Segundo comentario desde la estación de Barcelona de Sans. Desde que mi compañero me abandonó todo me sale al revés. El vuelo se ha desarrollado sin problemas y en el tiempo esperado. Nada más llegar a Barcelona el tiempo está fatal: nublado y medio lloviznando. He tomado un tren abarrotado de viajeros desde el aeropuerto hasta la estación de tren: cuerpos gordos y sudorosos metidos en el vagón de tren entre múltiples maletas de todo tipo y con ruedas, según la última moda. Al llegar a la estación he buscado la consigna para dejar la mochila y poder dar una vuelta por Barcelona: son 4,50 euros por 24 horas y sin posibilidad de fracción; he intentado meterla en una más pequeña pero los muy cabrones han puesto la entrada a las taquillas de modo que son más estrechas en la parte delantera que en la trasera y, de ese modo, no cabe casi nada en las de 3 euros y debes comprar las de 4,50. Después de este primer contratiempo he decidido ir a tomar algo al bar de la estación y finalmente he optado por no salir ya que tengo poco tiempo y no voy a poder hacer gran cosa. Queda para otro momento la visita turística y he pensado que lo mejor era volver a coger el portátil y hacer alguna cosilla mientras comía porque hay enchufes en la cafetería. Segundo problema ha sido entrar a los servicios: pésimos y abarrotados ya que sólo hay unos para toda la estación. Si cataluña es la modernidad deben haber olvidado la estación de tren. Para colmo al meter la llave en la taquilla de consigna me anula el pago que hice y me dice que tengo que volver a pagar otra vez. Mi indignación ya ha tocado techo y he decidido no quedarme callado: tras hablar en tono más que alterado al encargado de la consigna me he dirigido a atención al cliente de la estación a presentar la reclamación: es una vergüenza que te cobre lo que te cobran y encima no puedas abrir el servicio en 24 horas. Bastante enfadado he rellenado la reclamación y me he dirigido a comer. La comida aceptable para ser una estación de Renfe y nueva sorpresa: podrá parecer subrealista pero al conectar el portátil a los enchufes resulta que ninguno tiene corriente: hay que ser miserables y agarraos, que cada palo aguante su vela. Y no tengo conexión a internet en la estación porque no me llega la señal 3G. Joseba, socorro, vuelve conmigo porque me da miedo tomar el tren esta tarde tal y como van las cosas, seguiremos contando las peripecias de regreso.
Inestimable compañero de andanzas:
Tras sufrir los embates de tu ironia durante 37 o 38 dias los dioses, que no Dios, han decidido tomar clara venganza de tus atropellos para con mi modesta y humilde persona. Ya sólo falta que el Athletic gane la final y mi paciencia se verá largamente recompensada. Por cierto,para todo esto sabes que la mejor medicina es ese licor de manzana (sin ningún tipo de alcohol) que nos administrábamos por vía oral durantes los momentos más duros de nuestra peregrinación hacia la sabiduría.
Bueno, si te sirve de consuelo ante las contrariedades que estás teniendo desde que termináteis de andar, recuerda que la felicidad está en el camino.
Resulta curioso que, a veces, el tópico se convierta en verdad, me refiero a lo de agarraos de los catalanes con eso de tener enchufes sin corriente, ja,ja,ja…Feliz rentreé