfrutado mi sufrido compañero, para que luego no diga que no le cuido.
Lo siguiente ha sido una suculenta siesta que a Joseba se la ha prolongado más de lo previsto y que ha aguantado nuestro paseo por la ciudad hasta cerca de las 6. De cualquier modo para lo que el pueblo tiene que ver sólo nos ha impedido llegar a la hora de ver el museo, como ya he dicho antes, lo demás ha sido pedir unas cervezas y organizar las etapas próximas.
El problema que tenemos es que la etapa de mañana marca hasta Rabaçal con unos 30 km y después Coimbra otros treinta, pero en Rabaçal no hay posibilidad de alojamiento. La primera opción sería la de quedarnos unos 8 km antes que hay un residencial pero eso haría una etapa de llegada a Coimbra de 39 km. Esto nos machacaría además de complicarnos la visita a la ciudad ya que llegaríamos muy tarde y cansados.
La segunda opción sería llegar mañana hasta Condeixa a Nova pero eso supone hacer 44 km algo que no creemos que con este calor y terreno sea viable teniendo en cuenta lo que supondría en los pies de los dos y sobre todo en los machaques de Joseba.
Después de mucho darle vueltas hemos decidido que vamos a ir caminando hasta Ansiao, a unos 14 km y desde allí buscar bus o taxi hasta Condeixa, ya que esta ciudad parece algo más grande. Con esta opción no nos pegamos la pasada de etapa y además nos ofrece la posibilidad de visitar Conímbriga puesto que está a las afueras de Condeixa a Nova.
Ahora, mientras yo escribo Joseba se prepara sus pies con lo que hemos ido a comprar a la farmacia para reponer. No hemos encontrado compeed y hemos tenido que coger de otra marca lo que parece que no funcionara demasiado bien. También hemos comprado esparadrapo (para que veas que lo digo bien, Isa) del blanco que se pega muy bien. Por último anti fila atoros y el correspondiente paracetamol (tranquila, Mar, el estómago de Joseba no sufrirá).
Por último felicitara mi querido compañero por su aniversario de boda al mismo tiempo que desearle mucha suerte y salud a Tere par que pueda seguir aguantando esta cruz que le ha tocado soportar durante todos estos años descontando el tiempo que se lo robo yo para hacer caminos. De todos modos mi enhorabuena porque aunque algo folló euro en el fondo es buena gente y algo le habrás visto bueno para aguantarlo todos estos años que son más de lo que un preso soporta como condena por los peores crímenes.
También felicidades a Olatz a quien se le escapa ya la treintena y entra en la edad de la verdad, esa de la que algunos ya estamos a punto de salir y otros ya han salido hace algún tiempo.
Resumen de la etapa 31,3 km en5:45 min a 5,4 km/h con sol de justicia y 840 metros de subida total.