Sevilla el viernes de dolores

En camino. A la hora prevista he tomado el autobús. Antes todo habían sido carreras y prisas para llegar a tiempo. He tenido que volver a casa para pelarme (como siempre al cero), ducharme, cambiarme de ropa y cerrar la mochila. Todo listo y  ¡diez quilos de peso! Hemos tomado café esperando subir al autobús y hemos hecho las últimas bromas y dado las últimas intrucciones. Las tres organizando estas semanas próximas y nerviosos ante lo que se viene encima, ellas para arreglarse sin mí y yo al empezar la aventura.

Ahora voy llegando a Baza, hace buena temperatura y aprovecho para escribir algo aunque lo subiré al blog esta tarde cuando llegue ya que no tengo señal 3G y además se me acabará pronto la batería del portátil. El viaje se irá haciendo cada vez más pesado, pero la ilusión puede con todo.

Atrás queda lo bueno y lo malo, durante unas semanas lo prioritario será andar, el tiempo, el albergue, la lluvia… Quedarán lejos los problemas de todos los días y sólo la realidad será recibida en la llamada de teléfono a casa que nos devuelve por unos minutos a nuestra vida habitual. Van pasando quilómetros y voy recordando cosas del camino, gentes y situaciones, pero sobre todo voy haciendo planes sobre lo que viene. El encuentro con los amigos no vistos desde hace tiempo y la organización de todo para el domingo cuando comencemos. Voy haciendo recuento de todo por si me he dejado algo olvidado porque siempre tengo la sensación de que se quedó en casa lo más importante: creo que lo llevo todo. Las montañas de la sierra de Baza tiene bastante nieve y el campo se ve precioso después de todas las lluvias el invierno: seguro que por la vía de la plata todo estará muy bonito  también. El paisaje debe ser espectacular después de todo el agua que ha caído. Esperemos que ya no caiga más en los próximos días.

Y llegamos a Sevilla: no parece que esto vaya a ser fácil; me presento en el hotel con mi bono y me dicen que no tengo reserva hecha. En la agencia se han equivocado y me pusieron que llegaba el 2, como no vinimos han anulado todo y no tenemos habitación.

Encima me ha tocado el sevillano capullo con mala sombra que me dice que si no hay alguien que pague no me da habitación. Llamo a Ana (de la agencia) pero como es día de fiesta está en el campo con su familia. Intenta algunas llamadas sin éxito al mayorista que nos ha anulado todo y después de mil gestiones llegamos al acuerdo de que pagaré la habitación al irme y ya arreglaremos cuentas allí al regresar. Durante todo este rato el señor de la recepción ha ido variando su rostro, de desprecio a gentecilla, respeto ante una visa oro.

Nada nos va a desanimar, haremos todo lo necesario y saldremos adelante. Me subo a la habitación y poco después me llama Joseba para decirme que viene en taxi y estará aquí en media hora; mientras tanto llamo a Amparo y Pepe y quedamos para mañana. Por fin Sevilla.

A las 8:30 nos encontramos por fin los dos, subimos, le cuento la odisea a Joseba y decidimos irnos a dar un paseo y tomar unas cervezas: la suerte se nos ha puesto de cara nada más comenzar y acabamos en el barrio de Triana cenando.

Cruzamos el puente de Triana, paseamos por la calle Betis y nos tomamos un par de cervezas en un bar de por allí. Aún es temprano y casi todos están bastante vacíos a esta hora. A nosotros nos viene bien porque podemos charlar tranquilamente sin follón. Dentro de un rato será imposible estar tranquilos por estos bares.

Paseando por Sevilla

Paseando por Sevilla

Y cena en bar típico del barrio de Triana: flamenquines, pavías, pimiento mozárabe, adobo… Degustación típica aconsejada por mí para que Joseba disfrutara de las exquisiteces del terreno (también he disfrutado yo) la camarera, muy maja me llamaba a gritos cada vez que salía una tapa según el modo de atender por estos lugares en hora punta.

La cena en Sevilla es una maravilla.

La cena en Sevilla es una maravilla.

Y luego una visita nocturna hasta la Giralda con temperatura fresquita pero en noche muy agradable.
Vista nocturna de la giralda

Vista nocturna de la giralda

Un comentario en “Sevilla el viernes de dolores

  1. hola Juan,
    j’espère que tout va bien pour Joseba et toi. Courage !
    nous pensons bien à vous…
    ultreïa !
    un abrazo,
    éric

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