Por fin he logrado hacer la etapa de hospitales aunque por desgracia la niebla no me ha permitido disfrutar del paisaje. A pesar del frío y de la humedad he podido aprovechar una preciosa etapa en soledad y recogimiento personal.
La tarde acabó con cena peregrina, de las de verdad, con nuevos peregrinos a los que conocer y con menú abundante y rico. Todo auguraba una verdadera noche peregrina. A las 4 de la mañana el grupo de polacos que adelanté ayer llegando a Campiello se han puesto en marcha. Han montado todo el ruido del mundo, han encendido luces y han despertado a todo el dormitorio hasta acabar con mi paciencia. Cuando a las 4:45 han abierto por enésima vez la puerta de la calle dando con el foco justo delante de mis ojos y además otro había dejado la luz del baño encendida y la puerta abierta, he decidido levantarme a llamarles la atención. La gente que estaba en las camas lo han agradecido porque a esas horas ya todos estábamos despiertos en el albergue.
Una vez se han marchado ha vuelto la tranquilidad hasta las 6 que han sonado los despertadores. Yo me he levantado a las 6:30 porque el desayuno era a las 7. Desayuno peregrino común con picatostes y vaso de café con leche para bañarse.
Sin entretenerme mucho he salido para no perder más tiempo y temiendo que la etapa se pudiera complicar por el desnivel de subida acumulado y las fuertes bajadas. No ha defraudado.
Hasta Borres subidas constantes que se acentúan a partir del pueblo. Desde allí duras rampas aumentan nada más coger la intersección que separa el camino de Hospitales del que va a Pola. Desde ese cruce hasta llegar al puerto del palo 16 quilómetros de soledad, niebla y paz.
Cuando llevaba unos 10 quilómetros, sobre las 10, he adelantado a los polacos de las 4 de la mañana. Les he dicho que «mucho madrugar pero poco andar» a lo que me han contestado que cada uno hace el camino como quiere. Yo les he respondido que sí, pero sin molestar a los demás y que deberían pedir disculpas a toda la gente del albergue porque estaban muy molestos con ellos. Sin más he continuado subiendo. Han llegado a Berducedo a las 7 de la tarde.
He ido adelantando a algunos peregrinos a lo largo de todo el camino y así he llegado hasta el alto del puerto sin grandes novedades. Desde allí una dura bajada con terreno muy malo hasta Montefurado enlazada con una fuerte subida que rompe completamente el ritmo y el final ya mucho más suave.
En resumen ha sido una etapa dura aunque muy bonita. Al llegar al alto del puerto ha comenzado a abrir el día y eso me ha permitido disfrutar del paisaje que es verdaderamente espectacular. Cuando tenga buena wifi pondré las fotos.
Por cierto, no me he encontrado ningún osos, quizás no los he visto por la niebla. Así que no he podido comprobar si saben que los humanos no se comen, como dice la guía.
Poco antes de llegar he parado en un bar a tomar algo y hacer un descanso. Había varios peregrinos y uno de ellos llevaba una camiseta de Águilas así que le he preguntado de dónde eran: son de Lorca. Hemos charlado un poco sobre quiénes éramos para intentar establecer gente común pero no parece que tengamos mucha relación. Van haciendo el camino desde Oviedo y creo que son 4 ó 5.
He llegado al albergue el primero y me he instalado en una habitación pequeña que tienen con 4 camas sin literas porque el señor me ha dicho que estaría más cómodo y más sólo (a estas horas de la tarde sigo estando solo porque todos los demás se han instalado en el otro dormitorio). Me he ido a comer pero me he llevado una gran decepción porque el restaurante lo lleva otra gente y está mucho peor. No tienen casi nada y he comido unos macarrones con carne y unas croquetas «caseras».
Poco a poco han ido llegando todos: los lorquinos, un señor francés, de Marsella, una pareja de Barcelona algo peculiar y con algún camino hecho (ya iré contando) una pareja de chicos jóvenes también de Barcelona y al final tres chicas con las que cenamos ayer, italiana, austríaca y canaria.
He intentado toda la tarde comprar los billetes de tren para volver pero ha sido imposible por la mala wifi del bar y porque no hay cobertura en todo el pueblo. Al menos me he tomado algún que otro orujo de hierbas. Al final lo he dejado por imposible y he vuelto al albergue a recoger la ropa. La pareja de Barcelona había preparado café y me han ofrecido. Estaban con el señor francés y una chica también francesa. Hemos estado hablando un rato y en seguida me he puesto a escribir.
Ahora me voy a cenar al bar un plato combinado y poco más, no hay muchas posibilidades.
Resumen de la etapa: 27,7 km en 5h 46 min con un desnivel acumulado de 978 metros a una media de 4,94 km/h. Enlace a la ruta en Wikiloc