5ª Villapedre – Figueras


Un desayuno aceptable en el mesón de los dueños de la casa rural ha supuesto el inicio de la etapa. Se trata de un trazado cómodo y sencillo, a pesar de los quilómetros. Uno de las cosas que más me molestaba de la planificación que había hecho era la de tener que dejar de paso Navia sin poder parar a verla con detenimiento. El caso es que por mi propia organización decidí pasar sin detenerme y tengo que decir que tampoco es que haya supuesto una gran pérdida. Navia ha sido una decepción: una ciudad sin nada especial salvo, quizás, las vistas a la Ría. La bajada al pueblo y la subida posterior son las dos cosas más complicadas de la etapa. Por lo demás, sin novedad hasta Tapia de Casariego..

Merece la pena abandonar el trazado del camino para bajar hasta el puerto de Tapia de Casariego ya que el recorrido no pasa casi por allí. Para colmo de fortuna al llegar a las tabernas del puerto he descubierto con alegría que era la fiesta del percebe y así me he lanzado a un suculento aperitivo regado con una botellita de Albariño.

El almuerzo ha hecho que alargara mi estancia más de lo previsto y además ha supuesto el tener que tomar carreteras secundarias hasta alcanzar el trazado del camino que me iba a llevar hasta Figueras. He tomado la ruta junto a las playas para acabar perdido y atajando directamente hasta localizar el albergue en el que tenía hecha la reserva. En toda esta zona no hay indicaciones y es difícil orientarse correctamente, sobre todo si no dispones de tecnología gps.

Mi idea era no parar en Ribadeo ya que conozco bien las condiciones del albergue y su ubicación.  Como alternativa he tomado el albergue turístico de Figueras: un sitio nuevo y bastante bien cuidado. La gente que lo lleva es muy atenta y tienen bastantes servicios para hacer más cómoda la estancia al caminante. Tienen algún dormitorio con bastantes literas pero también disponen de habitaciones menos multitudinarias. Disponen de un menú económico y bastante digno.

Por una serie de circunstancias he acabado en una habitación con tres peregrinas con las que he pasado una agradable jornada. Dos de mis compañeras de habitación habían contactado con un taxi para llevarlas a hacer la visita a la playa de las Catedrales a un precio razonable y me he apuntado.

Después de comer me he dado un paseo hasta la zona del puerto desde donde hay unas vistas preciosas a toda la Ría con Castropol a un lado y Ribadeo enfrente. Para colmo la marea estaba muy baja y la gente se había bajado a la zona del río en plan excursión. Después de una agradable tarde tomando algo en el puerto y escribiendo he regresado al albergue para juntarme con las chicas y marcharnos a la playa de las Catedrales. La visita ha merecido la pena porque la marea estaba muy baja. Hay que tener en cuenta que han limitado el acceso de turistas y hay que reservar entradas previamente para poder acceder. También es cierto que la gente del lugar dispone de entradas si quieres sin tener que buscar en internet y previo pago del transporte hasta allí.

La playa de las Catedrales se ha convertido en algo terrible. Nada tiene que ver ahora con la primera visita que nosotros hicimos hace ya muchos años gracias a que nos llevara Carmen. Entonces no iba casi nadie allí y pudimos disfrutar de la playa toda la tarde sin problemas. Hoy en día aquello parece la Gran Vía de Madrid en hora punta: miles de personas dando vueltas sin sentido a todas partes y entrando por todos lados. Todo el mundo quiere llegar lo más lejos posible sin tener en cuenta mareas ni nada por el estilo. Un parque temático en hora punta, una pena.

Estupenda la visita gracias a Rosario y a Inma que se ha completado regresando al albergue y viendo el partido de la supercopa de Europa que ha acabado con goleada y título para el Barça. Como siempre camino y fútbol siguen juntos.

Resumen de la etapa 38,6 km en 7h 41 minutos (tiempo de relax en Tapia). Enlace en wikiloc.

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4ª Ballota – Villapedre


Ha amanecido un día precioso, ideal para caminar y disfrutar del paisaje, las playas y todo lo demás que ofrece este maravilloso camino. El pic-nic preparado como desayuno por el hotel ha sido bastante flojo pero, al menos, he tomado algo.

Etapa bastante dura con subidas y bajadas constantes. Muy bonita toda la ruta siempre cerca de la costa. Merece la pena el desvío a la playa de la Cueva y se puede retomar luego el camino siguiendo por la carretera, sin necesidad de volver atrás.

La peor subida de todas está a la salida de Luarca, sobre todo si se hace, como yo, después de llevar ya 25 km a esas alturas de etapa. Para los que no conozcan Luarca este debería ser final natural de etapa ya que es una ciudad muy bonita y que dispone de todo tipo de servicios, además de lo bien que se come.

El día ha sido de sol pero una suave brisa ha hecho muy llevadera la etapa.

Para alojarme había reservado el día anterior en Villa Auristela. No había muchas posibilidades dado que en toda la zona hay una alta ocupación hotelera aprovechando el buen tiempo y la bonanza económica general.

La casa rural es una belleza pero la tenían ya completa cuando reservé así que me ofrecieron la posibilidad de una habitación en el sótano con los servicios básicos. Es una especie de apartamento a medio montar en un espacio enorme con baño, un par de habitaciones y un salón enorme con cocina que no está montado. Al llegar a la casa te encuentras con una preciosa mansión que hace pensar en una muy buena estancia a precio bastante razonable. Se trata de un alojamiento de turismo rural muy bien cuidado.

La familia que lleva la casa son gente muy amable y atenta que tienen también un restaurante-bar cerca de la casa. Allí he tomado un muy digno menú y me han dado la información básica sobre cómo organizar la tarde y la salida del día siguiente.

Una vez descansado por la larga etapa y por el ritmo que he llevado me he bajado dando un paseo hasta Puerto de Vega, a unos 4 km de Villapedre. Se trata de un lugar pequeño pero coqueto alternativa para alojamiento ya que cuenta con todo tipo de servicios básicos. He dado una vuelta por el puerto y he tomado algo en una de las terrazas mientras un grupo de motoristas me hacía más entretenida la tarde. Se trataba de un grupo de parejas sobre super-motos hiper-pijas (ellas y las motos).

El regreso lo he hecho dando un paseo a pesar de que había pensado tomar un taxi. He aprovechado el tiempo hablando por teléfono con la familia. Al llegar a la habitación he comprobado que una pareja se había instalado en la otra habitación del sótano. Son dos chicos alemanes que no tienen ni idea de español y que se ven bastante perdidos. Hemos intercambiado dos o tres frases de cortesía y cada uno se ha puesto a lo suyo (lo mío nada de nada).

La noche ha sido plácida y muy tranquila de recuperación de los duros días que llevo.

 

Resumen de la etapa: 36,8 km en 7 horas, 19 min. Enlace en wikiloc.

Camino de la costa 2.015


Preparativos y primeras etapas

Como lo prometido es deuda y ahora tengo bastante tiempo libre mientras recupero mi rodilla voy a poner por escrito la descripción de las etapas que hice el verano pasado desde Oviedo hasta Santiago.

Una vez había completado con Joseba el camino desde Santander hasta León y después desde Ponferrada hasta Santiago realizando los caminos vadiniense, lebaniego y Camino de invierno regresé a casa unos días para recuperar algo y preparar mi nueva aventura.

Como mi prioridad era ir lo más ligero posible porque pretendía hacer etapas bastante largas dejé en casa el ipad y por eso no pude ir escribiendo y publicando a diario. De todos modos sí me llevé una libreta en la que fui escribiendo las cosas y ahora lo que hecho es pasar esas notas al blog para no olvidar ningún detalle.

Un recuerdo primero a nuestro camino de la costa de 2.010 con Joseba y Julio. Sobre todo a nuestro amigo y peregrino que hace algún tiempo se marchó a caminar a otro lugar en el que la mochila le pesa menos y el camino le resulta más ligero. Un recuerdo a aquel camino de alegrías, mundial de fútbol, mordidas de perro y demás aventuras.El día 5

Salgo de Oria con rumbo a Fuente Álamo para dejar en casa a mi madre que ha pasado unos días con nosotros. Sobre las 12 inicio camino desde allí y a las 7:30 llego a Benavente después de hacer el trayecto casi sin parar. Había reservado con Booking una habitación en el Hotel Santiago. Yo no había parado nunca aquí y tengo que decir que es un lugar que merece una visita más detenida. El casco histórico está muy bien y el ambiente de tiendas y de bares promete una buena sesión gastronómica. Yo, de todos modos, no tuve mucha suerte con lo de la cena ya que todas las terrazas estaban abarrotadas y el servicio no parecía ir muy rápido. Al final cené en el restaurante del Hostal Paraíso (aceptable, aunque nada del otro mundo).

El día 6

Sin grandes novedades me fui a dormir temprano para salir a la mañana siguiente hasta Santiago de Compostela: allí iba a dejar el coche en casa de mi amigo y luego tomaba un bus hasta Oviedo. Una visita al mercado y un agradable rato de charla dieron paso a un aperitivo-comida en La Bodeguilla de San Roque camino de la estación de autobuses.

El viaje a Oviedo fue una agradable sorpresa gracias al servicio Supra de Alsa con autobús de lujo con todo tipo de detalles como asientos individuales de cuero, auriculares, agua, WC, etc.

Entre tales comodidades llegué a Oviedo en 4 horas y media más descansado de lo esperado. La ciudad atardecía entre nubes y media lluvia (lo típico del terreno). Y desde la estación de autobuses me fui hasta el hotel que había reservado también en Booking.

Había cogido un hostal bien calificado en la página y que estaba muy céntrico: El hostal Arcos. Al llegar me llevé un buen susto ya que la entrada parecía la casa de los horrores y por un momento creí que había metido la pata hasta el fondo. La realidad fue que la pensión estaba bien situada y disponía de una limpieza y servicios mínimos y aceptables en su relación calidad precio. Nada del otro mundo aunque con una situación perfecta para lo que buscaba.

Tras una ducha bajé a cenar a la plaza Fontán para degustar un platito de sardinas asadas, una ración de bonito y una botellita de sidra bebida al ritmo que marcaba el camarero de turno. El final fueron unos mejillones a la plancha muy buenos.

Día 7: Oviedo-Avilés

Me puse en marcha a las 7 con la idea de encontrar en el camino algún lugar en el que desayunar antes de salir de la ciudad. Una panadería-bollería en el centro cumplió perfectamente su función con biografía incluida del dueño (sevillano afincado en Asturias por amor).

La salida de Oviedo no está muy bien señalizada ya que las marcas son viejas y algunas cuesta verlas. Hace tiempo que nadie las revisa y se hace imprescindible llevar el track guardado para evitar sustos. Los primeros 20 km son muy cómodos y se pasa por lugares preciosos, un verdadro paseo entre prados por la Asturias verde de verdad.

El encanto del camino se rompe en los últimos 10 km de ruta: una interminable recta por una acera paralela a una carretera con bastante tráfico que llega hasta la misma ciudad de Avilés. No estaría nada mal que las asociaciones del camino de la zona buscaran alguna alternativa algo más segura y atractiva. Parece que el camino no está muy bien cuidado por la zona de Avilés, incluido el albergue del que hablaremos ahora.

No he encontrado a nadie en toda la etapa salvo un chico que venía en sentido contrario, eso me ha hecho pensar que quizás encontraría un camino tranquilo sin mucho agobio de gente. Esta idea se ha disipado rápidamente nada más llegar a la puerta del albergue y ponerme en la cola de acceso.

El albergue de Avilés sigue igual que hace 5 años en todos los sentidos (incluidos los manchurrones de la pared y demás. Se trata de un local excesivamente básico que mantiene baños comunes abiertos (culos públicos). La humedad campa sin control y en todos estos años no se han realizado mejoras de ningún tipo. Es el albergue típico de los peregrinos «de verdad», esos que buscan el contacto cuerpo a cuerpo entre olores y ronquidos sin fin. Una verdadera pesadilla peregrina acrecentada porque mis vecinos de litera (demasiado cercanos) eran franceses, poco dados a la ducha y habladores sin descanso en la hora de siesta peregrina, no por ser franceses sino por ser algo básicos en el concepto de educación y de higiene.

Después de realizar mis labores peregrina de lavado personal y de ropa me he ido al centro a buscar un sitio para comer y mis pasos me han llevado a Casa Alvarín, una sidrería típica muy conocida en la ciudad. Pude degustar un estupendo menú por un precio razonable, hasta que mi cuerpo ha decidido parar en forma de mareo intenso que no me ha dejado terminar. La verdad es que en el restaurante se han portado muy bien e incluso no me han querido cobrar la comida ya que no había podido terminarla (todo un detalle de amabilidad).

He regresado al albergue a descansar y recuperarme un poco aunque la pareja de peregrinos franceses se han dedicado a hacer imposible cualquier intento de siesta moviendo colchones.

Desesperado y algo recuperado me he vuelto a marchar del albergue cada vez más lleno de gente y me largado a darme una vuelta por el centro de la ciudad. He llegado hasta el centro Niemeyer. Impresionante y muy adecuado complemento de la ciudad para unir la tradición con la innovación. He subido a la cafetería a tomar algo aunque no he podido quedarme porque estaba lleno.

La tarde se ha quedado gris y húmeda, típica de estos lugares y me ha permitido completar un estupendo paseo por el centro histórico de la ciudad parando en algún que otro lugar a tomar algo y ver las posibilidades de todo tipo que ofrece el lugar.

Aunque disponía de diversas posibilidades para cenar me he decidido sin dudarlo por repetir en Casa Alvarín dado el trato del mediodía y que consideraba debía hacer algo de gasto.  Era temprano y aún no había mucha gente por lo que he podido disfrutar de una cena tranquila con un estupendo pulpo amoriscado (tipo «al ajillo») regado con un alvariño estupendo.

Desde aquí directo a la pesadilla peregrina nocturna en un albergue abarrotado de peregrinos de todo tipo y color con todo completo. Destacan los peregrinos alemanes por su nivel de sonido y por el modo en que se aíslan del resto y van «a su bola» sin tener en cuenta a nadie.

Resumen de la etapa: 29,38 km en 5h y 33 min. Enlace en wikiloc

 

26ª Grandas de Salime-O Fonsagrada: por fin Galicia


Preciosa etapa que a pesar de un puerto de montaña no es excesivamente dura. El puerto del Acebo supone la frontera entre Asturias y Galicia y marca la parte final de mi camino de este año.
La noche peregrina estuvo a la altura de lo esperado. Al terminar la cena dejé a algunos peregrinos muy animados bebiendo alrededor de un paisano que tocaba la gaita. Cuando subía por la calle alguien gritó: «ahora una muñeira…» Mientras sonaba el la la la iba yo pensando que la noche prometía y que seguro que iban a llegar tarde y ruidosos. Llegaron a la 1 de la mañana pero yo casi ni me enteré. El resultado es que está mañana a las 6 nadie se ha movido de las camas, ni los polacos.
Sobre las 6 y algo me he levantado y sin hacer ruido me he puesto en marcha. Es cierto que he tenido la tentación de hacer todo el ruido del mundo para despertar a mi vecina polaca de la litera de arriba pero final ente me he echado atrás. Al final con las prisas he olvidado mi frontal allí.
He salido poco después hasta el bar de la plaza que nos dijeron que estaría abierto y allí he tomado un café antes de ponerme en marcha.
Saliendo de Grandas se asciende casi todo el rato por caminos paralelos a la carretera (esto es algo que ocurre en toda la etapa). Llegando a Castro he adelantado al trío de chicas de la canaria y las he dejado en el albergue intentando negociar que les abrieran, creo que lo han conseguido.
Desde Castro suave subida tranquila y con buen tiempo, una delicia. El ültimo tramo es una fuerte rampa al puerto que he disfrutado mucho. A mitad me ha salido un corzo al camino a una distancia corta.
Rápido descenso sin complicaciones hasta la carretera en la que se encuentra el bar donde he parado a tomar una clara y un trozo de empanada. El señor del bar es uno de esos personajes típicos del camino que ha hecho muchos ya y que atiende a peregrinos desde siempre. He charlado con el un rato sobre cómo va cambiando este camino y luego me he puesto en marcha otra vez.
El resto de la etapa no tiene mayor complicación salvo la fuerte subida final de llegada a Fonsagrada. He visto otro corzo y algo que creo que era un visón, no sé que otra cosa podría ser.
He llegado al albergue el primero y he podido disfrutar de todas sus maravillosas comodidades. Es un albergue nuevo, el Cantábrico, dotado de todo tipo de lujos peregrinos como lavadora, cocina, wifi, sábanas, toallas y atención amable de la propietaria por la módica cantidad de 10 euros.
Del resto comida en el restaurante Cantábrico con un estupendo menú de 13 euros mientras veía casi ganar a Alonso al ritmo de un maravilloso bacalao y una jarra de Ribeiro cosechero.
Tarde tranquila hablando por skype mientras esto se ha ido llenando. Han llegado los,frikigrinos de todos los días, los que no pagan por dormir pero intentan ducharse y servirse del albergue con aquello de que no tienen dinero (para alcohol sí que tienen).
Cena en la pulpería sencilla: caldo y pimientos regado con Ribeiro.
Resumen de la etapa:25,4 km en 5h 24min con 797 metro de desnivel y a una velocidad de 5,09km/h. Enlace a Wikiloc.

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25ª Berducedo-Grandas: transición


Una etapa corta y sencilla la de hoy con apenas 20 km. La realidad es que esconde alguna trampa ya que desde inicio presenta subidas y una dura bajada hasta la presa del pantano. Luego la subida por carretera hasta Grandas se lleva bien salvo el regalito del final.
Pero debo comenzar por comentar la noche peregrina que vivimos ayer. Eran ya algo más de las 10 y yo estaba acostado en la habitación con cuatro camas que me había ofrecido el dueño del albergue y que no se habían ocupado. Como yo iba a dormir solo pero el dormitorio daba directamente a la cocina les pregunté la hora de levantarse a todos y quedamos con poner despertador a partir de las 6. Cuando comenzaba a visitarme Morfeo de repente abren la puerta y me aparecen dos chicas francesas que se meten en la cocina y empiezan a hablar y llorar sin parar. Parece que acaban de llegar y quieren quedarse a dormir pero sin avisar al dueño. En esas están cuando aparece una tercera chica y yo ya no entiendo nada. A esas alturas estoy un poco mosca porque cada vez hay más gente en la cocina y yo a verlas venir. Poco rato después aparece el dueño del albergue y pregunta por la situación: las chicas piden ducharse pero no quedarse a dormir y el dueño les dice que no hay problema. Pero nada más irse el dueño siguen allí en la cocina con movimientos muy raros.
En resumen: el dueño aparece varias veces mosqueado porque cree que los chicos que van con estas francesas quieren quedarse a dormir cuando él se vaya. Cierra la puerta del albergue por fuera y me dice que la llave está colgada dentro por sí hay que salir. Me dice también que si veo movida por la noche a la mañana le toque el timbre para que venga a ver lo que ha pasado. Se marcha y al momento se abre la puerta del albergue y entra alguna gente nueva. Yo, a esas alturas, cierro los ojos y pienso que ya veremos lo que pasa después de varias nuevas visitas a la cocina y algún que otro movimiento extraño en las chicas .
Me he levantado a las 6:15 y todo parecía tranquilo. He tomado un zumo que me quedaba y después la pareja de Barcelona me ha ofrecido un café que he tomado con ellos. Ella sigue sin parar de hablar sobre su hijo que le ha pedido en matrimonio a su novia y ella nos enseña constantemente las fotos del acto oficial de pedida (retransmitido por whatsapp y con rodilla en tierra).
Nada más salir el camino sube por una empinada cuesta que se repite aún con mayor desnivel al salir de La Mesa. He pasado a las dos parejas de chicos lorquinos en la segunda cuesta y poco después he comenzado la tremenda bajada hasta el pantano. En el trayecto he adelantado a algunos peregrinos y así he llegado hasta el bar que hay al comienzo de la subida junto a la carretera. Este bar lleva abierto 4 ó 5 años y está muy bien tanto para tomar algo como para un posible fin de etapa.
Desde ahí todo subida hasta Grandas casi sin ver a nadie.
El albergue estaba cerrado y yo era el primero. Abren a las 12:30 y aún faltaba más de una hora por lo que he cogido el iPad y me he organizado para comprar los billetes de tren para el regreso. Tomaré el tren nocturno el 4 y luego enlazo con un tren a Murcia a las 9. Todo comprado y arreglado.
El día ha pasado tranquilo compartiendo espació con los peregrinos. Hemos comido en el restaurante la pareja de catalanes y un señor francés de Marsella que con el que había ya coincidido un par de veces. Por la tarde he tomado una cerveza con los chicos de lorca y a media tarde han llegado mis amigos polacos. Me han saludado algo molestos y además por la circunstancia que la chica de ese grupo que habla español y con la que había tenido el enfrentamiento el otro día en hospitales, esta durmiendo en la litera de arriba de la mía.
He cenado en el mismo restaurante mi primer pulpo del camino y al salir había una buena fiesta de peregrinos bebiendo y bailando con un lugareño que toca una gaita. Esta noche se presenta de baile y alcohol, movidita, ya veremos.
Resumen de la etapa: 20,45 km desnivel de 630 metros en 4h 10 min a una media de 5,23 km/h. Enlace a Wikiloc

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24ª Campiello-Berducedo: soledad por hospitales


Por fin he logrado hacer la etapa de hospitales aunque por desgracia la niebla no me ha permitido disfrutar del paisaje. A pesar del frío y de la humedad he podido aprovechar una preciosa etapa en soledad y recogimiento personal.
La tarde acabó con cena peregrina, de las de verdad, con nuevos peregrinos a los que conocer y con menú abundante y rico. Todo auguraba una verdadera noche peregrina. A las 4 de la mañana el grupo de polacos que adelanté ayer llegando a Campiello se han puesto en marcha. Han montado todo el ruido del mundo, han encendido luces y han despertado a todo el dormitorio hasta acabar con mi paciencia. Cuando a las 4:45 han abierto por enésima vez la puerta de la calle dando con el foco justo delante de mis ojos y además otro había dejado la luz del baño encendida y la puerta abierta, he decidido levantarme a llamarles la atención. La gente que estaba en las camas lo han agradecido porque a esas horas ya todos estábamos despiertos en el albergue.
Una vez se han marchado ha vuelto la tranquilidad hasta las 6 que han sonado los despertadores. Yo me he levantado a las 6:30 porque el desayuno era a las 7. Desayuno peregrino común con picatostes y vaso de café con leche para bañarse.
Sin entretenerme mucho he salido para no perder más tiempo y temiendo que la etapa se pudiera complicar por el desnivel de subida acumulado y las fuertes bajadas. No ha defraudado.
Hasta Borres subidas constantes que se acentúan a partir del pueblo. Desde allí duras rampas aumentan nada más coger la intersección que separa el camino de Hospitales del que va a Pola. Desde ese cruce hasta llegar al puerto del palo 16 quilómetros de soledad, niebla y paz.
Cuando llevaba unos 10 quilómetros, sobre las 10, he adelantado a los polacos de las 4 de la mañana. Les he dicho que «mucho madrugar pero poco andar» a lo que me han contestado que cada uno hace el camino como quiere. Yo les he respondido que sí, pero sin molestar a los demás y que deberían pedir disculpas a toda la gente del albergue porque estaban muy molestos con ellos. Sin más he continuado subiendo. Han llegado a Berducedo a las 7 de la tarde.
He ido adelantando a algunos peregrinos a lo largo de todo el camino y así he llegado hasta el alto del puerto sin grandes novedades. Desde allí una dura bajada con terreno muy malo hasta Montefurado enlazada con una fuerte subida que rompe completamente el ritmo y el final ya mucho más suave.
En resumen ha sido una etapa dura aunque muy bonita. Al llegar al alto del puerto ha comenzado a abrir el día y eso me ha permitido disfrutar del paisaje que es verdaderamente espectacular. Cuando tenga buena wifi pondré las fotos.
Por cierto, no me he encontrado ningún osos, quizás no los he visto por la niebla. Así que no he podido comprobar si saben que los humanos no se comen, como dice la guía.
Poco antes de llegar he parado en un bar a tomar algo y hacer un descanso. Había varios peregrinos y uno de ellos llevaba una camiseta de Águilas así que le he preguntado de dónde eran: son de Lorca. Hemos charlado un poco sobre quiénes éramos para intentar establecer gente común pero no parece que tengamos mucha relación. Van haciendo el camino desde Oviedo y creo que son 4 ó 5.
He llegado al albergue el primero y me he instalado en una habitación pequeña que tienen con 4 camas sin literas porque el señor me ha dicho que estaría más cómodo y más sólo (a estas horas de la tarde sigo estando solo porque todos los demás se han instalado en el otro dormitorio). Me he ido a comer pero me he llevado una gran decepción porque el restaurante lo lleva otra gente y está mucho peor. No tienen casi nada y he comido unos macarrones con carne y unas croquetas «caseras».
Poco a poco han ido llegando todos: los lorquinos, un señor francés, de Marsella, una pareja de Barcelona algo peculiar y con algún camino hecho (ya iré contando) una pareja de chicos jóvenes también de Barcelona y al final tres chicas con las que cenamos ayer, italiana, austríaca y canaria.
He intentado toda la tarde comprar los billetes de tren para volver pero ha sido imposible por la mala wifi del bar y porque no hay cobertura en todo el pueblo. Al menos me he tomado algún que otro orujo de hierbas. Al final lo he dejado por imposible y he vuelto al albergue a recoger la ropa. La pareja de Barcelona había preparado café y me han ofrecido. Estaban con el señor francés y una chica también francesa. Hemos estado hablando un rato y en seguida me he puesto a escribir.
Ahora me voy a cenar al bar un plato combinado y poco más, no hay muchas posibilidades.
Resumen de la etapa: 27,7 km en 5h 46 min con un desnivel acumulado de 978 metros a una media de 4,94 km/h. Enlace a la ruta en Wikiloc

23ª Cornellana-Campiello: Etapón antes de hospitales


Al final he completado la etapa hasta Campiello como tenía previsto para poder hacer la ruta de mañana por Hospitales. Llevaba desde el principio dando vueltas a cómo hacerlo para que se quedara una etapa aceptable y para ello había que salir de Campiello. El Problema era que, o me hacía dos etapas monstruosas, o cuadraba las etapas más normales y me quedaban un par muy cortitas. Decidí ver un poco sobre la marcha en función de cómo iba físicamente y ayer di el primer paso llegando hasta Cornellana.
Desde Cornellana está mañana la idea era salir temprano para pasar por Salas a desayunar algo y seguir hasta Tineo y allí decidir en función de como fuera y de qué tiempo hacía. Todo se ha cumplido según lo previsto y a las 12:30 estaba en Tineo muy bien físicamente y encima con el cielo cubierto y sin sol.
El resultado es que estoy en Campiello después de 46 km y más de 1200 metros de desnivel acumulado.
Anoche acabé cenando en la sidrería de enfrente del casino que no tenían menú pero al menos había carta. Tomé una ensalada de tomate y lechuga y una chuleta de novillo. Muy rico todo aunque un poco caro (20 euros).
Esta mañana me he levantado a las 6 porque quería estar en marcha lo más pronto posible con idea de adelantar todo lo que pudiera. He tomado dos zumos de los que compré en el súper ayer (compré tres porque no los vendían sueltos y la idea era tomar uno pero no me cabían los dos restantes en la mochila por lo que me lo he acabado tomando) y me he puesto en marcha cuando aún estaba un poco oscuro.
El camino sale de detrás del convento y asciende rápidamente por una carretera hasta sobrerriba. El camino va entre sendas y carreteras secundarias siempre paralelo a la carretera (con mucho tráfico). Así hasta Salas.
He parado a desayunar y le he dicho a la señora del bar que venía de parte de los hospitalero si de Cornellana y me ha preparado un bocadillo de jamón y un plátano para llevar, todo un detalle que he agradecido al comérmelos llegando a Tineo.
Desde Salas ya el camino sube constantemente a ritmo suave y con algunas rampas duras, aunque muy llevadero todo. Las más duras están al principio, después del agradable tramo junto al río y hasta llegar a la altura de la autovía. Hasta Tineo no mucho más que la sucesión de pequeñas aldeas y sendas alternando con carreteras secundarias. En general buen terreno.
En Tineo he tomado algo rápido, he llenado agua y ¡A subir!
Desde la misma carretera el camino toma una fuerte pendiente que se mantiene hasta dejar el pueblo y luego se va suavizando. Son unos 5 km de ascenso constante pero sin pendientes demasiado fuertes. Una vez coronado a más de 900 metros el descenso es un verdadero placer si no fuera porque llevaba ya todo machacado después de más de 7 horas andando sin parar.
El último tramo sí se hace un poco largo ya que es por carretera durante más de 2 quilómetros y con una pendiente justo antes de llegar a Campiello.
He llegado pasadas las 3:30 con tiempo de una ducha, lavar ropa y tomar algo porque la cena es a las 7. Me he comido un preñado (bolló relleno de chorizo y cebolla frita que impregna toda la masa, muy rico y consistente).
Resumen de la etapa: 44,7 km en 9h 5 min con un desnivel acumulado de 1240 metros y una media de 5,2 km/h (qué os parece?) Enlace a la ruta en Wikiloc

22ª Oviedo-Cornellana: empezando fuerte en el primitivo


A las 6 ha sonado el despertador y me he puesto en marcha rápido porque la etapa de hoy era dura y larga. A las 6:30 salía por la puerta y he parado en un bar a tomar un café sobre la marcha. El lugar era algo cutre aunque el café era bueno y acababan de traer unos croissant de los que me he pedido uno. Cuando estaba revisando mi mochila he visto una cucaracha danzando por debajo pero no la he visto retirarse, no le he dado mayor importancia y he salido rápido del lugar.
Saliendo de Oviedo he encontrado al peregrino holandés que había perdido en Pajares, había hecho las etapas cambiadas y hoy se quedaba en Villapañada por lo que imagino que lo perderé definitivamente. Hemos caminado juntos hasta la salida de la ciudad porque andaba algo perdido y hemos ido adelantando algún que otro peregrino (4). La verdad es que dice que el albergue de Oviedo estaba lleno pero yo sigo sin ver mucha gente.
La etapa de hoy es un constante sube y baja aunque el terreno suele ser casi todo asfalto o cemento, lo que facilita algo el ritmo. Se encuentran pocas sendas cerradas que son las peores porque acumulan grandes desniveles, tanto de bajada como de subida.
Hasta el puente de Gallegos todo va por buen terreno pero desde allí sale hacia abajo una senda que llega hasta el río para volver a subir eso y más por una cuesta muy empinada y dura. Desde allí el terreno es de dura subida hasta Escamplero.
A partir de Escamplero predomina la bajada con alguna que otra dura rampa hasta llegar a Grado. Allí he hecho parada técnica para almorzar y reponer fuerzas ante el tramo duro que aún quedaba.
En el bar de Grado he pedido una clara y un trozo de empanada de carne y he rellenado agua. Cuando iba a abrir la mochila he visto salir corriendo la cucaracha de esta mañana que la llevaba todo el tiempo por ahí guardada. Ha salido corriendo por el bar mientras yo disimulaba y la gente no se daba cuenta de que el bicho iba buscando escondite.
He pasado por el bar en el que comimos la vez que vinimos con las niñas y me he dispuesto para el último tramo hasta Cornellana.
Desde Grado la subida hasta San Juan es constante pero no muy dura pero a partir de ahí sí se hace muy fuerte. Para colmo el sol estaba pegando a tope y las sombras casi desaparecen. Este tramo ha sufrido modificaciones por las obras de la autovía del norte que además por aquí están abandonadas y han dejado los enormes pilares de un puente a medio terminar.
A las dos entraba por la puerta del albergue muy cansado pero entero. En la entrada un grupo de frikigrinos estaban tumbados en la hierba bebiendo sidra y fumando canutos (del tipo paz y amor).
Una ducha rápida y a comer al mesón que está en la carretera porque el recuerdo de otras veces era de haber comido muy bien allí. No ha defraudado un estupendo guiso de guisantes y un filete de ternera que no he podido terminar por lo cansado que estaba.
Al regresar al albergue los frikis seguían en la puerta y una de las chicas se ha adelantado hasta la puerta del albergue, se ha bajado el pantalón y se ha puesto a mear tranquilamente mientras yo pasaba.
Cuando he llegado estaba ya el hospitalero y he aprovechado para poner la lavadora con todo lo que tenía, salvo un culote y una camiseta que es con lo que estoy. He estado charlando porque con él mientras lavaba la ropa y luego de tenderla me he ido a descansar un poco y a escribir esta entrada. Ahora la tarde se presenta tranquila porque iré al bar que tiene wifi a publicar y buscar cosillas, también a cenar y recuperarme un poco porque creo que mañana voy a hacer un etapón: ya os contaré.
He ido al río a meter los pies en agua, un sitio precioso aunque casi me mato por lo resbaladizo de las piedras. Luego he ido hasta el bar pero pone que está cerrado por descanso el miércoles. El caso es que yo le pregunté a la chica al mediodía si se podía cenar y me dijo que no había problema y que tenían menú. ¡Cosas que pasan!
Resumen de la etapa: 36,9 km en 7h 29 min con una subida acumulada de 649 metros a una media de 5,28 km/h. Enlace de la ruta en Wikiloc.

21ª Pola de Lena-Oviedo


Es el primer día que se me hace tan tarde para escribir fruto de los excesos peregrinos en Oviedo. Un día intenso y bien aprovechado.
Ayer la tarde acabó bastante bien en el restaurante del medio día con una sidra y un combinado de filete, patatas, huevos y ensalada. Sin mayores novedades me retiré a hablar con la familia por Skipe en la planta baja del albergue y luego me fui a dormir.
La mañana ha amanecido a las 6 con algunas brumas en el horizonte. Estaba yo lavándome los dientes cuando he oído pasar como un moscardón hacia el dormitorio, no le he dado mayor importancia pero cuando he llegado a la habitación he visto que se trataba de dos abejas. Un poco acojonado he apagado las luces a ver si se iban y al volver a encenderlas he visto que cada vez había más, cuando en la sala había más de 10 he decidido coger todo corriendo y salir del albergue ante lo que parecía un enjambre que salía no sé muy bien de dónde.
Para colmo al llegar abajo a la máquina de café he descubierto que no llevaba monedas y no podía tomar nada por lo que me he conformado con el último sobao que quedaba y puesta en marcha.
Al llegar a la plaza me he encontrado con un vagabundo que estaba ayer pidiendo en la puerta de la iglesia, me ha pedido para un café con muy malas formas, le he dicho que no llevaba nada (era verdad) y me ha preguntado a qué hora abría la cafetería.
Parecía que la suerte me había cambiado porque he encontrado una pastelería abierta y he podido tomar café. Pero en seguida ha aparecido el vagabundo pidiendo un café y una bomba de chocolate. Le ha dicho a la camarera que pagaba la policía municipal y ha comenzado a contarme que ha dormido en un cajero y que todo es una mierda. Yo le he visto mala pinta al tema y me he largado rápido.
La etapa de hoy muy dura, como esperaba. La primera parte sale de Pola por una carretera secundaria sin mucho tráfico pero muy peligrosa porque no tiene arcén. Luego el camino se convierte en un carril estupendo que pasa por diferentes pueblos hasta llegar a Mieres y que transcurre paralelo al río Caudal.
En Mieres nada especial: un café y ritmo porque comienza lo duro. Nada más salir tomamos la subida al Padrún que se hace muy cómoda porque va por la carretera. El descenso es más duro porque toma algunos atajos que nos llevan hasta Olloniego. Desde aquí comienza una durísimo subida por sendero que sigue con dura bajada también por senda.
Después un par de subidas más que hacen que el final de etapa se haga muy duro. Para cómo me he perdido llegando a Oviedo y he tenido que tomar el google maps.
He llegado sobre la una y me he ido a información y turismo para buscar hotel. Estoy en el Hotel Covadonga en una habitación por 38 euros.
Para comer me he ido directamente a la calle Gascona a elegir sidrería. Me he decantado por un menú especial de 16 euros con arroz y bogavante y merluza en salsa. La verdad es que el bogavante tuvo una mala vida anterior pero, ¡por 16 euros!
Luego he hecho la visita a la catedral con audioguía por la módica cantidad de 3 euros por se peregrino con credencial (ya he pedido que me la sellaran).
He regresado al hotel a llevar una botella de agua y meterla en la nevera y para coger el polar, que por la noche refresca.
Como veía que la cosa se podía,complicar para cenar en la plaza del Fontán, a eso de las 8 me he ido hacia allí a hacer tiempo. Me he pedido una botella de sidra y me he entretenido con el whatsapp y con la gente del lugar. Hacía todavía algo de sol pero poco después la tarde se ha quedado perfecta. Una segunda botella de sidra a acompañando a una sopa de pixín y una centolla. Nada excepcional a un precio aceptable de 20 euros.
Sin mayores complicaciones me he marchado al hotel a escribir y completar mis labores cotidianas peregrinas mientras en la habitación de la lado tenía a toda pastilla la tele con algún programa de llorar y reencuentros por lo que oía. He prometido que cuando me levanté a las 6 corresponderé al follón que tienen liado.
Resumen de la etapa: 33 km en 6h 42 min con un desnivel acumulado de 520 metros a una velocidad media de 5,2 km/h. Enlace de la ruta en Wikiloc.

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