18ª La Robla-Poladura de Tercia: agua en cielo y tierra

Es evidente que el camino de San Salvador es completamente diferente de lo que he pasado estos días entre Burgos y León. La tranquilidad, el frío, la montaña y la lluvia se han instalado en mi camino desde el desvío en la plaza de San Marcos de León.
La tarde de ayer concluyó según lo previsto en el albergue con un estupendo aperitivo de pimientos fritos con un Ribeiro fresco y mi guiso de pollo que reservé del mediodía. Una delicia entre tanto menú peregrino. Me fui a dormir a las 10:30 cual disciplinado caminante para amanecer a las 6 recuperado y dispuesto a lo que el día me ofreciera.
Y el día me ha ofrecido lluvia y frío. He tenido que salir ya con la camiseta de manga larga y con el chubasquero a mano porque amenazaba y además la aplicación del móvil daba agua a partir de las 10.
La etapa de hoy no tenía posibilidad de parar a tomar algo y por eso he salido ya desayunado. Hasta Buiza se transita por carreteras secundarias junto a la vía del tren y en constante y suave subida. Se pasa por Peredilla y La Pola de Gordón y luego se toma una carretera de montaña que sigue subiendo cada vez más hasta Buiza. Desde aquí comienza el duro ascenso por sendas de montaña hasta coronar por un paso espectacular. A media subida ha comenzado a llover de verdad y he tenido que parar a ponerme el chubasquero y colocar el cubremochilas, sobre las diez y algo como había previsto la aplicación. Había una densa niebla que impedía ver el paisaje en toda su belleza pero he disfrutado verdaderamente con la subida.
El problema se ha presentado en la bajada aunque no es muy pronunciada. Cuando se abandona el camino que va directo a Rodiezmo se toma una estrecha senda con hierba alta que estaba muy mojada por la lluvia. El resultado ha sido que he acabado calado completamente por el pantalón y con agua en las botas hasta parecer barcas. Esto ha hecho que el tramo final se haya hecho muy duro hasta el punto que me he equivocado de camino y he tomado hacia San Martín de la Tercia porque he pensado que era ya Poladura y no he mirado ni el track, a pesar de que me ha avisado de que me salía del camino. Iba tan cansado que me he dejado llevar, menos mal que el error ha sido pequeño y sólo he tenido que seguir la carretera durante algo más de un quilómetro hasta llegar a destino.
En Poladura el albergue es bastante sencillo y no demasiado cuidado. Me he instalado sin más porque ni había nadie ni teléfonos y la puerta estaba abierta. Una ducha caliente me ha hecho recuperar el tono vital y poco a poco he ido entrando en calor. He bajado a la casa de turismo rural «El Embrujo» a tomar algo y recibir información sobre el albergue y sobre la comida que había encargado ayer por medio de la hospitalera de La Robla.
Mientras tomaba algo ha llegado también el peregrino holandés y más gente de por aquí a tomar un vino. El peregrino holandés no había reservado y se ha subido sin comer porque dice que tenía apaño para la comida y para la cena. Yo no lo he visto comer hasta ahora.
A las 2 he pasado al comedor a degustar un desmesurado menú con todo tipo de delicias como un plato de pimientos de padrón fritos,con jamón, una ensalada preciosa con mucho diseño, un guiso de patatas y pescado, unos lomos con queso de cabra, tomate asado y una salsa riquísima y de postre un flan de queso para chuparse los dedos. Café de pote con orujo de remate y a dormir la siesta. Ya les he dicho que yo para la cena soy incapaz de tomar otro menú y hemos quedado que me prepararán algo sencillito (miedo me da).
Después de tal comida he subido a dormir la siesta y después he estado charlando un poco con el holandés sobre las próximas etapas. Cuando le he dicho que mañana en Pajares no hay nada y que hay que llamar para reservar comida me ha dicho que no hacía falta porque tiene arreglo, debe llevar la mochila repleta de comida para llevar tanto apaño. El caso es que me ha contado que en Oviedo tiene que parar porque necesita un pc para trabajar porque lleva un albergue en Roma y tiene que atender cosas. Poco más hemos hablado hasta que ha llegado el hospitalero que nos ha cobrado los cinco euros y nos ha puesto el sello. Como ha visto la ropa mojada me ha dicho que ponga el radiador debajo del tendedero para que se seque.
He dado una vuelta por el pueblo y he aprovechado para habla por teléfono solucionando, o no, algunas cosillas. Ahora me he venido a la casa rural a tomar una cerveza, escribir y hacer tiempo hasta la cena.
Una tranquila y auténtica jornada peregrina.
Resumen de la etapa: 24,7 km en 4 h 57 min con un desnivel acumulado de 529 metros y a una media de 4,99 km/h. Enlace a Wikiloc.
La wifi aquí es muy mala y no puedo publicar fotos, las añadiré cuando encuentre wifi buena.