9ª Briviesca-Monasterio de Rodilla: entre camiones y trenes

Una corta etapa que nos ha permitido llegar a destino antes de las 11 de la mañana. Casi todo el camino transita paralelo a la nacional I, la autopista y la vía del tren lo que hace que se convierta casi en un infierno. Para colmo de males están de obras en la N-I y el camino alternativo está sin señalizar haciendo el tramo entre Prádanos de Bureba y Castil de Peones un verdadero suplicio cuando los camiones pasan a centímetros de distancia de nosotros.
Ayer intentamos buscar alternativas para alargar un poco la etapa de hoy y hacer la de llegada a Burgos mañana algo menor pero no hubo manera ya que desde aquí hasta Burgos no queda nada, sólo el consuelo de que los 28 km que marcan las guías finalmente se reduzcan algo según parecen indicar los googlee maps que hemos consultado.
Como tampoco es que haya mucho que contar hoy comenzaré por algo que olvidé contar de la comida de ayer. Fuimos a un restaurante en el que nos habían dicho que ponían buenos chuletones, al entrar tomamos un vinito para ir haciendo boca y a las dos pasamos al restaurante. La camarera (prima hermana de alguno de la familia monster) nos ofreció la carta con los platos del menú y le pedimos la otra carta para comer carne. Sin mediar palabra al pedir la carne y el vino de carta nos retira el mantel de papel y las servilletas y ante nuestras atónitas miradas nos coloca un mantel de tela con sus respectivas servilletas. La imagen era de llamar la atención puya que todo el comedor nos veía en el centro con manteles diferentes y la plancha de la carne haciendo humo.
La cena fue en el mismo restaurante y nos acompañaba Millán, que se ha convertido en nuestro compañero de tardes y contemplador de nuestros excesos etílicos delante de su coca cola, como mucho diversificada con el vino con casera de las comidas. Un menú bastante aceptable y muy bien de precio sació nuestras urgencias y nos condujo a una plácida noche en el sencillo albergue del número siete.
Hoy estamos alojados en otro albergue muy bien equipado, limpio y cuidado, lo llevan los de la taberna del final del pueblo y está en el ambulatorio del pueblo. Está muy bien arreglado y lo cuidan y mantienen limpio. Además ofrecen en el bar menús a buen precio y tiene wifi tanto en el albergue como en el bar.
Gracias a la wifi del albergue he podido ver el final del Tour a media tarde. El resto está pasando entre alguna llamada de teléfono, un paseo por el pueblo y escribir la entrada delante de una cerveza (Millán con su coca cola). El pueblo está bastante bien, es de los que mejor se conservan y parece que vive bastante gente, la iglesia es enorme y lo cruza un arroyo canalizado que pasa por debajo de las casas.
Mañana es nuestra última etapa juntos por lo que no voy a meterme hoy con mi compañero de fatigas.
Bueno, ahora que lo pienso sí que me voy a meter. Lleva casi la mitad del camino diciendo que Olmos de Atapuerca está en lo alto de un monte y cuando hoy ha visto que al otro lado de la carretera hay un grupo de piedras amontonadas me dice ¿ves como Olmos está ahí detrás de esa montaña? Lo dicho, estos bilbaínos son lo suficientemente bestias como para levantar en peso San Mamés y girarlo 90 grados pero no es capaz de aceptar que tenga razón una vez más.
¡Qué cruz! Menos mal que le he enseñado la aplicación que llevo en el móvil del camino de Santiago y lleva toda la tarde jugando con él mientras yo escribo, así no se me emborracha.
Resumen de la etapa 21 km en 3h 28 min a 6,05 de media. Os dejo enlace en wikiloc

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