Después de un estupendo desayuno, acompañado de una amena charla con las de la Fonda Prat, nos pusimos en camino para una etapa corta y sencilla. Presenta un fuerte desnivel pero este se hace muy cómodo ya que no hay grandes rampas y resulta bastante cómodo de hacer.
La salida de Puigcerdá es lo peor ya que durante un buen rato transita por carreteras secundarias por todo el valle de la Cerdaña, siempre junto a la frontera con Francia. Pasamos por un par de pequeños pueblos bien cuidados y con casas que tienen pinta de ser segunda residencia para la mucha gente que viene para esta zona en invierno para disfrutar de la nieve.
En Guils de Cerdaña se inicia la subida siempre en constante ascenso. Suave y constante hasta llegar a la zona del refugio de la Feixa. Se trata de un lugar sencillo pero muy bonito y bien equipado llevado por una gente muy maja y agradable. A esta zona se accede por una pista bastante amplia y es fácil encontrar vehículos que suben a la zona a pasar el día.
Desde Feixa se baja por la pista hasta el Refugio de Manliu. Un paseo cómodo para llegar al refugio que era nuestro objetivo de etapa.
Por la tarde aproveché para subir hasta la zona de los lagos de Manliu, un paseo muy sencillo y muy bonito por los lagos que están por encima del refugio. Una preciosidad y una suerte poder disfrutarlos sin gente alrededor.
De regreso al refugio grabamos nuestros vídeos y dedicamos el resto del tiempo a nuestras actividades favoritas después de las rutas…
Diario de un caminante 