Como era de esperar la noche terminó con cena en «El Morito». Joseba invitó a un suculento repertorio de delicias regadas con Ribera de Duero mientras contemplábamos con asombro cómo se desenvuelven dentro de la barra haciendo tapas, platos y raciones a un ritmo increíble y con una perfecta compenetración entre todos, desde el señor de la plancha hasta el que llama cuando se queda una mesa libre arriba.
Luego un par de orujos en el bar de abajo del hotel y todo preparado para amanecer a las 6.
Nos hemos despedido y a las 6:20 salía por la puerta rumbo a mi primera etapa sin mi compañero de tantas aventuras, esta vez por territorio conocido.
Ha hecho una mañana fresquita, lo suficiente, que ha permitido andar a buen ritmo. A poco de salir de la ciudad he comenzado a alcanzar peregrinos hasta llegar a Tardajos. Al llegar he visto que Millán venía detrás y lo he esperado para tomar un café juntos y continuar toda la etapa juntos. Esta parte del camino ha cambiado el trazado por culpa del trazado de la vía del tren nueva y eso nos ha acabado regalando unos dos quilómetros según mis cálculos.
La etapa no presenta ninguna dificultad salvo la cantidad de quilómetros y el calor. Casas siempre va por terreno llano entre campos de trigo con algún que otro repecho como la dura bajada «Matamulos» poco antes de llegar a Hornillos del camino.
En Hornillos hemos parado en el mesón y he tomado un pincho para recuperar algo las fuerzas. Luego le he enseñado a Millán el lugar en el que hace ya muchos años nos refugiamos los amigos franceses, Joseba y yo para compartir un trozo de embutido y pan duro bajo el diluvio universal.
La etapa hasta Hontanas ha transcurrido muy bien salvo por el detalle de siempre de no ver el pueblo hasta que estás encima.
La idea era llegar a Hontanas sobre las 12 con idea de intentar llegar hasta Castrojeriz según viera cómo iba. Hemos cubierto objetivos y sin dudarlo, y tras dar cuenta de una clara, hemos tomado camino abajo hasta el convento de San Antón y después Castrojeriz.
Hemos llegado a las 2:15 directos hasta el albergue municipal y nos hemos instalado rápidamente para irnos a comer hasta el mesón de la casa del cordón, donde yo ya sabía que se come muy bien.
Hemos tomado un menú peregrino muy digno y después hemos regresado al albergue a ducharme, lavar ropa y descansar un rato. Al llegar la hospitalera húngara voluntaria había llegado ya pero no podía atendernos porque en ese momento en medio de la sala estaba dando un masaje integral a una señora que sólo llevaba unas bragas y una camiseta (que luego también se ha quitado hasta casi montar un espectáculo).
Después del descanso hemos venido a un mesón a tomar algo sin alcohol (hay que recuperar líquidos), escribir y seguir recuperando de esta dura etapa.
Resumen de la etapa: 42,3 km en 8 h 11min a 5,65 de media. Enlace en Wikiloc
Burgos
10ª Monasterio de Rodilla-Burgos: despedida de un amigo
Escribo en un ratito de tiempo que me queda entre visitas turísticas y gastronómicas en la maravillosa ciudad de Burgos. Nuestros pasos nos han traído aquí en una preciosa etapa alejada, por fin, de la carretera general entre campos de cereal y bosques diversos. Varios corzos se han cruzado en nuestro camino de 28 km sin ningún tipo de descanso hasta la entrada en la ciudad por Villimar.
La mañana nos ha ofrecido una maravillosa sorpresa al pasar el camino junto a la iglesia del Monasterio, a unos dos quilómetros del pueblo. Se trata de un maravilloso ejemplo de románico perfectamente conservado y a la altura del mismísimo San Martín de Frómista.
El resto de la etapa transcurre entre molinos de viento y pequeñas subidas y bajadas que van dando algún que otro rodeo hasta llegar a un campo de golf cuando casi ya se comienza a intuir Burgos.
El acceso a la ciudad se hace algo pesado. Durante la mañana he descubierto que mi cable chino de carga del iPhone ya no era reconocido por el dispositivo y no cargaba. A la entrada de la ciudad he resuelto mis problemas diversos comprando un cable nuevo por la módica cantidad de 20 euros. Poco más adelante una tienda de deportes me ha permitido comprar por fin mi «cubremochilasparamochilaquenolanecesitaporqueesimpermeable» y unos calcetines nuevos porque tengo una pequeña molestia en el tendón de Aquiles que creo que es causada por la zapatilla. Los calcetines están más acolchados y espero que eso proteja mis doloridos pies.
Millán se ha quedado en el albergue y le he dado el teléfono para luego irnos a comer juntos y nosotros nos hemos ido a buscar hotel. Enfrente de la puerta de Santa María hemos cogido habitación en el Hotel Vía Gótica. Tenemos una habitación con vistas a la catedral en la cuarta planta por una módica cantidad de 80″euros y el poder disfrutar de una auténtica jornada de peregrinos VIP.
Nos hemos ido a tomar un vino al «Morito» con perspectivas de una cena de tapeo y con la incorporación de Millán y desde allí al mesón de enfrente en el que hemos dado cuenta de una buena sopa castellana y una estupenda pierna de cordero regada con un buen Rivera del Duero.
Ahora una siestecilla de Tour, paseo por la ciudad y despedida de mi compañero de viaje, mi amigo y el que me aguanta casi tanto como en mi casa.
Es un placer caminar con Joseba, hasta la próxima, compañero. Buen regreso y buena suerte.
Resumen de la etapa: 29,7 en 5h 51 min a una media de 5,8 de media. Enlace en wikiloc
Inmersión peregrina
La jornada de ayer en Burgos fue una verdadera gozada. La cena en el Morito, el paseo por la ciudad y el buen ánimo que hay entre nosotros hace mucho más fácil el camino. La noche terminó con la ilustración de nuestro hostelero y sus aventuras y continuó con la típica estancia en un hostal de ciudad en un sábado por la noche con gente pasando durante todo el tiempo de fiesta y son tener en cuenta el descanso de los demás. Varias han sido las ocasiones en que los gritos del borracho de turno o el timbrazo al portal de algún «gracioso» nos han despertado. A pesar de todo la distribución de camas ha funcionado bien. Mar hija, como siempre ha acabado aceptando la plaza de la cama de matrimonio junto a su madre, pero por la parte de la pared. Isa y yo hemos dormido en las otras dos camas pequeñas. Es evidente que en estas circunstancias la que mejor se amolda a todo es ella y todos se lo agradecemos.
A las 6 ha sonado el despertador y nos hemos puesto en pie. Mi trabajo en esos momentos es revisar ampollas, poner protecciones y acondicionar para que ellas vayan lo mejor posible. Hoy nos esperaba una dura etapa de más de 30 km y tenía mucho miedo al calor que podía hacer.
Cuando hemos salido del hostal hacía bastante fresco. Las calles aparecían casi desiertas salvo por algún que otro rezagado en la fiesta en un estado bastante avanzado de descomposición mental. Justo al retomar el camino nos hemos encontrado con una pareja de novios que regresaban de su fiesta, eran los mismos que ayer estaban a la puerta de la catedral y que nos dieron un susto demuestre porque tiraron un montón de petardos. Iban ya muy pasados y al vernos han hecho alguna que otra gracia que a Mar hija no ha sentado muy bien. Yo le he recordado que para aguantar las bromas de un borracho lo mejor es estar tan borracho como él, si no lo mejor es no hacerles caso.
Así hemos llegado hasta las puertas del albergue municipal. Hace unos cinco años que han abierto este nuevo albergue en sustitución del antiguo barracón que había en el parque, a la salida de Burgos. Se trata de un bonito edificio y debe estar bastante bien montado.
Uno de los problemas que nos planteábamos hoy era el tema del desayuno. Domingo por la mañana es difícil encontrar en una ciudad un bar abierto y nosotros teníamos por delante muchos quilómetros y poca infraestructura. Por suerte nada más salir de la muralla había un bar abierto lleno de peregrinos como nosotros tomando un café. El señor nos ha guardado los croissants para las chicas y nos ha contado que es el único que abre porque los demás diseque no les compensa. La verdad es que lo que no quieren es madrugar y él se aprovecha sacando un buen pellizco.
Hemos salido de la ciudad comentando el poco interés que en este país hay por el trabajo y el esfuerzo, tengo la sensación de que todo el mundo cree tener derecho a todo tipo de ventajas pero no quieren asumir el esfuerzo que se debe hacer para alcanzarlas. Lo vemos desde los jóvenes en clase y entre los negocios como este. Además tenemos la sensación de que algunos que creían que el camino les iba a hacer ricos a todos se les está complicando el tema porque no parece que haya negocio para tanto albergue y para tanto mesón. El camino sigue siendo casi lo mismo y la mayor parte de peregrinos siguen buscando dormir por 3 euros y nos valoran una cama limpia y unos servicios en condiciones si con eso tienen que pagar ocho o diez. De hecho estamos viendo que la mayor parte de los albergue privados suelen llenarse de extranjeros y los españoles somos los menos. Es difícil de entender para mí pero hay gente que sólo busca en el camino un modo de viajar barato.
La salida de Burgos es muy bonita, va un buen rato paralela la río Arlanzón hasta que se adentra en un laberinto de camino que va sorteando vías del tren, autovías, carreteras y río. En el trayecto les he contado mi primera etapa a pie en el camino, fue de Burgos a Castrojeriz y me sirvió para saber todo lo que uno nunca debe hacer en una etapa. Salí después de desayunar tranquilamente, a eso de las nueve. Todo el camino lo fui haciendo muy despacio, como un paseo, charlando con todos los que me encontraba. Así llegué a Hontanas a algo más de las tres y seguí sin parar hasta Castrojeriz sin reponer ni agua. El resultado fue una etapa que me dejó matado y que me hizo recapacitar seriamente sobre el tema para no volver a cometer los mismos errores.
Sin mucho más que contar hemos llegado a Tardajos y luego a Rabé. En el trayecto hemos ido adelantando a muchos peregrinos que iban despacio o que se parabN a tomar algo. Nuestra idea era continuar hasta Hornillos del camino y allí hacer un buen descanso para afrontar los últimos once quilómetros.
Íbamos charlando animadamente cuando nos ha pasado un peregrino al que hemos reconocido inmediatamente como Patxi, un peregrino al que conocimos hace un par de años en el camino del norte. Le hemos saludado y nos ha contado que venía haciendo el camino desde Vezelay. Nos ha alegrado mucho verlo y hemos garlado un poco sobre nuestros últimos caminos, él ha continuado más rápido y lo hemos perdido. No parece muy interesado en nuestra compañía porque él prefiere peregrinos a los que poder impresionar con sus aventuras y nosotros no somos de esa clase. Patxi es un tipo curioso de peregrino «enterao» al que le gusta contar sus experiencias e impresionar, la diferencia con el tipo clásico es que él sí que ha hecho el camino de verdad un montón de veces y lo conoce bien. Yo no soy muy amigo de esa manera de relacionarse con la gente pero allá cada uno.
Les contaba también a las chicas la salida desde Tardajos con Joseba, como diluviaba durante todo el tramo y nos resguardamos en Hornillos cuando vimos que todo estaba cerrado y no podíamos tomar nada. Les contaba que encontramos a Gerard, Patrick y Julián resguardados en un mísero hueco y nos ofrecieron un trozo de pan duro con un pedazo de chorizo: ese fue uno de los momentos más bonitos que recuerdo de todos mis caminos.
Las chicas han ido hoy como motos, Isa sube ya las cuestas a mi ritmo y cada día está mejor, y eso que los pies los tiene bastante cascados. Así hemos llegado a la cuesta Matamulas desde donde se divisa Hornillos. La vista es espectacular y recuerdo la visión de hace algunos años cuando encontramos un grupo de sudamericanos procesionando a una virgen y en dirección contraria.
La parada en Hornillos ha sido estupenda, una buena ración de queso de la tierra con un trozo de empanada después de 21km sin parar aunque el tiempo nos ha acompañado hasta aquí.
De entre todos los peregrinos con los que hemos coincidido destaco el equipaje de un señor mayor que iba en bici y parecía llevar la casa a cuestas. En el camino hay un poco de todo.
El sol nos ha dado bastante más en la última parte. Se trata de campos de cereal interminables que sólo tienen como único aliciente Arroyo Sambol. Han quitado el cartel que antes invitaba a un albergue con piscina. En realidad era un antro infecto con una balsa de agua helada en la que enfriaban las botellas de vino.
Al llegar a Sambol nos ha alcanzado nuestro peregrino de los 50km, hoy ya parece algo más discreto y se limita a las etapas normales de todo el mundo. He recorrido un trozo del camino con él y nos ha contado que paraba en Hontanas, como nosotros.
La llegada a Hontanas es curiosa. No ves el pueblo hasta que estás encima. Después de un montón de quilómetros que se hacen eternos y un calor abrasador que te nubla los sentidos parece que no llegarás nunca.
Sin verlo llegas a Hontanas cuando ya crees que no lo vas a lograr. El pueblo está abajo en un valle y destaca su iglesia en medio de un grupo de casas, abajo de todo la piscina.
Nada más llegas destaca la guerra de albergues del pueblo, carteles anunciando camas y menú del peregrino. Cuando estuve aquí hace ya algunos años no había nada más que el albergue que atendían unas señoras mayores del pueblo con mucho cariño. Además daban la cena. Hoy hay tres o cuatro restaurantes y la prosperidad del pueblo se hace evidente por todas partes. Mientras escribo esto acaba de aparcar en la casa de enfrente un pedazo de Mercedes de los de cortar la respiración. Hay quien ha aprovechado bien el camino.
El albergue está bien aunque de servicios muy básicos. Mucho peregrino italiano y poca atención personalizada. Está montado sólo por el negocio y lo ves en cosas como que sólo dan cenas en turnos de 7:30 ó 8.
Mañana otra etapa larga y los pies de Isa siguen acumulando ampollas, menos mal que se lo toma con ánimo y que hace el camino contenta. Las chicas hoy merecen un 10 por actitud y por fortaleza mental, son unas auténticas caminantes a la altura de los mejores. Es un placer compartir camino aunque a cambio lo más cercano a la carne que disfruto es de la visión constante de sus pies y sus ampollas. Así es el camino.
Hoy estamos por primera vez compartiendo dormitorio con otros peregrinos, sus olores, sus ronquidos. Mientras nos duchábamos en las duchas comunes Mar y yo ha aparecido un rudo y obeso alemán que ha podido disfrutar de la visión de nuestros cuerpos casi desnudos mientras acabábamos de vestirnos. La terraza llena de las conversaciones ruidosas de los italianos, los alemanes bebiendo cerveza y los ingleses y franceses buscando comer. Arriba unos cuantos preparan en la cocina algo de pasta y calientan alguna lata de comida precocinada. Los tendederos llenos de ropa de todo tipo en la que se mezclan calzoncillos, bragas, y camisetas de todo tipo de color, diseño y deterioro. En definitiva, hoy estamos en una verdadera inmersión peregrina.
En Burgos el Corte Inglés no tiene sección de deportes
Hoy se trataba de hacer una etapa cortita y fácil con idea de llegar a Burgos temprano y poder ver la ciudad. Nosotros preferimos pasar de largo las ciudades para evitar las aglomeraciones y porque se suelen disparar los precios en hoteles y restaurantes, mucho más teniendo en cuenta que ya conocemos la ciudad. A pesar de todo habíamos descartado pasar de largo porque nos cuadran mejor las etapas así.
Anoche había visto que la panadería del pueblo abre a las siete y por eso nos hemos levantado a las seis y media. Hoy todo ha sido más ágil que los últimos días aunque tenía que revisar varias ampollas de madre y de Isa. A estas alturas de camino a Isa le quedan pocas partes de los pies en los que no le hayan salido ya ampollas, la suerte es que parecen ampollas del calor y son muy finitas por lo que no le molestan demasiado. Mar madre también tiene algunas ampollas pero no van a peor y también parecen controladas. Mar hija sólo tiene alguna que no le causa problemas y lo único que le fastidia son algunas durezas; parece que le da envidia de que no le cuiden los pies porque constantemente me pide que se los revise. Por mi parte no tengo nada en los pies ni en ninguna otra parte pero mi trabajo es coser, curar, poner compeeds etc. A lo largo del día veo más pies que cualquier otra cosa.
En la panadería una chica muy maja nos ha atendido y las chicas han degustado unas napolitanas de chocolate recién hechas. Mientras yo tomaba mi café me ha comentado que existe una alternativa para llegar a Burgos que evita la zona de los polígonos y va por la otra parte del aeropuerto hasta llegar al río Arlanzón, desde allí hay una serie de parque preciosos que llevan hasta el mismo centro de la ciudad.
Con esa idea nos hemos puesto en marcha al mismo tiempo que otro montón de peregrinos. Nada más salir de Atapuerca el camino gira a la derecha para cruzar la sierra justo a la derecha del lugar en el que ayer estuvimos viendo el yacimiento. Desde el principio es una subida constante con cierta pendiente que se atraganta, sobre todo a los ciclistas por la gran cantidad de piedras sueltas que hay.el camino corre paralelo a un antiguo campo de entrenamiento militar por un precioso bosque de encinas. Constantemente en subida hasta llegar a una cruz de madera desde donde se divisa por primera vez Burgos.
A partir de ahí todo es cuesta abajo por distintos pueblos en el valle de Riopico. Al pasar Orbaneja está la desviación que nos había marcado la chica de la panadería. Poco antes de llegar nos ha alcanzado el peregrino «de los cincuenta», serrara de aquel con el que Mar estuvo charlando en Grañón. Él estaba desayunando y le contó que había hecho 40km dos días antes y que el anterior se lo había tomado de relax. Nosotros ya lo habíamos visto en la farmacia de Sto. Domingo porque estaba comprando unos compeed ya que tenía alguna ampolla. Le dijo que él hacía muchos quilómetros y ahí nos despedimos porque se supone que va más rápido y adelanta mucho mas que nosotros. La realidad es que tres etapas después ha hecho las mismas etapas y creo que termina pronto. El caso es que tenemos la sensación de que este corre más con la palabra que con las piernas y seguiremos viéndolo cada día.
Al llegar juntos a la desviación hemos comprobado que estaba bien señalizada y nos hemos ido por ahí. El camino bordea el aeropuerto por la parte derecha mientras que el otro trazado lo hace por la derecha para adentrarse por polígonos industriales interminables que hacen eterno el final. Es un camino agradable y sencillo y el aeropuerto es otra evidente prueba de lo que supone el despilfarro de las administraciones autonómicas. Un aeropuerto montado con todos los servicios pero al que no hemos visto llegar ni un avión durante todo el tiempo, como siempre en este país los sueños de grandeza y los caprichos de unos gobernantes que pagamos todos con nuestros impuestos.
Al llegar a la nacional hay una senda para caminantes que evita ir por carretera hasta que hemos llegado a Villayuda donde una señora nos ha dicho que cruzáramos el río por una pasarela para ir por los parques hasta Burgos.
El camino hasta la ciudad es una maravilla y además hemos descubierto que se acorta. En esos momentos íbamos organizando un poco todo. Resulta que ayer descubrí que mi mochila se estaba descosiendo por el cinturón que está cosido a las protecciones. Como hoy llegábamos a Burgos busqué las direcciones del Corte Inglés de la ciudad y llamé por teléfono a atención al cliente donde me dijeron que tenía que ir a cualquier centro para que me hicieran la devolución, me dijo que en Burgos había dos juntos en el centro y un tercero, Hipercor, en las afueras. Así al llegar a la altura del primero hemos cruzado y nos hemos metido en la ciudad.
La idea era que las chicas esperaran en una terraza cercana mientras yo hacía la gestión. Se trataba seque me hicieran la devolución y yo me buscaría la vida en alguna tienda de montaña o, a las malas, en Decathlon. He vaciado toda la mochila metiendo las cosas en las bolsas de tela y he entrado en el centro buscando la atención al cliente; no tienen atención al cliente y el otro centro de la ciudad no está al lado sino a casi un km de distancia. He recogido a las chicas y nos hemos ido al otro centro, ellas se han quedado en la plaza mayor y he repetido operación. Este es más grande, pero nada que ver con uno de los de verdad, las escaleras mecánicas son diminutas y sólo sirven para subir.
Atención está en la cuarta planta. Les he explicado mi problema y ellos han buscado en los ordenadores el tíquet, me han dicho que para hacer la devolución tenían que pedir confirmación a la sección de deportes de Murcia. La chica ha llamado y su respuesta ha sido la siguiente: o mandamos la mochila a Murcia para que ellos vean que realmente es un fallo o esa comprobación la tiene que hacer una sección de deportes de cualquier otro centro. El problema es que este centro no tiene deportes, la chica me ha dicho que tenía que subir a Hipercor allí sí tenían sección de deportes y, aunque no es la misma empresa sí podrían hacer la operación.
La situación era que no tenía muy claro que en el otro tuvieran mochilas, pero Decathlon está justo al lado. Hemos decidido buscar lugar para dormir y una vez instalados yo subiría tranquilamente a hacer toda la operación.
De entre las distintas opciones hemos elegido el hostal Acacia. Mar ha subido a ver precio y limpieza y ha bajado diciendo que estaba limpio, a 60 euros una habitación para los cuatro, pero…
Pero que el dueño era algo peculiar, que no nos asustáramos. Hemos subido con cierto recelo y hemos encontrado un señor de pelo blanco y barba a lo Quijote que nos ha recibido diciendo que dedicaría tres minutos a explicarnos la historia de la ciudad y a aconsejarnos sobre el mejor sitio para comer. Cuando he podido le he dicho que no tenía tiempomporque iba a cambiar la mochila y el me ha dejado, me ha dejado igual que estaba porque los siguiente quince minutos han sido de una lección sobre la peregrinación y su historia en la ciudad, sobre su abuelo que hizo el camino, sobre la vez que él lo hizo y las ganas que tiene de volver a hacerlo. He de reconocer que en otras circunstancias hubiera estado encantado de escucharle porque la conversación era amena y el tipo muy interesante, pero en ese momento mi prioridad era la de tener mochila con la que salir mañana.
Como he podido he conseguido salir. Las chicas se han quedado duchándose y yo me he ido hacia la plaza mayor porque al venir hemos visto pasar un bus que ponía que sube a Hipercor gratis a quien quiera. A llegar a la parada había otro bus aparcado y me ha dicho que el de Hipercor acababa de salir y que ya no pasaría otro hasta dentro de una hora. A estas alturas mi iPhone estaba al 10% de carga e indicaba que el centro comercial estaba a 2,9k del lugar en que me encontraba. He tomado camino rápidamente siguiendo las indicaciones del Google maps que me decían que me fuera hacia la izquierda de la autovía de Madrid. Con más de dos km hechos ya he visto finalmente el cartel enorme de Hipercor, con un pequeño problema, estaba al otro lado de la autovía que, evidentemente no podía cruzar. He tenido que dar marcha atrás otro km para tomar el camino definitivo cuando mi iPhone se ha puesto en alerta casi definitiva, en ese momento he llamado a Mar para decirle que se marcharan a comer que yo llegaría en algún momento, que. O se preocuparan y que las quería mucho.
Después de un.cabreo monumental iba con la mosca detrás de la oreja pensando que igual subía y acababa sin solucionar el problema. Al menos Decathlon está al lado y también he visto algún restaurante. Entro en Hipercor y pregunto a un dependiente por la sección de deporte y me dice que allí no hay. En este momento mi cara ha debido dar tanto miedo que me ha prwguntado por mi problema, le he contado todo y me ha indicado atención al cliente. Al llegar allí y contarle la historia a la chica cada vez estaba más mosqueado, ella ha hecho lo mismo que la otra antes pero esta vez sí que lo ha solucionado. He dejado la mochila y me han hecho el abono pero me han dicho que ellos no tenían ese material, quizás sólo lo encontraría en Decathlon porque las tiendas de deportes y todo lo demás seguro que un sábado por la tarde en Burgos estarían cerradas.
Aliviado por la devolución pero muy preocupado por la necesidad de una mochila, como fuera, he entrado pasando primero por los servicios porque ya llevaba unas pocas horas sin cubrir esa necesidad. En la sección de mochilas he encontrado una estupenda de 50L que he pensado que ponía SOL. Justo al lado la solución perfecta: u a 60 litros compostura de todo. La he cogido rápidamente para que nadie me la quitara y he salido contento con mi mochila nueva.
El autobús gratuito ya había pasado y he tenido que esperar casi una hora. He aprovechado para volver a atención y decirle a la chica que me había atendido que ya había solucionado el problema. He comido un escalope en la cafetería y a las 3:30 he cogido el bus que me ha bajado al centro.
Mientras las chicas han degustado una estupenda comida y han regresado al hostal a dormís un rato. Yo he llegado, he curado las ampollas de madre y de Isa y he escrito la última parte de la entrada de ayer. Luego hemos salido a dar una vuelta por la ciudad. Hay un ambiente estupendo y un montón de bodas por todas partes. En el paseo del Espolón nos hemos sentado a tomar algo y yo a escribir. Han pasado una paria de novios, ya cincuentones ellos, y le han pedido al guardia municipal que iba en moto que les dejase subir a la moto para hacerse una foto. He intentado sacar una foto de tan esperpéntico momento pero no me ha dado tiempo. Luego hemos ido a cenar al Morito en la zona de tascas y todo estaba estupendo y a buen precio. Burgos están llena de gente con ambientado tremendo. Al regresar al hostal nos hemos encontrado con el dueño y ahora sí hemos tenido sesión completa de charla incluyendo al abuelo, los peregrinos, la historia y la política. Nos dicho cosas como que el partido socialista está lleno de socialistas y que cree entiende que la gente vaya al eroski a robar para comer pero no entiende que roben coches.
Ahora vamos a dormir que la etapa de mañana es larga y dura.
Resumen de la etapa: eran 17km pero el GPS me ha marcado, antes de acabar la batería 24,4km en 5 horas y 58 minutos a una media de 4,1km/h.