Camino Olvidado 7ª etapa: Reinosa – Aguilar de Campoo


El camino olvidado no es apto para principiantes, es importante planificar bien las etapas y llevar los tracks grabados para evitar problemas graves. La etapa de hoy ha sido un claro ejemplo de ello.
Aunque el final de etapa marcado estaba en Olea nosotros habíamos decidido quedarnos antes en Reinosa tanto por las posibilidades de alojamiento y estancia como por racionalizar un poco las distancias. El resultado fue que la etapa de ayer se convirtió en un agradable paseo hasta la visita a los restos arqueológicos de Iulióbriga y una estancia estupenda en el Hotel San Roque de Reinosa.

La parte negativa consistía en que la etapa de hoy nos quedaba con 35 quilómetros y además las previsiones de tiempo eran de mucho calor. No llevábamos el track desde Reinosa a Olea porque a Joseba se le ha fastidiado el móvil y va un poco a su bola (el móvil, digo).

El camino a la salida de Reinosa está muy bien indicado y es fácil de seguir hasta Cervatos. Allí hemos podido disfrutar de su iglesia románica. Merece la pena una parada para poder disfrutar de una de las joyas más impresionantes del románico palentino.

A partir de Cervera es cuando se nos ha complicado la cosa: llevábamos el trazado del GR que en lugar de llegar a Olea va por Hoyos y que se une más adelante. Nosotros hemos decidido seguir las flechas pero desde Cervatos hasta Olea son un verdadero caos. Parece como si coexistieran diferentes trazados marcados con flechas que se superponen y se lían unos con otros. Además las flechas se pierden en varios lugares entre cercas, arroyos y vacas que miran con cara de pocos amigos. Cuando íbamos por la carretera en dirección a Olea nos hemos desviado con unas flechas que nos han hecho dar una vuelta enorme por el campo sin ningún camino mientras unos perros nos han salido al paso con no muy buenas intenciones.

Encima este tramo es de subida constante con un desnivel de unos 200 metros lo que nos ha complicado aún más las cosas. Para colmo de males el calor ha comenzado a pegar desde muy temprano. 

Al llegar a Olea el trazado ya sí se ha hecho mucho más fácil con un camino sencillo que hemos seguido al principio por la carretera, despreciando los desvíos absurdos. Luego diversas pistas de tierra casi sin desnivel y un carril paralelo a la carretera nos han llevado sin grandes dificultades hasta Aguilar de Campoo, nuestro destino.

Hay que tener en cuenta que no hay ningún bar ni nada parecido en toda la etapa: hemos hecho los 35 quilómetros a pleno sol y sin poder parar en ningún sitio a tomar algo. Esa falta de paradas es una de las causas por las que hemos terminado la etapa a muy buena hora, antes de las 2. Hemos llegado con mucho calor, muy cansados pero estupendamente en el aspecto físico. Yo he resistido muy bien con mi rodilla y Joseba también está muy bien en lo físico.

Hemos llegado para alojarnos en el Hotel Valentín, un lugar aceptable aunque creemos que le haría falta una reforma y una modernización integral. Algo caro por 73 euros con desayuno. Al menos el menú de su restaurante sí está bastante bien y a buen precio.

Después de una buena siesta nos hemos ido de visita turística hasta el Monasterio de Santa María la Real, con su museo de románico (nada del otro mundo), y luego hemos subido a Santa Cecilia. Ambas son visita obligada. Luego hemos ido al centro a tomar algo mientras planificábamos las próximas etapas de nuestro camino.

Yo he intentado aprovechar mi nueva condición de Genius en Booking modificando las reservas que tengo, pero después de un par de horas sólo he podido cambiar una con un ahorro de 6 euros.

Después de una tarde tranquila y relajada que ha ido refrescando poco a poco hasta tener que usar el polar, nos hemos ido a cenar a una terraza junto al Río Pisuerga. Estupenda cena con unos vinitos y regresó al hotel a preparar todo y escribir. Mañana también tenemos una etapa larga y debemos preparar todo al detalle para no tener complicaciones. Ahora, mientras yo escribo, Joseba comienza a realizar el proceso de «respirar fuerte» y yo no voy a tardar más de 10 minutos en seguir sus pasos.

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Camino Olvidado 6ª etapa: Arija – Reinosa


He pasado una noche de perros y me he levantado fatal por culpa de la rodilla, que me molestaba bastante. Además las noticias murcianas que tenía en mi whatsapp no ayudaban mucho. Para colmo de males las previsiones eran de no encontrar nada hasta el final de etapa lo que, más o menos, ha ocurrido.

La etapa de hoy entre Arija y Reinosa es fácil de resumir: 24 quilómetros por una carretera secundaria junto al pantano del Ebro pasando por aldeas sin nada de nada (ni gente) y con la amenaza del calor desde el principio. Al menos el trazado es muy fácil de seguir con las flechas amarillas.

Mis molestias en la rodilla se han ido disipando gracias a que el Dolovoltaren ha ido haciendo su efecto (por supuesto que me he tomado un protector gástrico: yo no soy un suicida loco).
En Las Rozas hemos encontrado un bar asociado a una colonia de críos y gracias a nuestras súplicas nos han ofrecido un café con leche aunque estaban cerrados hasta mucho más tarde. Para colmo la agradable señora del bar ha resultado ser de Basauri y del barrio de Joseba: vamos, que casi eran primos.
Ninguna dificultad y ninguna novedad nos ha llevado hasta Retortillo, lugar en que dejábamos el camino para irnos hacia Reinosa. Nosotros hemos tomado esta decisión ante la dificultad de encontrar alojamiento en lo que sería el final de etapa marcado en Olea. Esto nos obliga mañana a hacer una etapa muy larga, pero de eso ya hablaremos.
En Retortillo hemos hecho la visita a la Domus de Iuliobriga después de tener que esperar más de media hora. En este tiempo la temperatura ha ido bajando y eso ha hecho que el final de camino hasta Reinosa se haya convertido en un muy agradable paseo, a pesar de lo poco interesante del trayecto.
Sin novedad hemos llegado hasta nuestro alojamiento: el Hotel San Roque, en el centro de Reinosa. El hotel está muy bien y es una opción muy recomendable por 55 euros la habitación doble. Todo muy limpio y confortable. Además el menú que hemos comido está muy bien por 10 euros.
Ninguna novedad tras una digna siesta mientras el Tour sonaba de fondo la tele de la habitación. Hemos dedicado un rato a intentar planificar el recorrido de mañana, que se plantea algo complicado en distancia y temperatura. Tenemos una etapa de unos 35 quilómetros con sol y unos 25º, que seguro que serán mucho más.
Ahora nos hemos venido a un bar del pueblo para escribir y publicar todo lo atrasado. Reinosa no ofrece grandes posibilidades teniendo en cuenta que no tiene nada interesante fuera de la calle principal y que, además, no ha parado de diluviar en todo este rato.
Con este maratón de entradas he conseguido ponerme al día y publicar todo. Ahora espero seguir día a día si mañana la etapa no se nos hace demasiado dura.


Resumen de la etapa: 24 km en 6 h 49 minutos y desnivel acumulado subiendo de 100 metros. Enlace a wikiloc.

Camino Olvidado 5ª etapa: Pedrosa de Valdeporres (Santelices) – Arija


El camino es siempre una caja de sorpresas y después de una estupenda jornada como la de ayer, hoy tenía que darnos la cruz. La verdad es que no ha tenido piedad con nosotros y ha convertido los primeros quilómetros en un verdadero infierno.

Desde primera hora todo se ha torcido y poco más allá de 1 km después de salir nos hemos saltado una señal y nos hemos metido en un verdadero problema. Hemos seguido el trazado del tren hasta el final sin salir a la carretera que era lo indicado. El último tramo es impracticable por la cantidad de agua que hay en el suelo y porque no tiene salida. Poco a poco te vas metiendo en un arroyo bajo las hierbas que acaba con el agua por encima de los tobillos. Imposible evitar tal cantidad de agua que, para colmo acaba con el camino cortado y con la única opción de subir por un terraplén enorme que, eso sí, nos ha dejado otra vez en el track con los pies llenos de agua.

Como esta primera aventura no había sido suficiente, nada más pasar San Martín hemos tomado el camino que nos indicaban las flechas abandonando la carretera para darnos una enorme vuelta por un sendero impracticable, en constante subida y que se pierde al llegar a un abrevadero de ganado. En todo el trayecto sólo hemos encontrado una cinta de plástico y lo demás ha sido intuición intentando seguir el track que llevábamos siempre toms do come references la carretera. Así hemos ido hasta Argomedo y desde allí a Soncillo por un trazado ya mucho más fácil y bien señalizado.
Después de los malos momentos pasados, en Soncillo hemos parado a desayunar en un bar de la plaza sin grandes lujos mientras fuera preparaban el mercado. El resto de la etapa sí ha sido mucho más cómoda sin grandes dificultades y con señalización de flechas suficiente. El camino va intentando dejar la carretera que no es una opción demasiado buena ya que hay mucho tráfico, sobre todo de camiones que vienen de la fábrica de arena de Arija. Un plácido paseo bajo un sol no demasiado intenso nos ha permitido disfrutar de la espectacular vista del Pantano del Ebro, nuestro objetivo final.

Hemos llegado a Arija a buena hora para alcanzar el albergue, darnos una ducha, lavar la ropa y marcharnos a comer según indicaciones del hermano de mi compañero. En el albergue hay un montón de chavales de campamentos que nos podrían haber complicado bastante la estancia, pero ha coincidido que se marchaban esa noche de acampada nocturna y nos han alojado en unas cabañas de madera aisladas del edificio principal. El resultado ha sido que nos encontramos en una de esas cabañas muy bien, limpias y con todos los servicios fundamentales incluidos sábanas y mantas. Para colmo han tenido el detalle de lavarnos la ropa en lavadora.
Una vez completadas nuestras labores peregrinas nos hemos dirigido a La Piedra, restaurante aconsejado por Mikel y al que agradecemos profundamente su asesoramiento. Menú consistente en unas setas, unas croquetas y un pedazo de chuleta para asar a la piedra para desgracia de nuestros vecinos de mesa que se han «comido» todo el humo. Una torrija, café y copa han dado fin a tan apetitoso consejo familiar.
Tras una siesta a la altura de tal comilona hemos ido a dar un paseo hasta el edificio al que Joseba venía de chaval (aunque os parezca mentira, mi querido compañero hubo un tiempo en que tuvo 15 años) de colonias. Se trata de un edificio viejo y abandonado desde hace años que ha hecho emocionar profundamente mi querido compañero hasta el punto de soltar alguna que otra lagrimita.
El paseo de regreso lo hemos dirigido hasta la playa para meter mi rodilla dolorida en el pantano y refrescarla un poco. Luego nos hemos ido a un bar a escribir un rato mientras unas setentonas se dedicaban a poner verde a todo el pueblo en la mesa de enfrente.
Una cena sencilla mientras veíamos la primera parte del Galés-Portugal ha dado fin a la jornada. Nos hemos vuelto al albergue y mi compañero se ha rendido a los brazos de Morfeo de forma inmediata mientras yo daba cuenta de mis «historias» con el iPad.


Resumen de la etapa: 26,1 km en 6 h 38 minutos y un desnivel acumulado subiendo de 385. No enlazo la ruta en wikiloc porque los errores que hemos tenido podrían complicar la ruta a alguien que quisiera seguirla.

7ª Fuente Dé – Portilla de la Reina


Sin nada más que hacer tras la cena nos fuimos al parador a organizar algo del desayuno del día siguiente y de la etapa. Había comenzado a cerrarse la tarde y las nubes habían bajado ya casi a la altura de nosotros, lo que presagiaba una mañana lluviosa y era confirmado por eltiempo.es

El el parador nos ofrecieron a primera hora de la mañana un café y cualquier bollo para salir así que nos fuimos a la habitación tranquilos por resolver el tema del desayuno ya que no hay nada en toda la etapa.
Una noche plácida sin sobresaltos de Joseba en visita a su amigo Don Blanco disfrutando de los lujos peregrinos del parador nos ha llevado a las 6:30 a despertarnos con la dura realidad de una etapa entre lluvias bajo los chubasqueros.
Según lo previsto hemos tomado café y un sobao y nos hemos puesto los goretex superior e inferior para hacer frente al agua que envolvía todo el ambiente y que no nos ha abandonado hasta que hemos cruzado al otro lado del puerto.
A las 7:30 hemos salido bien cubiertos para el agua desde el Parador para adentrarnos en una preciosa etapa de la que no hemos podido disfrutar en toda su plenitud dadas las condiciones del tiempo.
El camino se inicia justo al final de la carretera y todo el tiempo asciende por una pista de tierra muy cómoda de llevar. El ascenso se produce de modo progresivo con un desnivel medio de un 10% aproximado que se mantiene bastante regular. No hay grandes rampas aunque el ascenso es constante casi sin descansos. Son más de 700 metros de desnivel en poco más de 7 km hoy con mucha agua y niebla densa.
Joseba ha marchado muy recuperado de su estómago y yo también voy mejor de mi dolor en el pie así que hemos disfrutado de una etapa sin complicaciones ya que si bien la primera parte es más dura, la segunda es un suave descenso hasta Portilla con un desnivel muy suave. Primero por una buena pista y luego por carretera.
Las indicaciones no son muy buenas y nosotros no hemos tenido problemas por llevar el track en el móvil, pero aconsejamos a los que hagan esta ruta que lleven carga de teléfono y tengan un buen manejo de gps o wikiloc.
A medida que la mañana avanzaba y nosotros nos adentrábamos en León el tiempo ha ido cambiando y se ha despejado el cielo así que hemos podido disfrutar de una bajada muy agradable.
Al llegar arriba en Valcavao nos hemos cambiado de ropa porque íbamos muy mojados y nos hemos abrigado porque hacía bastante fresco.
Casi sin indicaciones pero sin grandes dificultades hemos llegado a Portilla, un bonito pueblo que es la entrada en nuestro nuevo camino castellano.
El albergue está destinado fundamentalmente a alta montaña y esquí pero en verano acoge a peregrinos, está muy bien con habitaciones y media pensión a precio razonable (35 euros).
En el pueblo no hay casi nada, no tenemos cobertura y la wifi va fatal, de hecho he tenido que venirme a la plaza a escribir y publicar entre los juegos de los cuatro niños del pueblo que no paran de meter follón. He podido incluso hablar con skype con la familia porque en este rincón de la plaza la wifi funciona bien.
He lavado toda la ropa aprovechando que ha hecho buen día y se ha secado todo, luego un par de vinos, otros dos, comida de menú, un par de orujos y visita al pueblo (10 minutos) para venir a escribir mientras la tarde comienza a refrescar más de lo aceptable para este cuerpo sureño acostumbrado a una temperatura ambiente por encima de 35º
Ahora iremos a cenar y preparar la etapa de mañana que se presenta complicada porque hay dos opciones en función de si encontramos sitio para dormir (y Joseba para tener baño cerca).
Seguimos disfrutando de un camino precioso cruzando los Picos de Europa.

Parador de Fuente Dé

Parador de Fuente Dé

Subiendo entre niebla

Subiendo entre niebla

Prados y vacas entre brumas

Prados y vacas entre brumas

Alto de Valcavao

Alto de Valcavao

Comienza la bajada

Comienza la bajada

Refugio para pastores

Refugio para pastores

Preparados para el mal tiempo

Preparados para el mal tiempo

Arco Iris entre el sol y la niebla

Arco Iris entre el sol y la niebla

Descendiendo de las nubes

Descendiendo de las nubes

Portilla de la Reina

Portilla de la Reina

Escritorio improvisado en la plaza del pueblo

Escritorio improvisado en la plaza del pueblo

El camino en soliario


6ª Potes – Fuente Dé

Después de algún vino más junto a David y tras la marcha de Joseba a su enésima visita al señor de blanco, nos fuimos al albergue. Me sorprendió que todo estaba en silencio y que la chiquillería parecía dormir el sueño de los justos (o los congraciados con la divinidad).
Como no me iba a acompañar Joseba esta mañana he tenido que organizarme sólo incluyendo la decisión fundamental: la hora de poner el despertador y la planificación de la etapa. Habitualmente es Joseba el que prepara esas cosas y el que me suele despertar suavemente mochila a la espalda, diciendo: es la hora, juanillo.
A las 6:10 ha sonado el despertador y me ha puesto casi directamente en camino después de la visita a los aseos y de asaltar el frigo de los iluminati para robarles un yogurt. Así he comenzado mi salida de Potes en dirección a Santo Toribio por la misma carretera que había hecho ayer. A buen ritmo y con la fresquita he llegado pronto hasta Santo Toribio y sin parar he continuado por la carretera hasta el mirador de San Miguel. Una maravillosa vista de todo el valle junto a una ermita da fin a la carretera y abre una senda ancha por la que se desciende hasta la carretera nuevamente.
La etapa de hoy transcurre siempre paralela a la carretera por tramos que pretenden evitarla. La primera parte hasta Los Llanos es un constante sube-baja por carreteras secundarias y pequeñas aldeas vacías a esas horas de la mañana. Poco antes de Mogrovejo se abandona la carretera para entrar en una pista que está muy mal indicada y que me he pasado hasta que el wikiloc me ha avisado. En Mogroviejo he estado hablando con un señor que tiene una exposición de fotografía de los Picos de Europa con nieve. Tiene unas fotos muy chulas expuestas en la puerta y me ha contado que pasan pocos peregrinos por ahí.
En suave descenso hasta Los Llanos desciende el camino. Bajando me ha parado el señor de las fotos y me ha dicho si quería bajarme con él en el coche, rechazando amablemente su ofrecimiento.
En Los Llanos he parado a tomar algo en el bar y allí estába el fotógrafo charlando con el señor. Mientras tomaba algo he abierto el correo que me enviaron la chicas de la oficina de turismo con una alternativa a la ruta de hoy muy interesante. Se trata de que tome unas senda que sale en Cosgaya paralela al Deva todo el rato. Frente al constante sube-baja del camino «oficial» y su añadido de quilómetros, esta senda sube progresivamente sin grandes desniveles entre sombras y siempre paralelo al río y a la carretera. Como tenía el track que me habían mandado sólo he tenido que darle la vuelta y seguirlo. La ruta es muy aconsejable salvo en días de mucha lluvia o en temporada de deshielo, que imagino que algunas zonas serán de difícil tránsito. Doy enormes gracias a las chicas de información de Potes por su amabilidad y por la atención de mandarme el correo.
En constante y dura subida he seguido hasta Espinama y sin entrar, poco después a Pido. Desde allí el camino sigue con mucho calor hasta Fuente Dé por carretera. A poco más de 1 km las flechas me han jugado una mala pasada ya que te sacan de la carretera para dar una vuelta enorme incluyendo una bajada de muerte y una subida peor. Para colmo el camino estaba cerrado y he tenido que saltar una puerta de las de el ganado arriesgando mi propia vida.
Ha sido una experiencia extraña eso de andar hoy sin ver el culo de Joseba todo el tiempo (tampoco está últimamente para muchas florituras).
Joseba me esperaba en el Hostal Rebeco y allí hemos buscado alojamiento en Booking encontrando una habitación doble en el parador a 75 euros en oferta. Como estábamos enfrente del parador hemos cruzado y nos hemos presentado en recepción antes de que ellos hubieran recibido notificación de la reserva.
Luego de ducha y lavado hemos ido a comer al Rebeco un menú a precio razonable. Son un poco lentos y me he mosqueado mucho cuando me han dicho que no quedaba cocido. He pedido sopa de cocido y de segundo algo de hierba y leche del terreno (procesada por una ternera y transformada en chuleta tipo familiar).
La tarde la hemos pasado subiendo al funicular justo antes de que comenzara a cubrirse el cielo y empezar a chispear. Tras paseo de 5 minutos hemos acabado en el Rebeco tomando un menú sencillo que ha completado una jornada de peregrinos vip mientras deleitábamos muestras miradas con la abundante camarera y demás personal de ágil acción (modo ironía).

Peregrino

Peregrino

Santo Toribio

Santo Toribio

Primera flecha del vadiniense

Primera flecha del vadiniense

Ermita de San Miguel. Mirador sobre el valle

Ermita de San Miguel. Mirador sobre el valle

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Vista de los Picos llegando a Los Llanos

Senda junto al río Deva

Senda junto al río Deva

Llegando a Espinama

Llegando a Espinama

Vista desde Fue te Dé

Vista desde Pido

Chuletilla de ternera

Chuletilla de ternera

Funicular

Funicular

En las nubes

En las nubes

El autor

El autor

5ª Cicera – Potes


Como había perdido a mi compañero de fatigas, sumergido en sus propios sueños entre retortijones de tripa, me fui al bar de Cicera a tomar algo y cenar.

En la mesa de al lado el grupo de peregrinos con el que hemos coincidido desde la Casona estaba jugando a las cartas a un nivel de ruido más allá de lo que supone educación en un recinto público. Para colmo no saludan siquiera, van a su bola y funcionan como clan. Ni cinco minutos más.
A media tarde apareció por el albergue un peregrino nuevo: se trata de David, de Álava. Después de presentarnos y charlar un poco de las generalidades del camino y tras la confianza que da el charlar sin camiseta y la perspectiva de dormir tan cerca nos fuimos a cenar juntos ante el abandono de mi compañero (centrado en ese momento en sus tripas).
La cena fue agradable y sencilla ante un plato de patatas con huevos mientras los vecinos pseudoperegrinos daban cuenta de chuletones a diestro y siniestro entre comentarios de pijigrinos versión chuligrinos.
De allí directos a la cama tras organizar un desayuno peregrino gracias a la amabilidad del camarero de Cicero, Luis que nos ofreció leche y magdalenas.
La idea de esta mañana era hacer camino en función del estómago de Joseba. Hemos salido más tarde, sobre las 7:30 tras desayunar yo y despedirnos de David.
La etapa sale a mala leche desde el principio con una cuesta que machaca sin piedad entre rocas, humedades y bosques sin fin. La mañana estaba maravillosa y eso nos ha permitido disfrutar de una de las mejores jornadas del camino ya entrando en Picos de Europa.
Unas durísimas rampas por sendas complicadas entre hayas y castaños nos lleva al otro valle con una bajada tremenda entre robles y, esta vez al menos, por un camino aceptable.
El final de la bajada la marca Lebeña y su maravillosa iglesia en la que Joseba ha decidido que no podía seguir más dada la fatiga que acumula tras dos días de visitas al Sr. Roca y sin comer nada.
Nos hemos despedido en la parada de autobús y yo me he lanzado a la carretera hasta el desvío que lleva en fuerte subida hasta Allende. Luego una cuesta mortal de subida que remata lo que ya has subido en la primera parte y que te lleva con un descansillo hasta Cedeña.
A esas horas el calor ya pegaba fuerte y aún me quedaba otra subida dura para acabar bajando al valle del Deva y desde allí hasta Potes. Para colmo en Cedeña el camino te desvía por una senda estúpida que te hace bajar hasta un riachuelo para volver a subir al mismo nivel que el pueblo. La alternativa sería una carretera secundaria que te lleva sin desnivel al mismo sitio con algunos metros más.
Bajada hasta Tame en la que me he encontrado a los pijigrinos tomando algo en un bar. Casi sin molestarse en saludarme he dado cuenta de una clara para terminar la etapa con los últimos 4 km hasta Potes.
Al llegar me esperaba Joseba tras ir al médico y cambiarle la medicación para ver si consigue cortar la diarrea. Hemos comido en la Sidrería La Majada según nos aconsejó Luis: muy bien el menú a un precio muy razonable. Estupendo el cocido lebaniego que me he ventilado mientras mi compañero intentaba comer media tortilla francesa y un platito de sopa.
Después pequeña siesta de Joseba con alguna nueva visita al baño mientras un grupo de jóvenes tipo «nos cogemos de las manos y cantamos la gloria del salvador» tocaba la guitarra al son de melodías trasnochadas reconvertidas en alabanza al altísimo y demás. Yo me he puesto a ver Juego de tronos aunque gracias a Cristian es una versión en inglés con subtítulos (modo ironía).
Ha llegado David, el peregrino de ayer, y hemos quedado en vernos luego.
Yo he subido a Santo Toribio a sellar la credencial pero al llegar no había nadie en la tienda y he acabado llamando al monasterio hasta que ha salido un monje que amablemente me ha sellado y además me ha contado que el gobierno de Cantabria pasa un quilo de todo esto del camino y parece todo muy abandonado.
Nos ha llegado una de las chicas de la oficina de turismo para pedirnos permiso para hacernos una foto porque resulta que somos los primeros peregrinos que llegan a completar el lebaniego después de haber sido declarado patrimonio no se qué de la Unesco: a ver si vamos a salir en los periódicos y todo, estaremos atentos.
Después de 3 km de subida y otros tantos de bajada con un desnivel de 220 metros he regresado al albergue para irnos al bar a recuperar líquidos. Llevo más de 4 litros en total. Después hemos ido a dar un paseo y nos hemos encontrado otra vez con David a quien definitivamente hemos integrado en el equipo. A ver si llega a nivel de alcohol comida y zumbamiento peregrino similar al que estos dos viejos caminantes mantenemos. Ahora nos espera velada peregrina entre las ausencias cada vez más espaciadas de Joseba (progresa adecuadamente) vinitos y un menú acorde a nuestra estancia en Potes y nuestro final de camino Lebaniego.
Resumen de la etapa: 22 km en 5h 55 minutos y 815 metros de desnivel acumulado.
Además 6 km añadidos de subida y bajada con 220 metros de desnivel.
Postdata: la pu… mierda del huevo de los mosquitos no funciona una carajo: tengo picaduras en todos lados creciendo a ritmo de samba.
Enlace a wikiloc 1ª parte.
Enlace a wikiloc 2ª parte.
Enlace a wikiloc 3ª parte.

Mirando los Picos de Europa

Mirando los Picos de Europa

Caminando entre hayas y castaños

Caminando entre hayas y castaños

Subiendo al infinito y más allá

Subiendo al infinito y más allá

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Bosques húmedos

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Vista espectacular de los Picos

Lebeña

Lebeña

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Iglesia en Pendes

Cocido lebaniego

Cocido lebaniego

Calle de Potes

Calle de Potes

Visita a Potes

Visita a Potes

Río Deva

Río Deva

4ª Cades – Cicera


Después de tres duros días de etapas de más de 30 quilómetros la tarde de ayer en la Casona supuso una recompensa a nuestros fatigados cuerpos. Dos Gin-tonics de color azul suavizaron los efectos de la copiosa comida aunque no acabaran suponiendo una solución para mi compañero de fatigas (y de cama).
Abordo el tema que todos estáis esperando con inquietud sobre qué ha pasado esta noche en esa enorme cama de matrimonio ocupada por nuestros fatigados cuerpos. La realidad ha ido mucho más allá de lo que cualquiera pudiera imaginar. Es verdad que la retaguardia de Joseba ha trabajado mucho toda la noche pero no de la forma que algunos puedan imaginar ya que lo que ha ocurrido es que ha pasado todo el tiempo entre el baño y el borde de la cama hasta que el dios Fortasec ha calmado su fuego interior.
Para mí la noche ha sido algo más tranquila después de comprobar que Chile ganaba la final de la copa América, que el capítulo 7 de Juego de tronos tampoco es demasiado cañero y que mis Simpson siguen jugando al fútbol como si nada. Apenas he escuchado removerse un par de veces a mi compañero de lecho sin darle mayor importancia hasta que esta mañana me ha contado toda su odisea nocturna.
Hemos bajado a desayunar en un estupendo buffet del hotel del que yo he dado buena cuenta mientras mi sufrido y compañero calmaba sus tripas entre visita y visita al inodoro.
A las nueve y media y tras un pequeño lío a la hora de pagar la cuenta hemos salido bajo un cielo muy nublado y amenazante.
La etapa de hoy transita casi todo el tiempo por carretera, menos un trozo al final a partir de La fuente. Desde el principio comienza por una suave subida que va acompañando al río mientras el valle se va cerrando.
Al llegar a la Fuente y admirar su iglesia románica comienza lo más duro de la ascensión del día por una pista de cemento que atraviesa la aldea de Burio. Allí hemos encontrado a dos paisanos que nos han dado un buen rato de conversación explicándonos perfectamente lo que nos quedaba de ruta a la vez que nos hablaban de su vida como camionero, su mili en Basauri y alguna historia más del lugar. Da gusta parar un rato a charlar con la gente y descubrir que aún hoy en día hay personas que transitan por este valle de lágrimas sin prisas.
La dura ascensión por la pista de cemento lleva hasta la carretera que abandonas poco después para transitar entre prados en fuerte descenso hasta Cicera.
El día ha estado lluvioso todo el tiempo y con nubes que nos mojaban tanto desde fuera como nosotros íbamos soltando sudor desde dentro. No hemos necesitado el chubasquero pero siempre lo hemos tenido a mano.
Cicera es una pequeña aldea que tiene un albergue, un bar y poco más. Hemos tenido que esperar al señor que tiene las llaves del albergue porque una peregrina del día anterior había tenido un problema y han tenido que ir a rescatarla. El albergue está bastante bien, limpio y cuidado.
En el bar del pueblo hemos hecho tiempo hasta que ha llegado el del albergue y yo me he comido un estupendo menú peregrino a un precio razonable. No he usado la primera persona del plural porque sólo yo he tomado menú. Mi compañero de viaje se ha tenido que conformar con un par de cucharadas de arroz blanco para intentar calmar sus tripas y volver rápido al albergue a dormir la siesta y descansar.
Ahora parece algo más recuperado aunque va a todas partes con su botella de litro y medio de agua a la que ha añadido el zumo de dos limones y unos azucarillos. Yo mientras doy cuenta de un gin-tonic mientras escribo y escucho jugar a las cartas al grupo de peregrinos que ayer también estaba en la Casona.
La etapa ha sido cortita y eso nos ha permitido recuperar bien teniendo en cuenta la situación física de mi compañero y lo que nos espera mañana: una auténtica etapa de montaña hasta Potes y visita a Santo Toribio, primer objetivo de nuestro viaje.
Resumen de la etapa: 16,4 km en 3h 17 min a 4,99 km/h y con 601 metros de desnivel positivo acumulado.

Enlace a wikiloc

Salida desde Puente El Arrudo

Salida desde Puente El Arrudo

Casona del Nansa

Casona del Nansa

Vistas del valle del Nansa

Vistas del valle del Nansa

Subiendo entre nubes

Subiendo entre nubes

La Fuente

La Fuente

Iglesia de Santa Juliana en La Fuente

Iglesia de Santa Juliana en La Fuente

Subiendo

Subiendo

Visiones del camino

Visiones del camino

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Llegando a Cicera

3ª San Vicente de la Barquera – Cades


Nada más terminar de escribir la entrada y hablar con la familia bajé al pueblo a encontrarme con Joseba que había ido a buscar el cable del teléfono. Me lo encontré en uno de los bares con una cerveza en la barra y pegado a un enorme cable color verde fosforito junto a un enchufe con el que, por fin, cargaba su móvil.

En la charla que mantuvimos comenzamos a comprender que este camino se nos va a complicar bastante en muchos aspectos. No hay información accesible de albergues y además hemos acabado descubriendo que hace un año han cambiado el trazado alargando todo en casi 20 km. Después de discutir entre nosotros entre las distintas opciones a realizar llegamos a la conclusión de que debíamos buscar toda la información posible y, por supuesto, garantizarnos el alojamiento para el día siguiente.
El problema es que da la impresión de que la administración apostó por este camino hace algunos años pero lo tienen medio abandonado y no hay mucha información disponible. La web oficial http://www.caminolebaniego.com no tiene fácil acceso a los alojamientos y la distribución de etapas es desquiciante: 28 km, 30 km y 13 km. Eso sí: la ruta tiene toda la pinta de ser impresionante y eso sí lo hemos podido comprobar hoy.
Después de una visita a la oficina de turismo de San Vicente y comprobar que no nos informaban de nada porque no había casi nada concreto sobre este tema nos fuimos a tomar algo y solucionar problemas.
Hemos decidido llegar hasta Cades, a unos 28 km de San Vicente, pero sabemos que allí no hay ningún alojamiento. Estuvimos buscando en los alrededores y llamé a una casa rural en Bielva: sólo reservan para tres días pero me dijeron que en Puente El Arrudo había un hotel. Busqué en Booking pero tenía completo todo así que me metí en la página del hotel e hice la reserva en la web.
Para garantizar todo conseguí después de muchos intentos hablar por teléfono con recepción del hotel y confirmar conceptos. Tenemos reserva de una habitación doble con cama de matrimonio y garantizado restaurante. Hotel superior a 67 euros con desayuno incluido y con la simpatía de la recepción del Hotel. Hasta me ofreció intervenir si era necesario ante la posibilidad de que Joseba se pusiera cariñoso (ya le dije yo que eso no era una buena idea).
Resuelto el problema cenamos unos pimientos de padrón, los primeros, y unas alitas de pollo. Regresamos al albergue del Galeón en el que nos esperaba una verdadera noche peregrina.
El albergue del Galeón es un sitio curioso del camino de los de siempre, con un matrimonio que lo lleva desde hace muchos años ayudados por hospitaleros. El sitio hace mucho tiempo que no cumple con las mínimas condiciones de habitabilidad peregrina descuidado y sucio. Las instalaciones no tienen un mínimo de comodidad y por primera vez en este camino me tuve que duchar enseñando mi culo al peregrino de la ducha de al lado (fue recíproco).
Para colmo cobran 10 euros que incluyen de forma obligatoria un desayuno cutre en el que acabas lavando la taza y el plato. No hay alternativa peregrina en San Vicente hasta que algún espabilado no decida hacerse de oro montando un albergue nuevo.
Después de que la peregrina de enfrente, con síntomas de intoxicación etílica, me arrojara las bragas a los pies me fui a dormir con mi huevo antimosquitos después de arreglar mis Simpson.
La mañana ha amanecido impresionante de luz y eso me ha permitido hacer algunas fotos estupendas en el primer tramo.
Pocas cosas que decir sobre la etapa porque creo que es mejor ver las imágenes. Una de las etapas más impresionantes que hemos hecho en todos los caminos. Salimos en constante subida desde San Vicente disfrutando de unas vistas increíbles de la ría que se va metiendo hacia el interior hasta cruzar la autovía. Al llegar a Serdio hemos parado a tomar un café y allí hemos contrastado información con la persona que lleva el bar y también el albergue. Un rato agradable en el que he ofrecido mi información para este camino ya que todos nos hemos quejado de lo poco que se sabe y la pena que supone que una ruta tan bonita no tenga mejora publicidad.
Poco después, poco antes de Muñorrodero, el camino se divide definitivamente separado del del Norte.
A partir de aquí una senda que va paralela al Río Nansa nos lleva por un agradable paseo durante unos 7 km entre bosques y junto al ruido del agua. Son aguas de salmón con mecanismos de paso para pescadores de una orilla a la otra.
Después de disfrutar del maravilloso paseo nos ha tocado la parte dura: desde la estación hidroeléctrica dos duras subidas y sus correspondientes bajadas nos llevan hasta Cades. La primera es más corta pero muy dura por una pequeña senda pero la segunda se hace mucho más cómoda al ir por carreteras secundarias.
En Cades hemos parado en el bar a tomar algo y hemos dado marcha atrás por el río hasta llegar al Puente El Arrudo, donde está el hotel.
El maravilloso hotel en que nos encontramos se llama la Casona del Nansa, una casa de piedra junto a la carretera y al lado del río Nansa atendido por un servicio muy amable y simpático. Nos ha recibido la persona que me atendí anoche por teléfono y nos ha reconocido de inmediato como «la pareja cariñosa que va a compartir cama esta noche».
Todo lo demás entra en la esfera de los lujos peregrinos: ducha cómoda, habitación preciosa, menú impresionante con alubias y carrillera, siesta en cama compartida, y gin tonic de color azul para acompañar la lluviosa y fresquita tarde que tenemos mientras yo escribo la entrada.
Hay algunos turistas tipo «superguay» por aquí aunque también ha llegado un grupo de ruidosos peregrinos que juegan a las cartas entre monedas y gritos.
Vamos a seguir preparando etapas porque los días próximos se presentan complicados: no tenemos tracks que nos den confianza para seguirlos y todas las guías dan información sobre quilómetros que no nos cuadran con lo que nosotros vemos. Hoy mismo hemos visto a poco menos de 2 km de Cades un cartel que decía que quedaban 6. Un caos!
Físicamente vamos regular porque se notan los 100 km que llevamos en tres días aunque creemos que iremos recuperando piernas.
Es cierto que el camino es algo complicado en organización pero lo que no nos está es defraudando en lo referente a la experiencia y al paisaje.
Para mañana esperamos llegar a Cicera pero no tenemos nada claro y encima dan previsión de lluvia (no ha parado de llover en toda la tarde sin gran intensidad pero constante).
Ya veremos cómo pasamos la noche, tranquilas mujeres nuestras que hemos pasado el momento de la siesta y no ha habido roce (a pesar de lo que decía Catulo sobre las siestas después de una copiosa comida). Mañana os cuento si la primera vez que compartimos cama representa el principio de una nueva relación entre estos dos veteranos peregrinos después de tantos miles de quilómetros…

Resumen de la etapa: 28 jm en 6 horas a una media de 4,01 km/h y un desnivel positivo acumulado de 407 metros. Enlace a wikiloc.

San Vicente desde el albergue al amanecer

San Vicente desde el albergue al amanecer

Ermita en La Acebosa

Ermita en La Acebosa

Camino

Camino

Separación entre camino Lebaniego y del Norte

Separación entre camino Lebaniego y del Norte

Senda del Nansa

Senda del Nansa

El Nansa junto a la hidroeléctrica

El Nansa junto a la hidroeléctrica

Río Nansa

Río Nansa

Para cruzar el río

Para cruzar el río

Llegando a Cades

Llegando a Cades

La Casona del Nansa

La Casona del Nansa

2ª Santillana del Mar – San Vicente de la Barquera


Acabó la noche según lo previsto con una aceptable cena en el Cossio, junto al albergue degustando diversas carnes a la parrilla y después de pelear durante un buen rato con el sistema de distribución de la salsa barbacoa (la camarera nos asustó diciendo lo picante que estaba sin conocer nuestro origen junto a la Ría del Nervión).
Al llegar al albergue la habitación se había ido completando con varios peregrinos. En la puerta un grupo de ruidosos ingleses preguntaban sobre diversas cuestiones del camino a una pareja de españoles que ofrecían su mejor inglés versión «sihablofuertehastalosaustralianosmeentenderán. Entre grito y grito fui cumpliendo con mis últimas misiones de la noche en el ipad como son jugar a los Simpson y al Candy.
Poco antes de que me dejara acunar en los brazos de Morfeo vi un par de miserables mosquitos danzando en torno a mi cama así que cogí mi huevo nuevo (el antimosquitos de chico que me regalaron mis compas de insti) y lo encendí para comprobar si realmente funcionaba.
La noche ha sido típicamente peregrina con un mal dormir y con un despertar brusco. Mi compañero de viaje ha vuelto a sorprenderme justo en el momento en el que acababa de coger el sueño después de varias interrupciones. A las 6 me ha llamado ya con la mochila en la espalda para que me pusiera en marcha.
Ha sido un despertar espesito como es normal en el primer día: difícil organizar mochila con toda la ropa mojada porque ayer no había dado tiempo a secarla. He tenido que montar un tenderete de ropa durante la ruta dado que la impresión es que iba a ser un día de bastante calor.
Etapa complicada por lo largo y por el calor. Mucho asfalto (casi todo) y pocos pueblos en los que encontrar servicios.
En Cóbreces hemos parado, como siempre, a desayunar y he descubierto con asombro que estaba para comerme un toro de los que veíamos por cualquier prado. Luego parada en Comillas para cerveza y pincho de tortilla (seguía con un agujero en el estómago).
La ruta es un constante sube-baja que nos ha acumulado un desnivel de casi 400 metros de subida. Hemos cruzado valles y aldeas e incluso un campo de golf poco antes de llegar a San Vicente de la Barquera.
Joseba ha buscado por los diferentes pueblos una tienda para comprar un cable para cargar su móvil porque el que ha traído no le carga (el móvil). Estamos como el año pasado con mi cable para el iphone aunque espero que su teléfono no sea tan delicado con el mío. Ahora se ha marchado a recorrer el pueblo para ver si lo encuentra.
Después de mucho cansancio y mucha calor hemos llegado sin grandes problemas al albergue peregrino de San Vicente. Hemos tenido que esperar un ratito a que estuviera preparado todo y hemos podido tener una primera inmersión en la experiencia peregrina de la que tanto vamos escapando y que tan poco vamos a vivir en los caminos de este año.
Para comer nos hemos ido a los restaurantes de abajo y hemos acabado degustando un verdadero arroz con bogavante regado con una botella de riveiro a un precio razonable en «El Puerto». Luego siesta peregrina entre los comentarios plurilingües a gritos de los peregrinos de todo el dormitorio. Por cierto, hemos dado cuenta de nuestro primer orujo de hierbas.
Ahora bajaremos al pueblo a recuperar líquidos y preparar las próximas etapas ya que mañana nos salimos del camino del norte y nos lanzamos a la aventura del lebaniego y vadiniense.
Resumen de la etapa 32,7 km en 6 horas y 2 minutos a una media de 4,8 y con un desnivel acumulado de 454 metros de subida. Enlace a wikiloc

Salida del albergue de Santillana

Salida del albergue de Santillana

Iglesia de San Pedro

Iglesia de San Pedro

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Camino

A un árbol seco...

A un árbol seco…

Llegando a Comillas

Llegando a Comillas

Molino junto a la playa

Molino junto a la playa

Llegando a San Vicente de la Barquera

Llegando a San Vicente de la Barquera

Vista de San Vicente

Vista de San Vicente

Joseba y su arroz con bogavante

Joseba y su arroz con bogavante

Y con el arroz casi terminado

Y con el arroz casi terminado