11ª Gradefes – Mansilla de las Mulas


Estuvimos un buen rato en la terraza del bar del pueblo mientras yo escribía la entrada. Luego vimos algunas cosas de infraestructura para la etapa de hoy como el hotel en Ponferrada, los horarios de bus desde Mansilla a León y el tren desde León a Ponferrada. Según internet teníamos un bus en Mansilla a las 12 y un tren a Ponferrada a las 14:30.

Mientras nos decidíamos por el Hotel Castillo en Ponferrada, gracias a una nueva oferta de Booking, los mosquitos comenzaron a dar cuenta de nosotros, sobre todo de mí. Dado que el huevo no vale un idem decidimos irnos al albergue a disfrutar de nuestra cena peregrina.
Una botella de vino blanco, unos berberechos, una ensalada de tomate y pepino acompañados de un revuelto de gulas y setas fue nuestra maravillosa cena peregrina acompañada de una verdadera charla de las que solemos tirarnos de vez en cuando mi compa y yo sobre el sentido de la vida (sexo contrario-enemigo), algo de fútbol y también algo de política.
Poco después Joseba estaba durmiendo a pierna suelta (literal) mientras yo seguía los comentarios de los compas con el resultado del congreso y mantenía una metafísica charla por whatsapp con Mar (incluidos fundidos en negro).
La planificación de la etapa para hoy consistía en que teníamos 24 km que recorrer para llegar a Mansilla antes de las 11 y algo y así poder coger el bus sin problemas. Joseba sigue con su manía de ganar todas las etapas y su ritmo me deja atrás todo el rato. Yo voy quedándome entre paradas técnicas por cuestiones fisiológicas, fotos, revisión de mochila o simple contemplación del paisaje. Para colmo hoy también me ha retrasado un rato alguna que otra llamada de teléfono.
La etapa era toda en suave descenso, llana casi sin apenas modificaciones. Muchos tramos por pistas y alguna carretera secundaria hoy sin coches dado que era muy temprano y, además, domingo.
Atravesamos por varios pueblos sin ningún servicio y eso ha hecho que hagamos todos los km de golpe sin paradas. Seguimos siempre las acequias que distribuyen el agua de riego entre plantaciones de chopos y maíz.
A la salida del último pueblo antes de llegar a Mansilla yo iba hablando por teléfono y la distancia que me llevaba Joseba era tal que ya no lo veía por ninguna parte. En ese momento he visto que el camino daba un vueltazo enorme pero que había una pista que en pocos metros acortaba toda esa vuelta. Me he ido por ahí adelantando a Joseba que, como no se había dado cuenta, se había ido por el camino largo. He tenido que esperarlo un buen rato porque había ganado un montón de metros.
Sin ninguna otra novedad hemos llegado a Mansilla y hemos parado a tomar algo en El Puente (donde hemos dormido alguna vez nosotros). Allí hemos descubierto que los domingos no hay ningún bus a León hasta las 6 de la tarde. La única opción para ir a coger el tren es un taxi. Al llamar el señor del bar hemos descubierto que los taxistas del pueblo están de vacaciones y el único que está disponible tardará más de una hora en regresar.
La situación se complicaba al no tener opciones de ir a León. Para colmo el señor del bar se ha marchado sin confirmarnos si el taxi vendría a llevarnos. Hemos llamado a radio-taxi de León pero nos cobraban 35 euros por el viaje. En esas estábamos cuando ha llamado el taxista de Mansilla a decirnos que en media hora llegaba y nos llevaba, por 20 euros que es la tarifa oficial en Mansilla.
Así ha sido y poco antes de la 1 estábamos en la estación de tren para coger un intercity a las 13:30 a Ponferrada.
Cerveza para hacer tiempo y ruta sin novedad para llegar a Ponferrada a las 3 y poco. Nos hemos ido a comer directamente mientras el calor nos derretía literalmente. Luego nos hemos ido al hotel para ducharnos, lavar la ropa y descansar un rato. Como no hemos conseguido saber cómo se pone la ducha hemos acabado bañándonos en la bañera, un extra de relax en nuestra noche de peregrinos vip.
Después de un buen rato de descanso hemos comenzado a preparar las etapas próximas porque el tema está bastante complicado. Para colmo, mi compañero ha decidido que tenemos que llegar pronto a Santiago, no vaya a ser que se nos escape el santo o quizás siguiendo el rastro de quién sabe que deseos inconfesables que le esperan en Mundaka. El caso es que su propuesta es que hagamos etapas de más de 35 km, a lo que yo me he opuesto ante la imposibilidad de poder hacer tantos quilómetros entre raciones de pulpo, caldo gallego, pimientos de padrón y vinos del terreno (pasamos a recorrer la Ribeira Sacra). Lo hemos dejado un poco todo en el aire a la espera de ver cómo es el terreno, los desniveles y, sobre todo, el calor. Eso sí, hemos programado para mañana hotel en Médulas: parece que tenemos una suite especial a un precio razonable en Booking, aunque no barato. La idea es salir mañana muy temprano para llegar pronto ya que queremos hacer la ruta de las Médulas que son más de cinco km.
Luego hemos salido a tomar algo mientras veíamos pasar peregrinos y paisanos confundidos entre el ruido y el calor. Nuestra cena ha sido en una pizzería de la plaza del ayuntamiento en la que nos han calzado dos orujos de hierbas por 5 euros y que pensábamos que eran ofrecimiento de la casa tal y como nos había dicho el camarero.
Después hemos ido a hacer algunas fotos al castillo y hemos regresado al hotel para que yo charlara un rato con la familia ofreciendo un bate de beísbol a Isa para resolver sus problemas con la asignatura esa de la que parece que debemos tomar alguna medida radical.

Cena peregrina en el Albergue

Cena peregrina en el Albergue

Adornos del camino

Adornos del camino

Camino

Camino

Llegada a Mansilla

Llegada a Mansilla

Muralla de Mansilla

Muralla de Mansilla

Tren a Ponferrada

Tren a Ponferrada

Casttillo

Casttillo

Ponferrada

Ponferrada

Castillo

Castillo

 

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16ª Reliegos-León: última etapa del camino francés


Nada destacable ayer desde que terminé de escribir. La tarde fue bajando su intensidad en el calor pero demasiado despacio. La fui ayudando con un par de cervezas y algún vinito blanco.
Revisando la etapa de León busqué alojamiento en la guía y encontré el albergue y residencia Unamuno con habitación individual con baño por 20 euros y al lado de la catedral. Millán no quiso reservar porque dice que se va a quedar en las Carvajalas a vivir una nueva noche peregrina.
El menú de la cena algo simple y después un orujo para terminar de dejar caer la tarde. Por supuesto que mis excesos en el alcohol no se ven acompañados como cuando voy caminando con Joseba ya que Millán no pasa de la coca-cola, la clara de limón o, como mucho, el tinto con casera de la comida.
En la habitación acabé de ver el capítulo de Mastechef gracias a la wifi y sobre las doce y algo a dormir.
El despertador ha sonado a las seis y por un momento pensé que no era mío extrañado por no haber sido violentamente despertado por peregrinos de a partir de las 4 de la mañana.
Hemos salido en dirección a Mansilla por el último tramo de senda con árboles para abandonar definitivamente este monótono tramo leonés. La mañana estaba algo fresca comparado con estos días atrás y nos ha hecho estos 6 quilómetros como un agradable paseo.
Al entrar a Mansilla han abierto un nuevo albergue y bar. Es un local muy aséptico, industrial y modelo turigrino de nivel. Las tostadas las tienen en la barra y te las ofrecen frías.
Millán ha encontrado por fin un cajero con el que poder recuperar su liquidez peregrina (yo le ofrecí una ayuda de urgencia que rechazó amablemente), y salimos de Mansilla por el puente del Esla por un tramo muy desagradable pegado a la carretera general con un tráfico horrible. Lo peor es que es sólo el principio de lo insoportable que es la entrada a León.
Al menos la entrada a Puente Villarente la han cambiado ya que han hecho una pasarela sobre el río y ya no hay que pasar por la carretera.
En seguida se abandona un rato la carretera y nos dirigimos en suave ascenso hasta Arcahueja donde hemos parado a tomar algo y descansar un momento. Yo he aprovechado para llenar agua,porque me había quedado sin ninguna. Un borracho de pueblo nos ha amenizado la estancia entre tirarle los tejos a la camarera y llevarse el vaso con el cubata ya vacío.
Desde aquí hay una fuerte subida que corona en un polígono industrial y ya, paralelo a la carretera llegamos hasta Puente de Castro y León.
El largo paseo por las avenidas nos ha dejado a Millán en las Carvajalas y a mi en el Unamuno.
Tras la ducha y el lavado de ropa me he dado una vuelta buscando cajero BBVA con el que preparar mi tránsito por el camino del Salvador a partir de mañana, ya que creo que no voy a encontrar muchas cosas.
Luego cerveza en el barrio húmedo haciendo tiempo y mandando mensajes a los amigos. Sobre la 13:30 ha aparecido Millán y nos hemos tomado un vino (él cerveza) y unos pimientos de padrón. Luego hemos ido a comer al restaurante La pintona, en la Plaza San Martín. Buen menú por 12 euros con sopa de lentejas y codillo asado (mejorable).
Después he regresado al Unamuno con charlas por Skipe con Mar y con Isabel, ver el capítulo de ayer de Cocinados y… Me voy al húmedo a tomar unas Cañas y cenar
Hasta mañana, gente.
Resumen de la etapa: 25,2 en 4h 56 min a 5,75 de media. Enlace en Wikiloc

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Entre diarreas, picaduras y ampollas nuevas


La noche de Mansilla acabó muy bien tapeando en el bar «la curiosa». Ambiente agradable y comida estupenda aunque Mar madre tuvo que pelear duro hasta conseguir una mesa en la terraza. El restaurante lleva poco tiempo abierto aunque son muy amables y atentos.

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mar hija no quiso cenar casi porque no se encontraba muy bien, el anuncio de una noche de vómitos y diarrea. A media noche nos llamó para decirnos que se encontraba mal. La realidad es que Isa había pedido una diarrea como forma de adelgazar en el camino y al final lo ha conseguido, aunque para su hermana.
Con tales perspectivas hemos salido a la hora prevista rumbo a León con la idea de comprar unas sandalias a Isa que le permitan mejorar sus pies porque al cambiar las zapatillas con su madre sus problemas han pasado a ella.
En Puente Villarente hemos tomado un café acompañados de Satrauss y Beethoven. Hasta León pequeñas subidas y bajadas y la suerte de que han hecho un andadero junto a la carretera que alivia un poco la entrada en la ciudad. Hemos visto a la eslovaca poner rumbo al albergue municipal. En las Carvajalas la cola llegaba a la puerta porque cada vez hay más gente en el camino, en León comienza mucha gente. Nosotros hemos seguido hasta la catedral y luego hemos buscado una tienda de deportes pata que Isa se comprara un calzado nuevo más cómodo.

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Una vez solucionado el problema nos hemos puesto rumbo a la Virgen del Camino, la idea es adelantar algo la etapa par que mañana tengamos una jornada más cortita. La salida de León la hemos hecho entre un montón de peregrinos y turistas que han venido a lo del Papa y que hacen algún tipo de encuentro en León. Nosotros hemos pasado un rato malo pero al final hemos completado la etapa hasta la plaza de La Virgen del Camino.
Tenemos una habitación en uno de los hoteles de la plaza. Tras una ducha rápida nos hemos ido a comer los tres porque Mar hija sigue fastidiada y se ha quedado a dormir un rato. mar madre también va algo cascada de los pies, sobre todo de los dedos pequeños en los que le han salido dos a pollas de las puñeteras.
Después de comer Isa y yo nos hemos ido a León en bus y las Mar se han quedado. Nosotros hemos dado una vuelta por la catedral y la plaza mayor e Isa se ha tomado un helado (de chocolate, por supuesto) pero hemos vuelto rápido porque hacía un calor de muerte. En la Catedral cientos de personas viendo las vidrieras, discutiendo, confesando o explicando a la familia las «bóvedas de cañón».

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Después del desastre de la comida y teniendo en cuenta a Mar hemos ido al súper a comprar algo para cenar en la habitación. Hemos tenido una autentica cena peregrina a base de lata de espárragos, jamón de York, queso en lonchas, yogurt líquido cerveza medio fresca. Como lujo especial hemos comprado una bolsa de pipas que hemos comido entre Isa y yo.
El resto de la noche se ha ido entre curas de ampollas a Mar, alguna que le queda a Isa y mi pomada para aliviar el picor de mis ronchas monumentales.
Cuando ha sonado el despertador esta mañana a las seis y he mirado por la ventana he visto que los coches estaban algo mojados porque esta noche ha llovido algo. La etapa de hoy transcurre siempre paralela a la carretera, es llana y fácil. El paisaje ha comenzado a cambiar abandonando los interminables campos de cereales y dejando entrever los primeros árboles que anuncian la cercana montaña.
Hemos desayunado en Villaverde. Yo había pedido un café pero el camarero se ha equivocado y ha puesto dos, cuando le hemos dicho que se había equivocado le ha echado la culpa a Mar madre diciendo que todas las mujeres son iguales, que se equivocan y luego le echan la culpa a los hombres.
La etapa ha transcurrido entre la relativa mejoría en el estómago de Mar y los problemas en los dedos pequeños de madre. Mis picores van mejor e Isa también progresa adecuadamente. Los últimos quilómetros hasta Hospital de Órbigo se les han hecho muy duros y ha sido un placer llegar hasta el albergue en el que nos hospedamos, para colmo tiene wifi y me permitirá ver el partido esta noche, aunque sea en el iPad.

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El resto ha sido ducha, preparar camas, menú peregrino y escribir la entrada acompañado de la música de Enya. Estamos en el lugar de paso Honroso, en el alberrgue de San Miguel. Es la primera vez que duermo aquí porque antes siempre había dormido en el municipal. Recuerdo la primera vez cuando paramos a tomar un bocata en el bar junto al puente con Emilio, o la cena a base de costillas asadas el año que dormimos con Joseba y los catalanes aquí, esa espesa mañana en la que todo el mundo se arreglaba los pies en el patio del albergue. También dormimos aquí Mar y yo aunque entonces el albergue municipal estaba muy descuidado y sucio. Ya había parado en San Miguel Joseba con sus hijos con Teresa aquí y por eso nos hemos decidido a parar aquí. El trato es amable y está todo bastante limpio.
Hoy dedicaremos la jornada a descansar y recuperar, ahora vienen dos días tranquilitos en los que esperamos que los picores se calmen, la diarrea desaparezca y las ampollas se curen. Así es la vida peregrina entre cada vez más peregrinos de todo tipo, sobre todo turigrinos que vienen con autobuses y que caminan sin mochila entre cantos y risas que no les permiten saber muy bien si van o si vienen. Lo de siempre, el camino lo hace cada uno como quiere aunque algunos deberían hacer un test mínimo para identificar el grado de conocimiento que tienen de todo esto.

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A esta hora no para de llegar gente, vienen destrozados porque muchos han salido de León y se han cascado más de 30km de inicio. Cada vez es más difícil localizar a la gente de todos los días, hemos visto a la alemana que es amiga del alemán del sombrero y la camiseta roja, la mística que va con la coreana y el que no para de fumar y va con pantalones de camuflaje, el resto casi todos sin mochila, con botas enormes que les harán auténticas averías en los pies y…
Ben camino, peregrino
El olor a lilimento es insoportable…

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Resumen: 18 Mansilla-virgen del Camino: 26,2km en 5 horas y 40 minutos a 4,6km/h
19 Virgen del Camino-Puente Órbigo: 25,2km en 5 horas y 7 minutos a 4,9km/h

Picaduras sospechosas por todo el cuerpo


Lo primero que quiero hacer hoy es pedir disculpas por los errores ortográficos que aparecen constantemente, es uno de los precios que tengo que pagar por escribir todos los días y porque el corrector del iPad es una porquería y me cambia muchas palabras según le parece. No tengo mucho tiempo de revisar los textos y por eso no se puede corregir todo.
Desde hace un par de días las cosas parecen mejorar para las chicas, sobre todo después de que Mar madre e Isa intercambiaran sus zapatillas. Las heridas de Isa van mejorando mucho y ya puede incluso bajar las escaleras con «dignidad» peregrina. El que ha ido recogiendo la peor parte he sido yo ya que hace dos días que no paran de salirme ronchas por todo el cuerpo. No sabemos si se tratará de mosquitos que hayan decidido machacarme o algún bicho que hubiera en alguno de los lugares en los que hemos dormido, o quizás podría tratarse de algún otro bicho que me haya asaltado por el campo, el caso es que mis brazos, piernas y cuello parecen un verdadero mapa en relieve que no me deja vivir por la constante picazón. Comenzó ayer y hoy se ha ido extendiendo más y más hasta que hace un rato he comprado una pomada en la farmacia para ver si consigo rebajar la molestia. Por lo demás todo va estupendamente y las etapas se suceden entre las bromas y canciones de Isa junto a su buen humor que nos contagia a todos.
En estos días se van añadiendo nuevos peregrinos con los que vamos coincidiendo y otros que se van marchando. El de los cincuenta quilómetros al día ya no lo vemos desde ayer y parece que al final se ha marchado, no sabemos si después de haber logrado culminar su aventura peregrina o con las manos vacías y los pies llenos de ampollas.
Hace algunos días que venimos coincidiendo con un grupo de seis señores de cincuenta y tantos, muy ruidosos ellos y muy realizados que casi no saludan. Se trata del típico grupo de amigos que vienen a desconectar y liberarse unos días pero que no se relacionan con mucha gente. Algunos parece que ya van algo tocados y marchan con dificultad de modo que hoy los hemos estado encontrando desperdigados por todas partes.
Al salir ayer a dar una vuelta por Bercianos coincidimos con los peregrinos que salín de la ermita, mi amigo el peregrino del perro se me abrazó muy alegre de vernos y nos preguntó por las novedades físicas, sobre todo por Isa y sus pies. Nos cuenta que el perro va bastante bien pero que tiene que aplicarle betadine y voltaren y le tiene que dar algún antiinflamatorio, dice que no va a poder continuar mucho más porque el perro va muy agotado. La verdad es que siempre que he visto a gente hacer el camino con perros en verano me ha parecido una burrada porque tengo la sensación de que los animales sufren mucho, alguna vez incluso vi algunos con las almohadillas destrozadas y creo que es difícil porque a tu propio cuidado debes añadir el del animal.
Nos dimos un paseo hasta el albergue que estaba lleno de gente, parece que lo han arreglado algo aunque mantiene su zona de reflexión espiritual y ya tenían preparadas las mesas para el desayuno. Nosotros estuvimos alojados aquí Mar y yo cuando los vecinos montaron la fiesta.

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Al regresar hacia el hostal Mar madre se ha parado a charlar un ratito con unas señoras que estaban sentadas en la puerta de casa intentando tomar algo de fresco, nos han contado que desde hace un par de días el calor es insoportable y que ya no saben qué hacer porque no están acostumbradas. La verdad es que la temperatura ha subido mucho en los últimos días y nosotros vamos bien porque organizamos las etapas para terminar pronto y que el sol no nos machaque mucho.
Sobre las 9 hemos ido a cenar algo al bar, unos bocatas para las niñas y alguna tacón para completar. La jornada en Bercianos ha sido tranquila y relajante y nos ha venido muy bien tanto a nivel físico como mental.
Esta mañana el despertador ha sonado a las seis pero yo ya llevaba un buen rato despierto porque los picores no me dejaban dormir. Nos hemos puesto en marcha a las 6:45 después de organizar mochilas, asearnos y arreglar los pies de las chicas.
La primera parte eran unos siete quilómetros hasta el Burgos Ranero. Al salir todavía no estaba muy clara la mañana y hacía bastante fresco, aunque no suficiente como para ponemos el suéter de manga larga, salvo a Mar hija que siempre tiene frío. El camino en este tramo es un verdadero suplicio porque va paralelo a la autovía y el sonido de fondo son el constante paso de coches y camiones al que se añade la nueva vía del tren. Es un andadero junto a la carretera secundaria que tomamos en Sahagún y que no abandonaremos hasta llegar a Mansilla de las Mulas.

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Hemos desayunado en un mesón nuevo donde ya estaban el grupo de los seis peregrinos y algunos más. Antes yo siempre iba al mesón que hay enfrente del antiguo albergue, en ese mesón dormimos Emilio y yo el primer año después de haber hecho más de 100km. El camino que hice yo sólo dormí en el albergue, un lugar muy bonito pero que ya entonces estaba bastante descuidado y daba sensación de antro.
En los caminos posteriores ya nunca he dormido en el Burgo y sólo he ido de paso a escuchar a la salida del pueblo el canto de las ranas en la charca que hay allí. Hoy he visto que la charca debe estar seca casi completamente porque no he visto nada, aunque la verdad es que tampoco nos hemos entretenido mucho.
En el camino a Reliegos nos han adelantado un grupo enorme de ciclistas que llevaban banderas checas, en Reliegos le han pedido a Mar hija que les hiciera unas fotos y al aceptar han sacado un montón de cámaras. También hemos adelantado a un señor que lleva un curioso sistema de arrastrar la mochila.

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En Reliegos hemos hecho una nueva parada técnica a base de patatas fritas y aceitunas. Sin mayores contratiempos hemos puesto rumbo directo al destino final de etapa: Mansilla de las Mulas.
Hemos llegado sobre la una con tiempo de una ducha recuperadora y un paso por la farmacia para reponer y para comprar mi pomada para los picores. Luego hemos comido un menú en el restaurante de abajo, sencillo pero económico. Las chicas se han pegado una buena siesta y yo me ha bajado a escribir al bar de enfrente que tiene wifi mientras doy cuenta de un orujomde hierbas con un partido repetido del Madrid como música de fondo.
Ahora daremos una vuelta por Mansilla antes de cenar algo, mañana llegamos a León y se va acercando la parte final. Sólo espero que vayan desapareciendo los picores, me tomaré otro orujo a ver si consigo minimizar los efectos.
Resumen de la etapa: 26,6km en 5 horas y 3 minutos a una media de 5,3km/h.