La salida desde el hotel se nos complicó porque las señales no nos parecieron muy claras, eso nos hizo dar varias vueltas hasta encontrar el camino de salida. Cruzamos la carretera GI-503 hacia la otra zona del pueblo y comenzamos a caminar por una pista sencilla con un suave desnivel de bajada que se acentúa regando al Molí d’en Robert.
El camino comienza aquí una constante ascensión siempre con pequeños descansillo y alguna bajada por terrenos sencillos. Hay que tener cuidado porque en algunos tramos la señalización no es muy buena y se pierde. Siempre seguimos por pistas y caminos anchos.
En el quilómetro 10 encontramos la fuente de Rimaló en la que se puede uno abastecer de agua. Se trata de casi la única zona para toda la ruta y desde aquí comienza la parte de subida más dura. Hay que tener en cuenta que en este tramo el GR no va por el trazado antiguo sino que al pasar la fuete se desvía a la izquierda hasta coronar por el Puig de Rovirós (660 m.).
Al pasar el collado hay un breve descenso para volver a subir unos 40 metros hasta la Collada de la Trilla (Km 13,2 a 681 m).
Se inicia el descenso que es bastante suave hasta la parte final de llegada a Albanyá, con un desnivel de más de 300 metros en menos de dos quilómetros.
En Albanya se pueden encontrar los servicios básicos y se continúa hasta el camping de Bassegoda Park, que está muy bien acondicionado y tiene de todo.
Resumen de la etapa: 22,1 KM CON 669 m de desnivel positivo acumulado y 785 negativos. 5:34 de tiempo total. Altura máxima 686 m. y mínima 226 m.
Diario de un caminante 