Camino Olvidado Etapa 12ª Cistierna – Boñar


La etapa de hoy ha sido una nueva oportunidad de disfrutar del camino plenamente. Una temperatura ideal para andar, un terreno muy cómodo con suaves subidas y bajadas y, encima, por caminos y carreteras secundarias muy sencillas y sin tráfico. La distancia total era de unos 25 km y para rematarlo hemos encontrado un bar (o algo parecido) para tomar un café a media etapa.

Hemos ido cambiando el paisaje desde la planicie de Palencia a un terreno de pequeños valles cerrados que se abren para dejar una visión impresionante de los Picos de Europa siempre al fondo, a nuestra derecha. Se alternan los bosques de hoja caduca con algunos pinos. Parece un terreno con mucha agua aunque en estas fechas todo está bastante seco.

La salida de Cistierna es junto al río Esla y coincide hasta el puente del Mercadillo con el camino Vadiniense; a partir de ese punto se toma una pista de tierra que nos conduce por un estrecho valle con una suave y constante subida hasta Yugueros.   Hasta La Ercina una carretera secundaria y allí nos esperaba un café en un antro-pub que incluso aparece en Google.

Después de descansar un poquito y tomar café (Joseba lo ha regado con un líquido transparente que había en la barra y que tenía como una barrita metálica con un tubo en la boca) hemos seguido hasta que el camino se aparta un momento para pasar junto a la preciosa iglesia románica de Santa Marina, cerca de Barrillos de las Arrimadas. Tour de vuelta a la iglesia de Barrillos amenazados por un perro al que los jamones se le señalaban apetitosamente (este comentario se lo he hecho a la dueña pero no parece que le haya hecho mucha gracia).

Desde allí una pista ancha y fácil en suave descenso nos lleva hasta La Losilla. Al pasar por allí un señor nos ha llamado para que le arrancáramos el coche para mirar no sé qué de los inyectores. Yo he sido muy obediente y lo he puesto medio en marcha aunque tenía serias dudas de que aquel cacharro tuviera inyectores o algo parecido. De todos modos los dos nos hemos alegrado porque al llamarnos habíamos pensado que lo que quería era que empujáramos el coche.

Y desde allí ya hasta Boñar por una pista que va junto a la vía del tren entre cultivos y acequias llenas de agua.

Tras el agradable paseo hemos llegado a Boñar a buscar nuestro alojamiento del día: Hospedaje Casa Inés. No hay mucho que elegir aquí y la verdad es que es bastante sencillo, aunque por 35 euros tiene baño y los servicios básicos y, sobre todo, está limpio.

Tras ducha y lavar ropa hemos bajado al mesón de abajo a tomar algo hasta que José ha llamado para decir que había llegado. Él ha salido más tarde y no lo hemos visto en toda la etapa porque ayer estábamos en hoteles distintos y en el suyo el desayuno era a partir de las 8.

Hemos comido en el mesón de debajo del hotel muy bien un menú de 10 euros los tres y luego nos hemos ido a descansar. La tarde la hemos pasado entre la charla por vídeo con juanmacapa’s family aprovechando la wifi abierta en la primera planta del hotel y luego venir a tomar algo a un bar del pueblo.

Al levantarme de la siesta he notado un dolor bastante fuerte en el costado derecho y he tomado la decisión de ir a urgencias porque era muy bastante intenso. Es curioso porque después de tantos años de camino es la primera vez que soy yo el que tengo que ir a un médico o un servicio de urgencias. No es que la cosa pareciera grave (el médico ha descartado rápidamente el infarto) aunque sí muy molesto, teniendo en cuenta que al día siguiente tenía que coger la mochila. Lo dicho: un dolor por una mala posición durmiendo y nada más. Me ha mandado anti-inflamatorios y le he dicho que ya estaba tomando para la rodilla, así que ahora tomo 3 pastillas en lugar de una al día y mi rodilla está agradeciendo mucho tal dosis. Por supuesto que también le he pedido un protector estomacal: ¡Que yo no soy un loco suicida!

Tras un altercado con la señora mayor que regenta el hospedaje, que se ha empeñado en cobrarme cinco euros de más, hemos decidido pasar la tarde de la forma más relajada posible (al final he pagado el precio acordado: tampoco está para para mucho más el sitio).

Después de mi visita a urgencias y el paso por la farmacia aprovechando por primera vez las recetas de Muface que llevo siempre encima, hemos ido a tomar algo a uno de los bares del pueblo y luego hemos ido a cenar al mismo restaurante del mediodía acompañados de José. La cena ha sido muy agradable entre la comida abundante y las anécdotas de unos y otros sobre nuestros caminos. 

El frío es cada vez más intenso y la previsión es de bajar de 5º, una locura en julio. Hemos comprado también algo para desayunar mañana porque queremos salir temprano ya que tenemos más de 30 km.

Resumen de la etapa: 25 km en 5 h 10 min con 194 metros acumulados de subida. Etapa en wikiloc.

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Camino Olvidado Etapa 11ª Puente Almuhey – Cistierna


Un día más mi querido compañero de camino me ha permitido levantarme a una hora, más o menos, digna: las 7 porque habíamos quedado para desayunar a las 7:30. A la hora convenida hemos aparecido al mismo tiempo que José, con quien hemos realizado toda la etapa de hoy.

Tras un sencillo desayuno nos hemos puesto de marcha a eso de las 8 con un tiempo estupendo para marchar. Frente a la pesadilla de ayer hoy la etapa ha sido una verdadera maravilla. Hoy nuestro grupo de marcha se ha visto incrementado con la agradable presencia de José.

Para empezar hay que indicar que en este tramo sí hay buenas señalizaciones, de hecho incluso hay una indicación a la salida de Otero indicando que no se siga el camino porque debe haber algún problema. Hemos agradecido enormemente una jornada en la que no ha habido pérdidas ni selvas ni ríos que atravesar.

La ruta transita todo el tiempo tomando como referencia la CV-131/14 (según las indicaciones de Google). Un desvío a la salida de Taranilla nos ha llevado por una cómoda pista hasta la laguna de San Martín y, desde allí, por campos segados en los que se pierde el camino aunque se puede seguir sin problemas por el borde. Un par de lugares con perros sueltos han sido la única nota negativa teniendo en cuenta que se trataban de mastines leoneses que parecían verdaderos monstruos. 

En San Martín se vuelve a la carretera y ya no se abandona hasta que se llega a la subida al santuario de Nuestra Señora de la Velilla. Desde ese lugar una pista ancha en constante ascensión nos hace bordear Peñacorada. Encontramos un camino precioso con hayedos, robles y pinos que hacen del camino un  paseo con el fondo continuo de los Picos de Europa al otro lado.

El descenso es pronunciado en algunos lugares aunque no excesivamente peligroso. Hemos disfrutado los tres de una preciosa etapa de camino.

Una vez hemos llegado a Cistierna nos hemos separado de José y nosotros hemos ido al Hotel El Cruce: estupenda elección con muy buena relación calidad-precio. Las habitaciones son nuevas y están muy bien equipadas, además disponemos de una terraza en la que rápidamente se ha secado toda la ropa lavada.

Después de todas las labores hemos quedado a comer en el mismo restaurante en el que comimos el año pasado: El Moderno y también hoy hemos tomado un aceptable menú por 10 euros.

Tras la comida nos hemos vuelto a descansar ya que el día hoy se presenta como recuperación y poner al día las cosas. He aprovechado para escribir y publicar todo lo atrasado y ahora nos vamos a dar una vuelta y decidir sobre la cena para mañana retomar otra etapa bastante sencilla a priori.

Mi rodilla se está comportando estupendamente y hoy casi no me ha molestado, a pesar de que no he tomado nada al salir. Sólo en las bajadas me molesta un poco pero al llegar me he puesto hielo un ratito y esta tarde la llevo fenomenal.

Laguna de San Martín

San Martín de Valdetuerta

Santuario de Nuestra Señora de la Velilla

A los pies de Peñacorada


Resumen de la etapa: 22,2 km en 4 h 49 minutos con 399 metros de subida acumulada. Etapa en wikiloc.

11ª Gradefes – Mansilla de las Mulas


Estuvimos un buen rato en la terraza del bar del pueblo mientras yo escribía la entrada. Luego vimos algunas cosas de infraestructura para la etapa de hoy como el hotel en Ponferrada, los horarios de bus desde Mansilla a León y el tren desde León a Ponferrada. Según internet teníamos un bus en Mansilla a las 12 y un tren a Ponferrada a las 14:30.

Mientras nos decidíamos por el Hotel Castillo en Ponferrada, gracias a una nueva oferta de Booking, los mosquitos comenzaron a dar cuenta de nosotros, sobre todo de mí. Dado que el huevo no vale un idem decidimos irnos al albergue a disfrutar de nuestra cena peregrina.
Una botella de vino blanco, unos berberechos, una ensalada de tomate y pepino acompañados de un revuelto de gulas y setas fue nuestra maravillosa cena peregrina acompañada de una verdadera charla de las que solemos tirarnos de vez en cuando mi compa y yo sobre el sentido de la vida (sexo contrario-enemigo), algo de fútbol y también algo de política.
Poco después Joseba estaba durmiendo a pierna suelta (literal) mientras yo seguía los comentarios de los compas con el resultado del congreso y mantenía una metafísica charla por whatsapp con Mar (incluidos fundidos en negro).
La planificación de la etapa para hoy consistía en que teníamos 24 km que recorrer para llegar a Mansilla antes de las 11 y algo y así poder coger el bus sin problemas. Joseba sigue con su manía de ganar todas las etapas y su ritmo me deja atrás todo el rato. Yo voy quedándome entre paradas técnicas por cuestiones fisiológicas, fotos, revisión de mochila o simple contemplación del paisaje. Para colmo hoy también me ha retrasado un rato alguna que otra llamada de teléfono.
La etapa era toda en suave descenso, llana casi sin apenas modificaciones. Muchos tramos por pistas y alguna carretera secundaria hoy sin coches dado que era muy temprano y, además, domingo.
Atravesamos por varios pueblos sin ningún servicio y eso ha hecho que hagamos todos los km de golpe sin paradas. Seguimos siempre las acequias que distribuyen el agua de riego entre plantaciones de chopos y maíz.
A la salida del último pueblo antes de llegar a Mansilla yo iba hablando por teléfono y la distancia que me llevaba Joseba era tal que ya no lo veía por ninguna parte. En ese momento he visto que el camino daba un vueltazo enorme pero que había una pista que en pocos metros acortaba toda esa vuelta. Me he ido por ahí adelantando a Joseba que, como no se había dado cuenta, se había ido por el camino largo. He tenido que esperarlo un buen rato porque había ganado un montón de metros.
Sin ninguna otra novedad hemos llegado a Mansilla y hemos parado a tomar algo en El Puente (donde hemos dormido alguna vez nosotros). Allí hemos descubierto que los domingos no hay ningún bus a León hasta las 6 de la tarde. La única opción para ir a coger el tren es un taxi. Al llamar el señor del bar hemos descubierto que los taxistas del pueblo están de vacaciones y el único que está disponible tardará más de una hora en regresar.
La situación se complicaba al no tener opciones de ir a León. Para colmo el señor del bar se ha marchado sin confirmarnos si el taxi vendría a llevarnos. Hemos llamado a radio-taxi de León pero nos cobraban 35 euros por el viaje. En esas estábamos cuando ha llamado el taxista de Mansilla a decirnos que en media hora llegaba y nos llevaba, por 20 euros que es la tarifa oficial en Mansilla.
Así ha sido y poco antes de la 1 estábamos en la estación de tren para coger un intercity a las 13:30 a Ponferrada.
Cerveza para hacer tiempo y ruta sin novedad para llegar a Ponferrada a las 3 y poco. Nos hemos ido a comer directamente mientras el calor nos derretía literalmente. Luego nos hemos ido al hotel para ducharnos, lavar la ropa y descansar un rato. Como no hemos conseguido saber cómo se pone la ducha hemos acabado bañándonos en la bañera, un extra de relax en nuestra noche de peregrinos vip.
Después de un buen rato de descanso hemos comenzado a preparar las etapas próximas porque el tema está bastante complicado. Para colmo, mi compañero ha decidido que tenemos que llegar pronto a Santiago, no vaya a ser que se nos escape el santo o quizás siguiendo el rastro de quién sabe que deseos inconfesables que le esperan en Mundaka. El caso es que su propuesta es que hagamos etapas de más de 35 km, a lo que yo me he opuesto ante la imposibilidad de poder hacer tantos quilómetros entre raciones de pulpo, caldo gallego, pimientos de padrón y vinos del terreno (pasamos a recorrer la Ribeira Sacra). Lo hemos dejado un poco todo en el aire a la espera de ver cómo es el terreno, los desniveles y, sobre todo, el calor. Eso sí, hemos programado para mañana hotel en Médulas: parece que tenemos una suite especial a un precio razonable en Booking, aunque no barato. La idea es salir mañana muy temprano para llegar pronto ya que queremos hacer la ruta de las Médulas que son más de cinco km.
Luego hemos salido a tomar algo mientras veíamos pasar peregrinos y paisanos confundidos entre el ruido y el calor. Nuestra cena ha sido en una pizzería de la plaza del ayuntamiento en la que nos han calzado dos orujos de hierbas por 5 euros y que pensábamos que eran ofrecimiento de la casa tal y como nos había dicho el camarero.
Después hemos ido a hacer algunas fotos al castillo y hemos regresado al hotel para que yo charlara un rato con la familia ofreciendo un bate de beísbol a Isa para resolver sus problemas con la asignatura esa de la que parece que debemos tomar alguna medida radical.

Cena peregrina en el Albergue

Cena peregrina en el Albergue

Adornos del camino

Adornos del camino

Camino

Camino

Llegada a Mansilla

Llegada a Mansilla

Muralla de Mansilla

Muralla de Mansilla

Tren a Ponferrada

Tren a Ponferrada

Casttillo

Casttillo

Ponferrada

Ponferrada

Castillo

Castillo

 

10ª Cistierna – Gradefes


La tarde en Cistierna fue de un calor insoportable. Todo el mundo comentaba que allí eso no pasaba nunca, que por la noche refrescaba: hay que tocarse los c…. que pasemos nosotros por aquí y que sea el día más caluroso del milenio.
De cualquier modo a medida que fue avanzando la noche sí es cierto que fue refrescando hasta hacer que no sobrara una camisetilla larga, otra cosa era el calor que hacía dentro del albergue.
Esta mañana hemos amanecido a las 6:30 y un día más no hemos tenido que esperar a que sonara el despertador porque poco antes ya estábamos los dos despiertos.
Sobre las 7 nos hemos puesto en marcha porque hoy teníamos como objetivo llegar prontito a Gradefes con el fin de tener tiempo de organizar nuestro proyectos turísticos. Sabíamos que el monasterio de Gradefes es una maravilla y que además a 9 quilómetros se encuentra San Miguel de Escalada.
Nuestra idea era llegar sobre las 11 a Gradefes, ya que teníamos unos 25 km fáciles y una vez allí intentar engañar a alguien para que nos llevara, conseguir aunque fuera una bicicleta o algo así con la que hacer la distancia hasta San Miguel.
La etapa de hoy es muy cómoda en constante descenso muy suave, casi llano todo el tiempo. Además la mayor parte de los tramos son por tierra y algunos por carreteras secundarias, siempre paralelo a la carretera y al Esla, con sus canales de riego que se distribuyen por todas partes.
Hemos llegado a la hora prevista y entrando nos hemos encontrado que la persona que lleva la oficina de Turismo. Salía en ese momento para una visita en el monasterio de aquí. Nos ha dicho que acaba de incorporarse a la oficina y que no sabe muy bien nada del tema de llaves de albergue y eso, pero que podíamos dejar las mochilas en la oficina, visitar el monasterio con ella y después veíamos lo del albergue. Le hemos preguntado lo de transportarnos a San Miguel pero eso nos ha dicho que era algo más complicado ya que estamos en «La España profunda».
Hemos podido disfrutar de la visita guiada con charla incluida con alguna de las monjas del convento que parecían con bastantes ganas de comunicar. Al terminar la visita nos ha dicho que fuéramos a tomar algo y que a las 12:30 nos veíamos en la oficina de turismo para arreglar lo del albergue.
Hemos ido al bar de enfrente y allí he vuelto a soltar el sedal sobre nuestro proyecto de visita de San Miguel aunque con resultado negativo. Nos han dicho, eso sí, que el señor del super hace de taxista y que quizás nos lleve, pero no estaba claro porque son fiestas por estos lugares y no hay mucha disponibilidad para un sábado de julio. Me he acercado al súper a preguntar pero había mucha gente y no he podido hablar con la señora.
La situación en ese momento era: no teníamos llave del albergue, el albergue está fuera del pueblo como medio quilómetro, para comer tenemos que ir al otro lado del río otro quilómetro (en dirección contraria al albergue) y no está nada claro lo de poder encontrar transporte para ir a San Miguel.
Los que leen mi blog saben que cuando peor están las cosas de repente un giro del destino hace cambiarlo todo: así ha ocurrido. A las 12:30 hemos vuelto a la oficina de Turismo y nos han confirmado que de llave nada y de transporte tampoco. Yo he ido nuevamente al supermercado a ver si hablaba con el taxista y he visto que tenía en la puerta dos números de teléfono para contactar con la gente que lleva el albergue, ninguno de los dos ha contestado.
Finalmente el señor ha aparecido y me ha dicho que no había problemas y que nos llevaba a San Millán y luego nos volvía a trae por la módica cantidad de 10 euros. Así las cosas he vuelto a la oficina de turismo para recoger a Joseba y quedar con la encargada para las 2, a ver si ya tenía las llaves.
Tras un rápido viaje en coche hemos llegado a San Millán y hemos podido disfrutar de una visita increíble. De regreso el taxista nos ha ido contando alguna cosilla que explica lo de las llaves: ha habido cambio de gobierno municipal y todo parece indicar que hay «cosillas» pendientes y algo de falta de comunicación en el proceso de transición. Llegando al pueblo nos ha preguntado que dónde íbamos a comer y al decirle que al otro lado del río se ha ofrecido a llevarnos a un restaurante que está «un poco más allá» y que se come mejor. El concepto un poco lejos es algo muy relativo, sobre todo si lo dice alguien que va montado en un coche con aire acondicionado.
Hemos parado un momento en la oficina de turismo y nos han dicho que todo estaría solucionado a las 4 de la tarde, después de comer.
En el coche nos ha llevado sin cobrarnos suplemento hasta el restaurante que se encuentra en el pueblo de al lado. Se trata de un bar de comidas de los de España profunda, de verdad. Ya en el trayecto Joseba me ha mirado como diciendo: «esto es mucho más de un quilómetro y después de pegarnos una buena tripada cualquiera se pega una caminata a pleno sol a las 3 de la tarde».
La comida ha sido un espectáculo de verdad: 5 ó 6 primeros e innumerables segundos deleitan el paladar más exigente entre paisanos y lugareños.
Tras una comida en la que Joseba ha olvidado definitivamente sus problemas con el estómago de los últimos días (guiso de bacalao y carrillera regado con vino, helado y café) nos hemos dispuesto a atravesar los 2,6 km que hay entre el restaurante y la oficina de turismo de Gradefes. Por un camino que deja de existir y sin una puñetera sombra hemos llegado al borde de la deshidratación para esperar aún una media hora a que llegara la encargada de la oficina.
A las 4 en punto ha aparecido y nos ha dicho que venía la persona que lleva eso. Una simpática mujer nos ha atendido y nos ha acompañado los más de 600 metros que hay hasta el albergue. Mientras tanto hemos ido sabiendo que tenemos cocina, lavadora y todo tipo de lujos peregrinos.
El albergue está muy bien cuidado y limpio. Es todo bastante nuevo y muy cómodo. Hemos aprovechado para lavar toda la ropa en lavadora con la idea de que todo estaría seco pronto.
Mientras se lavaba la ropa Joseba ha planchado un rato la oreja cociendo su comilona mientras yo empezaba a recibir noticias del resultado de nuestra votación: ¡Hemos ganado!
Luego hemos tendido y nos hemos vuelto al pueblo a comprar en el súper porque vamos a cenar en el albergue: botellita de vino, cervezas, picoteo y un revueltito de setas y gulas acompañado de una ensalada. En el albergue hay de todo para cocinar y también hemos comprado para desayunar mañana.
Hemos vuelto al pueblo al bar de esta mañana a seguir hidratando nuestros cuerpos mientras escribo la entrada y leo todos los whatsapp de felicitación de nuestros Unidos. Ahora a esperar que refresque un poquito y preparar la etapa de mañana que nos llevará hasta Mansilla para coger un bus hasta León y desde allí un tren hasta Ponferrada, inicio de nuestra segunda parte de camino. Vamos a buscar en Booking un hotel en Ponferrada antes de que la recuperación de líquidos nos impida tomar decisiones de las que mañana nos podamos arrepentir.
Resumen de la etapa:  23,2 en 4h 14 min a 5,46 km/h y desnivel de bajada de 109 metros. Más casi 3 desde el restaurante y tres viajes de ida y vuelta al albergue.

Salida de Cistierna

Salida de Cistierna

Río Esla

Río Esla

Canal de riego en el camino

Canal de riego en el camino

Monasterio de Santa María la Real de Gradefes

Monasterio de Santa María la Real de Gradefes

San Miguel de Escalada

San Miguel de Escalada

Interior de San Miguel

Interior de San Miguel

 

San Miguel de Escalada

San Miguel de Escalada

Vista del monasterio

Vista del monasterio

Vista exterior

Vista exterior

Aceiteras tipo "Bar de comidas"

Aceiteras tipo «Bar de comidas»

 

 

9ª Horcadas- Cistierna


Camino

Camino

Un paseo por el pueblo nos llevó hasta la iglesia y poco más. Horcadas es un pueblo muy agradable, limpio y con las casa muy bien arregladas. A pesar de la altura ayer hizo un calor infernal todo el día, algo no habitual allí.
Tras nuestro breve paseo nos fuimos al bar a tomar unos vinos y cenar. Coincidimos con algunos vecinos y tras varias rondas comenzaron a fluir nuestras viejas historias de caminantes.
Poco a poco se fueron retirando todos y nos quedamos a cenar Joseba y yo en una mesa y el matrimonio del bar con su nieta en la otra. Una cena sencilla fue complementada en mi caso con una ración de sopa de marisco oferta de la señora del bar.
Esta mañana hemos amanecido a las 6:30 para ponernos en marcha. Joseba ya desde el primer momento ha dado muestras de que hoy no iba a ser su día: dolor de cuello, de cabeza, de pierna y alguna cosa más. Espesito desde el inicio y hasta el final de etapa. Para colmo ha decidido que hoy iba a ganar la carrera y desde los primeros pasos se ha lanzado a una media similar a la de Fernando Alonso en sus últimas carreras de F1.
Etapa sencilla aunque larga y marcada por el calor. La primera parte desciende junto al pantano de Riaño hasta llegar a la presa. Para llegar hay que atravesar un enorme túnel que da muy mal rollo. Las vistas desde la presa son increíbles.
Desde allí nos desviamos por una carretera secundaria hasta alcanzar la calzada romana del Esla, la estrella de esta etapa.
El camino va todo el tiempo paralelo al río. Hoy el caudal era impresionante porque, según nos han contado, habían abierto compuertas para bajar agua de riego. El espectáculo era impresionante con un río que llevaba agua hasta el límite de desbordarse.
En Crémenes hemos salido del camino para cruzar el río y llegar a algún bar a tomar café. Tras algunas vueltas y varios juramentos en arameo hemos encontrado una casa rural que nos ha ofrecido un café y me ha permitido comprar una botella de agua para mi bolsa de la mochila.
Entre senderos junto al río, a veces demasiado cerca del agua, los juramentos de Joseba quejándose de la etapa y el calor abrasador hemos ido haciendo quilómetros casi sin interrupción.
Poco antes de llegar a Cistierna se pasa por unas ruinas de una antigua explotación minera de hierro y carbón. Aún se ven las montañas de carbón ennegreciendo el paisaje e incluso se dibuja el raíl de algún tren de vía estrecha.
Cistierna es un pueblo grande y con todos los servicios. El albergue se encuentra al otro extremo del pueblo cuando las fuerza ya comienzan a decir basta. Además al llegar la impresión que nos hemos llevado nos ha hecho pensar lo peor: una casa vieja y descuidada que parece abandonada desde años, sucia y descuidada. He llamado a un teléfono que había en la puerta y me han dicho que tenía que ir al Ayuntamiento a coger la llave.
Después de un buen rato esperando ha aparecido un señor que me ha acompañado al albergue, donde esperaba Joseba.
La realidad ha sido bien diferente porque el albergue está bastante aceptable,
es viejo pero está cuidado por la gente de la asociación y tiene todos los servicios mínimos. Tenemos una habitación doble sencilla pero cómodo por 5 euros por cabeza.
Una vez completadas nuestras tareas peregrinas de ducha y lavado de ropa nos hemos ido a comer al Restaurante «Moderno» donde hemos dado cuenta de un menú muy digno por 10 euros.
Luego hemos ido a un bar de la plaza del ayuntamiento a tomar algo y ver el Tour. El señor del bar nos ha quitado el volumen de la tele porque venían los paisanos a jugar la partida aunque Joseba, en un ataque de dignidad, se ha lanzado hacia la barra a exigir volumen para nuestro recorrido ciclista. El resultado es que nos hemos quedado a ver la tele mientras los de la mesa de atrás voceaban jugando al subastado. Al menos la consumición nos ha salido casi gratis porque la camarera se ha equivocado y nos ha cobrado varios chupitos de menos.
Tras el Tour hemos ido a dormir un ratito la siesta mientras el calor comenzaba a disminuir. A media tarde hemos ido al super a comprar algo para el desayuno porque mañana no vamos a encontrar nada hasta el final de etapa.
Cistierna es cruce de caminos entre el camino Vadiniense y el camino Olvidado que pensamos hacer el año próximo así que esperamos regresar en unos meses por aquí.
Ahora vamos a tomar unas cervezas y algunas tapas para ir a dormir temprano a ver si a Joseba se le cambia el día para mañana y, sobre todo, si podemos evitar el calor insoportable que tememos que mañana nos acompañe toda la etapa.

Ermita de Horcadas

Ermita de Horcadas

Albergue "Los Toriles"

Albergue «Los Toriles»

Vista del pantano de Riaño

Vista del pantano de Riaño

Río Esla

Río Esla

Ermita en el camino

Ermita en el camino

Río Esla

Río Esla

Vistas del Río

Vistas del Río

Calzada romana del Esla

Calzada romana del Esla

Detalle de la calzada

Detalle de la calzada

Llegando a Cistierna

Llegando a Cistierna

 

Río Esla

Río Esla

 

8ª Portilla de la Reina – Horcadas


Después de un breve paseo por el pueblo que nos llevó hasta el mirador que hay subiendo por la otra parte de la carretera, nos fuimos hacia el albergue a hacer tiempo y cenar algo. Al llegar estaba una familia que esta tarde estaba charlando con Alejandro (el del albergue) y que veranean aquí en la casa de enfrente (o algo así).

En el pueblo quedaba la chiquillería jugando y gritando por la plaza al modo al que jugábamos nosotros de pequeños en las plazas de nuestros pueblos.
La tarde fue refrescando hasta hacerse imprescindible un forrito polar, incluso para mi fornido compañero vasco.
Alejandro nos tenía preparada una crema de verduras y unas salchichas con patatas pero Joseba decidió cambiar a última hora el menú e hizo que Alejandro tuviera que prepararle una pasta al pesto. Una agradable cena que se retrasó algo por la petición de mi compañero de mesa y que tuvimos que entretener con algún que otro vasito de vino blanco: Verdejo fresco al que parece que este camino vadiniense está abonado.
El retraso nos permitió ir buscando en internet el teléfono del albergue del Toril en Horcadas porque nuestro objetivo era llegar hoy hasta allí como final de etapa. La opción de parar en Riaño no nos apetecía mucho porque son 20 km y nos parecen pocos, teniendo en cuenta, además, que la etapa siguiente se nos quedaría casi en 40. De este modo nos quedan dos etapas de unos 30 km. Para poder hacer eso teníamos que garantizarnos que nos atenderían en el albergue de Horcadas al menos para alojamiento y comida. Después de muchas vueltas de falta de conexión de la wifi y varios intentos de llamada fallidos de Alejandro por teléfono (nosotros no tenemos cobertura porque en el pueblo sólo hay Movistar) conseguimos asegurar estancia en Horcadas.
El albergue de Portilla está bastante bien en su relación calidad-precio. Lo lleva Alejandro y está más enfocado al tema de montaña e invierno que al tema peregrino. Aviso a peregrinos que no es el típico albergue del camino ni los servicios son los mismos. Es bueno saber que se ofrecen mejores servicios y el precio es algo más elevado. De todos modos merece la pena.
Tras una plácida noche hemos levantado nuestros cuerpos de las cómodas camas a las 6:20 porque los dos estábamos ya despiertos. Abajo nos esperaba un termo con café y unas magdalenas con las que iniciar ruta.
El camino hoy transita casi todo el tiempo por carretera. Es una etapa muy cómoda en constante descenso y bastante fresquita dada la altura a la que estamos todavía. Se hace muy cómoda por lo fácil del terreno y porque siempre vas en suave descenso casi hasta el final.
El camino recorre el estrecho valle por el que se sale de Portilla y va junto al río. Es cierto que no hay muchas alternativas de camino en ese trozo pero se abusa de asfalto y sería aconsejable que se buscaran alternativas en los lugares en los que fuera posible.
Desde Portilla hasta Barniedo todo carretera sin nada que mencionar. No hay flechas pero tampoco es que hagan mucha falta. Luego hasta Boca de Huérgano se va por una pista de tierra que los pies agradecen infinitamente. En Boca nos esperaba un café mientras Joseba recordaba sus tiempos en los que venía aquí a visitar a su cuñado y su familia.
En el bar hemos encontrado un señor desayunando con el que hemos estado charlando un buen rato y al que luego hemos vuelto a encontrar en Horcadas al mediodía.
Tras el reparador café hemos seguido hasta Riaño todo el rato por carretera. Un infierno por un estrecho arcén y constantes coches y camiones pasando junto a nosotros. Si no fuera porque a la izquierda vas viendo el pantano y sus maravillosos montes reflejados en las aguas, el camino sería una auténtica pesadilla.
En Riaño hemos tomado una cerveza y una tapa de tortilla tamaño familiar en un restaurante del centro del pueblo. Luego hemos seguido ruta también por carretera que incluye el paso por un túnel que da muy mal rollo.
Pasado Carande el camino sale a una pista de tierra por la que entramos hasta la misma Horcadas. Nos hemos dirigido directamente al albergue y de allí al bar a recoger las llaves y organizar la jornada gastronómica. Una señora muy atenta y amable nos ha realizado todas las indicaciones y nos ha vuelto a llevar al albergue tras citarnos para comer sobre las 2.
Cuando iba a ducharme he visto que me había llegado un correo del cpr para el curso de bibliotecas y tras un buen rato de charla ya hemos organizado todo para el inicio del curso.
Hemos vuelto al bar para comer y el ambiente se había animado mucho. La gente es muy agradable y hemos estado un buen rato haciendo bromas mientras nos preparábamos la comida. Se trata de un matrimonio y aparece de vez en cuando la nieta a echar una mano y liar un poco todo (típico de unos abuelos que disfrutan del verano de su nieta adolescente o menos).
La señora nos había preparado un estupendo arroz mixto: almejas, pavo y chorizo. A pesar de lo temeroso de la combinación el resultado ha sido estupendo. Yo he declinado un segundo plato y me he decidido por repetir arroz hasta llenarme completamente. Joseba parece muy mejorado de su problema gástrico y ha dado cuenta de un buen plato de arroz y un par de chuletas de sajonia junto a un plato de ensalada y una botella de vino (no digo nada, Tere).
Después de la comida hemos ido a echar un ratito de siesta y luego he intentado ver el Tour y jugar a los Simpson pero dado que la tele no iba y que la red tampoco nos hemos bajado al bar a aprovechar la wifi.
Estaba cerrado pero al poco ha abierto la señora y ahora aquí estamos casi en familia: la señora, el señor, la nieta, la amiga de la nieta, Joseba y un humilde servidor cuando la tarde comienza a refrescar y esperamos pasar un buen rato entre conversación, repaso de las etapas y algún que otro golpecito haciendo tiempo hasta la hora de la cena. Imagino que daremos una vuelta al pueblo cuando el calor deje de pegar fuerte y poco más.

Resumen de la etapa: 28,3 km en casi 5 horas y con un desnivel de descenso de 209 metros. Enlace a Wikiloc

Vista de Portilla desde el mirador

Vista de Portilla desde el mirador

Salida de Portilla de la Reina por el valle

Salida de Portilla de la Reina por el valle

Vista del río Yuso

Vista del río Yuso

Río Yuso

Río Yuso

Ermita

Ermita

Cascada a la salida de Barniedo

Cascada a la salida de Barniedo

Puente en Boca de Huérgano

Puente en Boca de Huérgano

Ermita de San Tirso

Ermita de San Tirso

Vistas del pantano de Riaño

Vistas del pantano de Riaño

Vistas del pantano

Vistas del pantano

Túnel a la salida de Riaño

Túnel a la salida de Riaño

7ª Fuente Dé – Portilla de la Reina


Sin nada más que hacer tras la cena nos fuimos al parador a organizar algo del desayuno del día siguiente y de la etapa. Había comenzado a cerrarse la tarde y las nubes habían bajado ya casi a la altura de nosotros, lo que presagiaba una mañana lluviosa y era confirmado por eltiempo.es

El el parador nos ofrecieron a primera hora de la mañana un café y cualquier bollo para salir así que nos fuimos a la habitación tranquilos por resolver el tema del desayuno ya que no hay nada en toda la etapa.
Una noche plácida sin sobresaltos de Joseba en visita a su amigo Don Blanco disfrutando de los lujos peregrinos del parador nos ha llevado a las 6:30 a despertarnos con la dura realidad de una etapa entre lluvias bajo los chubasqueros.
Según lo previsto hemos tomado café y un sobao y nos hemos puesto los goretex superior e inferior para hacer frente al agua que envolvía todo el ambiente y que no nos ha abandonado hasta que hemos cruzado al otro lado del puerto.
A las 7:30 hemos salido bien cubiertos para el agua desde el Parador para adentrarnos en una preciosa etapa de la que no hemos podido disfrutar en toda su plenitud dadas las condiciones del tiempo.
El camino se inicia justo al final de la carretera y todo el tiempo asciende por una pista de tierra muy cómoda de llevar. El ascenso se produce de modo progresivo con un desnivel medio de un 10% aproximado que se mantiene bastante regular. No hay grandes rampas aunque el ascenso es constante casi sin descansos. Son más de 700 metros de desnivel en poco más de 7 km hoy con mucha agua y niebla densa.
Joseba ha marchado muy recuperado de su estómago y yo también voy mejor de mi dolor en el pie así que hemos disfrutado de una etapa sin complicaciones ya que si bien la primera parte es más dura, la segunda es un suave descenso hasta Portilla con un desnivel muy suave. Primero por una buena pista y luego por carretera.
Las indicaciones no son muy buenas y nosotros no hemos tenido problemas por llevar el track en el móvil, pero aconsejamos a los que hagan esta ruta que lleven carga de teléfono y tengan un buen manejo de gps o wikiloc.
A medida que la mañana avanzaba y nosotros nos adentrábamos en León el tiempo ha ido cambiando y se ha despejado el cielo así que hemos podido disfrutar de una bajada muy agradable.
Al llegar arriba en Valcavao nos hemos cambiado de ropa porque íbamos muy mojados y nos hemos abrigado porque hacía bastante fresco.
Casi sin indicaciones pero sin grandes dificultades hemos llegado a Portilla, un bonito pueblo que es la entrada en nuestro nuevo camino castellano.
El albergue está destinado fundamentalmente a alta montaña y esquí pero en verano acoge a peregrinos, está muy bien con habitaciones y media pensión a precio razonable (35 euros).
En el pueblo no hay casi nada, no tenemos cobertura y la wifi va fatal, de hecho he tenido que venirme a la plaza a escribir y publicar entre los juegos de los cuatro niños del pueblo que no paran de meter follón. He podido incluso hablar con skype con la familia porque en este rincón de la plaza la wifi funciona bien.
He lavado toda la ropa aprovechando que ha hecho buen día y se ha secado todo, luego un par de vinos, otros dos, comida de menú, un par de orujos y visita al pueblo (10 minutos) para venir a escribir mientras la tarde comienza a refrescar más de lo aceptable para este cuerpo sureño acostumbrado a una temperatura ambiente por encima de 35º
Ahora iremos a cenar y preparar la etapa de mañana que se presenta complicada porque hay dos opciones en función de si encontramos sitio para dormir (y Joseba para tener baño cerca).
Seguimos disfrutando de un camino precioso cruzando los Picos de Europa.

Parador de Fuente Dé

Parador de Fuente Dé

Subiendo entre niebla

Subiendo entre niebla

Prados y vacas entre brumas

Prados y vacas entre brumas

Alto de Valcavao

Alto de Valcavao

Comienza la bajada

Comienza la bajada

Refugio para pastores

Refugio para pastores

Preparados para el mal tiempo

Preparados para el mal tiempo

Arco Iris entre el sol y la niebla

Arco Iris entre el sol y la niebla

Descendiendo de las nubes

Descendiendo de las nubes

Portilla de la Reina

Portilla de la Reina

Escritorio improvisado en la plaza del pueblo

Escritorio improvisado en la plaza del pueblo

5ª Cicera – Potes


Como había perdido a mi compañero de fatigas, sumergido en sus propios sueños entre retortijones de tripa, me fui al bar de Cicera a tomar algo y cenar.

En la mesa de al lado el grupo de peregrinos con el que hemos coincidido desde la Casona estaba jugando a las cartas a un nivel de ruido más allá de lo que supone educación en un recinto público. Para colmo no saludan siquiera, van a su bola y funcionan como clan. Ni cinco minutos más.
A media tarde apareció por el albergue un peregrino nuevo: se trata de David, de Álava. Después de presentarnos y charlar un poco de las generalidades del camino y tras la confianza que da el charlar sin camiseta y la perspectiva de dormir tan cerca nos fuimos a cenar juntos ante el abandono de mi compañero (centrado en ese momento en sus tripas).
La cena fue agradable y sencilla ante un plato de patatas con huevos mientras los vecinos pseudoperegrinos daban cuenta de chuletones a diestro y siniestro entre comentarios de pijigrinos versión chuligrinos.
De allí directos a la cama tras organizar un desayuno peregrino gracias a la amabilidad del camarero de Cicero, Luis que nos ofreció leche y magdalenas.
La idea de esta mañana era hacer camino en función del estómago de Joseba. Hemos salido más tarde, sobre las 7:30 tras desayunar yo y despedirnos de David.
La etapa sale a mala leche desde el principio con una cuesta que machaca sin piedad entre rocas, humedades y bosques sin fin. La mañana estaba maravillosa y eso nos ha permitido disfrutar de una de las mejores jornadas del camino ya entrando en Picos de Europa.
Unas durísimas rampas por sendas complicadas entre hayas y castaños nos lleva al otro valle con una bajada tremenda entre robles y, esta vez al menos, por un camino aceptable.
El final de la bajada la marca Lebeña y su maravillosa iglesia en la que Joseba ha decidido que no podía seguir más dada la fatiga que acumula tras dos días de visitas al Sr. Roca y sin comer nada.
Nos hemos despedido en la parada de autobús y yo me he lanzado a la carretera hasta el desvío que lleva en fuerte subida hasta Allende. Luego una cuesta mortal de subida que remata lo que ya has subido en la primera parte y que te lleva con un descansillo hasta Cedeña.
A esas horas el calor ya pegaba fuerte y aún me quedaba otra subida dura para acabar bajando al valle del Deva y desde allí hasta Potes. Para colmo en Cedeña el camino te desvía por una senda estúpida que te hace bajar hasta un riachuelo para volver a subir al mismo nivel que el pueblo. La alternativa sería una carretera secundaria que te lleva sin desnivel al mismo sitio con algunos metros más.
Bajada hasta Tame en la que me he encontrado a los pijigrinos tomando algo en un bar. Casi sin molestarse en saludarme he dado cuenta de una clara para terminar la etapa con los últimos 4 km hasta Potes.
Al llegar me esperaba Joseba tras ir al médico y cambiarle la medicación para ver si consigue cortar la diarrea. Hemos comido en la Sidrería La Majada según nos aconsejó Luis: muy bien el menú a un precio muy razonable. Estupendo el cocido lebaniego que me he ventilado mientras mi compañero intentaba comer media tortilla francesa y un platito de sopa.
Después pequeña siesta de Joseba con alguna nueva visita al baño mientras un grupo de jóvenes tipo «nos cogemos de las manos y cantamos la gloria del salvador» tocaba la guitarra al son de melodías trasnochadas reconvertidas en alabanza al altísimo y demás. Yo me he puesto a ver Juego de tronos aunque gracias a Cristian es una versión en inglés con subtítulos (modo ironía).
Ha llegado David, el peregrino de ayer, y hemos quedado en vernos luego.
Yo he subido a Santo Toribio a sellar la credencial pero al llegar no había nadie en la tienda y he acabado llamando al monasterio hasta que ha salido un monje que amablemente me ha sellado y además me ha contado que el gobierno de Cantabria pasa un quilo de todo esto del camino y parece todo muy abandonado.
Nos ha llegado una de las chicas de la oficina de turismo para pedirnos permiso para hacernos una foto porque resulta que somos los primeros peregrinos que llegan a completar el lebaniego después de haber sido declarado patrimonio no se qué de la Unesco: a ver si vamos a salir en los periódicos y todo, estaremos atentos.
Después de 3 km de subida y otros tantos de bajada con un desnivel de 220 metros he regresado al albergue para irnos al bar a recuperar líquidos. Llevo más de 4 litros en total. Después hemos ido a dar un paseo y nos hemos encontrado otra vez con David a quien definitivamente hemos integrado en el equipo. A ver si llega a nivel de alcohol comida y zumbamiento peregrino similar al que estos dos viejos caminantes mantenemos. Ahora nos espera velada peregrina entre las ausencias cada vez más espaciadas de Joseba (progresa adecuadamente) vinitos y un menú acorde a nuestra estancia en Potes y nuestro final de camino Lebaniego.
Resumen de la etapa: 22 km en 5h 55 minutos y 815 metros de desnivel acumulado.
Además 6 km añadidos de subida y bajada con 220 metros de desnivel.
Postdata: la pu… mierda del huevo de los mosquitos no funciona una carajo: tengo picaduras en todos lados creciendo a ritmo de samba.
Enlace a wikiloc 1ª parte.
Enlace a wikiloc 2ª parte.
Enlace a wikiloc 3ª parte.

Mirando los Picos de Europa

Mirando los Picos de Europa

Caminando entre hayas y castaños

Caminando entre hayas y castaños

Subiendo al infinito y más allá

Subiendo al infinito y más allá

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Bosques húmedos

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Vista espectacular de los Picos

Lebeña

Lebeña

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Iglesia en Pendes

Cocido lebaniego

Cocido lebaniego

Calle de Potes

Calle de Potes

Visita a Potes

Visita a Potes

Río Deva

Río Deva

4ª Cades – Cicera


Después de tres duros días de etapas de más de 30 quilómetros la tarde de ayer en la Casona supuso una recompensa a nuestros fatigados cuerpos. Dos Gin-tonics de color azul suavizaron los efectos de la copiosa comida aunque no acabaran suponiendo una solución para mi compañero de fatigas (y de cama).
Abordo el tema que todos estáis esperando con inquietud sobre qué ha pasado esta noche en esa enorme cama de matrimonio ocupada por nuestros fatigados cuerpos. La realidad ha ido mucho más allá de lo que cualquiera pudiera imaginar. Es verdad que la retaguardia de Joseba ha trabajado mucho toda la noche pero no de la forma que algunos puedan imaginar ya que lo que ha ocurrido es que ha pasado todo el tiempo entre el baño y el borde de la cama hasta que el dios Fortasec ha calmado su fuego interior.
Para mí la noche ha sido algo más tranquila después de comprobar que Chile ganaba la final de la copa América, que el capítulo 7 de Juego de tronos tampoco es demasiado cañero y que mis Simpson siguen jugando al fútbol como si nada. Apenas he escuchado removerse un par de veces a mi compañero de lecho sin darle mayor importancia hasta que esta mañana me ha contado toda su odisea nocturna.
Hemos bajado a desayunar en un estupendo buffet del hotel del que yo he dado buena cuenta mientras mi sufrido y compañero calmaba sus tripas entre visita y visita al inodoro.
A las nueve y media y tras un pequeño lío a la hora de pagar la cuenta hemos salido bajo un cielo muy nublado y amenazante.
La etapa de hoy transita casi todo el tiempo por carretera, menos un trozo al final a partir de La fuente. Desde el principio comienza por una suave subida que va acompañando al río mientras el valle se va cerrando.
Al llegar a la Fuente y admirar su iglesia románica comienza lo más duro de la ascensión del día por una pista de cemento que atraviesa la aldea de Burio. Allí hemos encontrado a dos paisanos que nos han dado un buen rato de conversación explicándonos perfectamente lo que nos quedaba de ruta a la vez que nos hablaban de su vida como camionero, su mili en Basauri y alguna historia más del lugar. Da gusta parar un rato a charlar con la gente y descubrir que aún hoy en día hay personas que transitan por este valle de lágrimas sin prisas.
La dura ascensión por la pista de cemento lleva hasta la carretera que abandonas poco después para transitar entre prados en fuerte descenso hasta Cicera.
El día ha estado lluvioso todo el tiempo y con nubes que nos mojaban tanto desde fuera como nosotros íbamos soltando sudor desde dentro. No hemos necesitado el chubasquero pero siempre lo hemos tenido a mano.
Cicera es una pequeña aldea que tiene un albergue, un bar y poco más. Hemos tenido que esperar al señor que tiene las llaves del albergue porque una peregrina del día anterior había tenido un problema y han tenido que ir a rescatarla. El albergue está bastante bien, limpio y cuidado.
En el bar del pueblo hemos hecho tiempo hasta que ha llegado el del albergue y yo me he comido un estupendo menú peregrino a un precio razonable. No he usado la primera persona del plural porque sólo yo he tomado menú. Mi compañero de viaje se ha tenido que conformar con un par de cucharadas de arroz blanco para intentar calmar sus tripas y volver rápido al albergue a dormir la siesta y descansar.
Ahora parece algo más recuperado aunque va a todas partes con su botella de litro y medio de agua a la que ha añadido el zumo de dos limones y unos azucarillos. Yo mientras doy cuenta de un gin-tonic mientras escribo y escucho jugar a las cartas al grupo de peregrinos que ayer también estaba en la Casona.
La etapa ha sido cortita y eso nos ha permitido recuperar bien teniendo en cuenta la situación física de mi compañero y lo que nos espera mañana: una auténtica etapa de montaña hasta Potes y visita a Santo Toribio, primer objetivo de nuestro viaje.
Resumen de la etapa: 16,4 km en 3h 17 min a 4,99 km/h y con 601 metros de desnivel positivo acumulado.

Enlace a wikiloc

Salida desde Puente El Arrudo

Salida desde Puente El Arrudo

Casona del Nansa

Casona del Nansa

Vistas del valle del Nansa

Vistas del valle del Nansa

Subiendo entre nubes

Subiendo entre nubes

La Fuente

La Fuente

Iglesia de Santa Juliana en La Fuente

Iglesia de Santa Juliana en La Fuente

Subiendo

Subiendo

Visiones del camino

Visiones del camino

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Llegando a Cicera