Viñas, olivos, rectas y descanso

El día de hoy se presentaba más tranquilo: etapa de 27 km llanos y a la espera de una mini etapa mañana hasta Mérida. La noche ha sido movidita y nos han despertado los gritos de una pelea en el hotel de madrugada, fruto de la fiesta y del alcohol (ya los viernes santos no son como en los buenos tiempos: sufrimiento y marchas militares). Nos hemos levantado a las 7 y he mirado por la ventana lo primero para ver si llovía o había cambiado el viento: buenas noticias con la lluvia pero no con el frío y el viento.

Tras preparar todo hemos salido a buscar un lugar para desayunar porque la cafetería del hotel estaba cerrada pero unos basureros nos han dicho que lo primero que abre es la cafetería del hotel. Hemos vuelto tras dar un par de vueltas al pueblo como tontos a esperar que abrieran y finalmente hemos tomado un café con una napolitana antes de ponernos en marcha. Hoy era imprescindible tomar un desayuno porque nos esperaban 27 kilómetros sin nada de nada, ni pueblos, ni carreteras, ni posibilidad alguna de tomar algo. Con la idea de hacer camino hemos comenzado pensando en llegar cuanto antes para recuperar y descansar. El cartel de un comercio a la salida no ayudaba mucho a mejorar la moral.

El que avisa no es traidor

El que avisa no es traidor

El paisaje ha cambiado radicalmente: viñas, olivos y cereal en campos interminables que se pierden en la lejanía frente a la belleza de los días anteriores. Hoy hemos ido casi todo el tiempo por la antigua vía romana, rectas de quilómetros en las que no encontrabas a casi nadie. Nos hemos tomado las cosas con filosofía, charlando, pensando y pasando a algún peregrino de vez en cuando. La monotonía no hace que esto sea más feo o que tengamos menos ganas de andar, hace bastante frío y los pies van machacado pero es un placer caminar. Sobre la 1 del mediodía hemos llegado a Torremejía sin novedad.
Rectas sin fin

Rectas sin fin

El albergue es nuevo y es privado, nos han cobrado 15 euros (como podéis comprobar aquí no atan los perros con longaniza) y nada más instalarnos han llegado dos señores para colocarse junto a nosotros y nos han dicho que nos avisaban de que roncaban como profesionales. Ante la perspectiva de noche, visto el precio y dado que hay más habitaciones he ido a hablar con la chica que lleva esto a ver si había alguna otra posibilidad: me ha contado que las otras habitaciones las deja para cuando vienen parejas o para mujeres y esta mayor para hombres. Le he preguntado, como quien no quiere la cosa, si se ocupaban de algún otro modo porque en la habitación nos habían informado de que había roncadores. Dice que no hay problema y que se pueden ocupar las otras siempre que no esté completo el albergue y entonces le he pedido cambiarnos ya que, además no suponía un incremento en el precio. Nos hemos instalado al final en otra habitación con sólo 6 camas. !Mis líos suelen acabar funcionando¡

El albergue ofrece toallas, sábanas y mantas y está bastante limpio ya que es nuevo. Es caro pero lo tienen bien montado, los dueños también tienen un bar en el pueblo al que mandan a los peregrinos para comer: negocio redondo tipo camino francés y que tan poco se ve por estos lugares. Poco después ha llegado una pareja a la habitación. Hoy todo el mundo es nuevo para nosotros, hemos adelantado una jornada y alcanzado a la gente que salió después de nosotros, muchos de ellos parecen conocerse y el ambiente general es bueno, al menos son casi todos españoles. Seguro que en algunos días los conoceremos.

Después de nuestras labores cotidianas de aseo y lavado de ropa nos hemos ido a comer al bar de los del albergue. Comida tranquila y después un orujito para la sobremesa. Casi terminando han llegado unos ciclistas a comer y se han sentado en la mesa de al lado. Mientras yo pedía los orujos Joseba les ha preguntado que si eran de Bilbao y hemos comenzado a charlar con ellos: dos son de Bilbao y los otros dos de Cadiz (aunque vienen de Marbella). Nos hemos contado algunas aventuras y hemos pasado un rato divertido entre bromas sobre los de Bilbao (los que nacemos donde nos da la gana), con diversas historias sobre el camino en bici o andando. Ellos van a hacer sólo unos días ya que tienen que volver a trabajar (ajo y agua). Este es el camino, conoces gente simpática, pasas un rato agradable y después cada uno sigue su ruta, quién sabe si algún otra ruta nos hará coincidir. Si leéis esto un abrazo y buen camino, cuidado con las piedras del camino y con las boñigas de vaca. (como veis no he escrito lo que nos habéis contado porque espero que vosotros mismos lo contéis si os da la gana).

Nos hemos despedido de ellos y hemos vuelto al albergue. Esto poco a poco se ha ido llenando y ya comienza a venir gente para dormir en el suelo ya que está ocupado hasta el sofá. Habrá movida pero nosotros vamos a ver el partido de fútbol, cenar tranquilos y dormir que mañana nos espera Mérida y una etapa pequeña.

Hoy hemos hecho 27,2 a una media de 5,8 en 4:41 horas. La altitud que marca es de 305 metros.

4 comentarios en “Viñas, olivos, rectas y descanso

  1. ¡¡ Juan Peregrinooorrl !!

    ¡Menudo «peazo» de blog que te estás marcando! Obviamente no me ha dado tiempo a leerlo todo pero sí «a little bit» en diagonal para hacerme una idea de tus aventuras/desventuras.
    (Joder con el alemán premio al Hedor’09, y los gilis que precisan tu autocensura para que no te regañe tu hija).

    Leerte me genera una vorágine de sensaciones indescriptibles pero que intentaré concretar en dos palabras: ¡sana envidia! Sin quererlo todo me teletransporta a nuestra epopeya del verano pasado, con diferentes escenarios pero comunes denominadores, materializados en conceptos clave, a saber: tiempos, albergues, promedios, duchas, calcetines, gps, charlas, ronquidos, cervezas, atardeceres, etc, etc.

    Desde estas líneas, aquí y ahora, te animo encarecidamente a escribir un libro sobre el Camino, de ficción o ensayo. Con las peregrinaciones que cargas en tus espaldas tendrías material de sobra (texto e imágenes) y sólo restaría un enfoque atractivo para el lector. En fin, consulta a Santiago cuando llegues a Compostela…

    Bueno, viéndote como te pones hasta las trancas de «to» creo que al final lo del Camino es para ti, en verdad, una (maravillosa) coartada, perfecta (admitámoslo), para disfrutar de la vida a tope. En fin, ya va aflorando la envidia a la que hacía antes mención, jajajjaj.

    Disfruta, disfruta…insensato, jajajaj, que el amigo Plutarco decía: «Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible.»

    Fuerte abrazo, peregrino.

    Ramón Galí

    • Creo que no has leído bien el blog. Este es un camino de sufrimiento y abstinencia. Nuestra mística experiencia por los caminos extremeños no nos da tiempo para los placeres carnales. Ten en cuenta que te digo esto delante de la segunda cerveza de la mañana y que estoy en un pueblo que se llama Guijuelo (no sé por qué me suena a algo pero no atino a qué). El caso es que hemos pedido una tapita de un trozo de carne colgado en un soporte que tienen ahí y que no sabemos exactamente lo que es.
      Siento desilusionarte por si habías pensado en que estaba disfrutando. Tranquilo!, no debes tener envidia ya que, como todos sabéis mis pies van llenos de ampollas, no hemos comido en varios días salvo hierbas que encontramos por el camino y el sexo es algo que había olvidado hasta que dos vacas de una verja me han recordado algo esta mañana.
      Un abrazo y espero que disfrutes de esta aventura que compartimos con toda la gente a la que queremos: seguid trabajando que alguien debe hacerlo para que nosotros caminemos.

  2. Pingback: Los números de 2010 « La vía de la plata: 2009

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